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¿Qué fue de Bibi Aisha, la joven mutilada que fue portada de Time?

Quizás el nombre de Bibi Aisha no le diga nada. Pero si le agrego que hace dos años fue portada de la prestigiosa revista Time, donde aparecía con su nariz mutilada, seguro que la recuerda.

A dos años de hacerse conocida, la joven afgana vive en Estados Unidos y está a la espera de una cirugía reconstructiva para su nariz y sus orejas, mutiladas cruelmente por su ex marido, un talibán cabeza de pelota, que la agredió sólo porque ella intentó huir del infierno de su "hogar".

La joven mujer, quien obtuvo asilo político, relató que a sus tiernos 12 años fue obligada por su padre a matrimoniarse con un combatiente talibán, sólo para pagar un deuda.

El tontorrón, según cuenta, la hacía dormir en un establo y abusaba sexualmente de ella. Debido a ese trato inhumano, trató de huir... ¡Pero fue capturada y castigada: el enajenado no aguantó la parada en la hilacha de su esposa, y le cortó la nariz y las orejas! ¡Atroz!

¡MUERTA...!

Luego de cometer tamaño crimen, Bibi fue abandonada en las montañas, creyéndola muerta. Su padre la llevó a un centro médico, donde la cuidaron durante 10 semanas hasta que fue llevada a un refugio secreto en Kabul para después enviarla a Estados Unidos.

Tras su aparición en el prestigioso magazine, su vida, afortunadamente cambió.

De hecho, salir en la revista en agosto de 2010 la convirtió en la imagen del sufrimiento que soportan a diario miles de mujeres en  Afganistán, y en otras partes del mundo.

Para Bibi, todo eso terminó. Con 22 años, asiste a la escuela y se prepara para la cirugía reconstructiva a la que será sometida en Los Ángeles.

TRAUMADA... ¡Y ERA QUE NO!

Y para eso un equipo de doctores y psicólogos están permanentemente pendientes de ella, y no sólo por la cirugía a la que será sometida, sino que aún la tratan por el estrés post-traumático provocado por el infierno que vivió junto a su "maridito".

Así lo indicó una de las encargadas de la ONG que tiene a su cargo el cuidado de la mujer.

Sin embargo, la historia no sólo siguió para Bibi, sino que también para el enajenado de su marido y su familia. La policía afgana detuvo a su suegro, acusado de ser uno de los responsables del ataque. Haji Suleman fue acusado de haber incitado a sus hijos, el marido de la joven y su cuñado, para que "vengaran" su fuga del hogar conyugal.

Ahora, el futuro para Bibi Aisha tiene otro color, el de la esperanza

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