Algunos tatitas u otros urgidos porque el "niño" no levanta cabeza ante el desafío de las féminas se sienten respaldados por la panacea de las pastillitas azules y se las tragan como si fueran chubis.

Darle duro al viagra, además de los problemas a la cuchara que pueden ocasionar si se mezcla con copete, puede redundar en lesiones graves al compañero de mil batallas.

Así le ocurrió a Gentil Ramírez (66), en el pueblo de Gigante, en Colombia, quien por dárselas de lolo de 13 ante una joven ingería más de una píldora al día para cumplir con su servicio sexual obligatorio.

Gentil estaba en las nubes, su ego era endiosado por su compañera en las cabalgatas de amor y se creía el hombre de acero... hasta que un día notó que el "ariete" no se encogía y permanecía de pie durante horas y horas, causándole un agudo dolor.

Recurrió a los doctores, quienes le pidieron explicaciones y Gentil les soltó que abusaba del viagra.

Los de delantal blanco cacharon al toque que la vasodilatación prolongada por llenar de sangre el tejido cavernoso estaba provocándole heridas. Es más, éstas estaban en proceso de gangrenarse, por lo que fue operado para salvarle su virilidad.

Gentil se recupera satisfactoriamente en un hospital de Gigante... eso sí, ahora contempla a su otrora orgullo, magullado y convertido en un enanito arrugado.