Mientras en el mundo occidental, el día de San Valentín es utilizado a concho por los publicistas para sacarles platita a los enamorados, locos comprándoles regalitos a la pareja o gastando su buen billete en una comida, en Arabia Saudita le hicieron el manso parelé.

La policía religiosa, compuesta por compadres súper fundamentalistas, comenzó su campaña anti San Valentín con medidas ultras, como prohibir que las tindas de flores vendan rosas rojas, por ejemplo.

El lote, conocido como Comisión para el Fomento de la Virtud y la Prevención del Vicio, se puso a fiscalizar los hoteles y las tiendas de regalos para que no hagan preparativos especiales.

Los locales de juguetes han escondido todos los ositos de peluche y en los comercios de golosinas, las cajas de dulces o chocolates con forma de corazón fueron guardados bajo siete llaves, a pesar que en el resto del año las venden sin ningún atado.

"El que no responda a nuestras demandas, será castigado", anunció un vocero de la policía religiosa.

Todos los años, con ocasión del 14 de febrero, el día de los enamorados, este grupo lanza una advertencia a hoteles y tiendas para que ni se les ocurra tener promociones para la ocasión. Incluso, el jeque Abdul Aziz al Sheij catalogó el día de San Valentín como "fiesta pagana".