Donald Trump y Kim Jong-un tuvieron su esperado cara a cara

Un momento histórico fue el que se vivió la jornada de ayer en Singapur, ya que después de una larga espera, se concretó la esperada cita entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un.

El apretón de manos entre ambos personeros, que hasta hace un par de meses parecía ciencia ficción, se dio a las 9 de la mañana hora local, en el Hotel Capella de la Isla de Sentosa, un lugar neutral que ambos países concordaron para la cita.

En sus primeras palabras juntos, el presidente Trump se mostró entusiasmado con la cita y reconoció lo positivo que resultará para ambos países.

"Me siento realmente bien. Vamos a tener una gran conversación y creo que un éxito tremendo (...) Creo que va a ser algo realmente exitoso y que tendremos una relación estupenda, no tengo dudas", señaló.

Por su parte, Kim Jong-un aseguró que "no ha sido fácil llegar hasta aquí, ha habido muchas viejas prácticas, prejuicios y obstáculos en nuestro camino hasta llegar aquí, pero hemos superado todo eso".

Después de una conversación a solas que duró unos 48 minutos, Trump y Kim salieron de la sala de su reunión y se dirigieron a otra para mantener una reunión de trabajo bilateral con una delegación más amplia.

Trump dijo a los periodistas que el encuentro a solas había estado "muy, muy bien", y Kim no respondió a la pregunta de si está dispuesto a deshacerse de sus armas nucleares.

Para la historia

La reunión, cuyo objetivo es tratar la posible desnuclearización de Pyongyang, es la primera entre mandatarios de ambos países tras casi 70 años de confrontación a raíz de la Guerra de Corea (1950-1953) y 25 de negociaciones fallidas y tensiones producto del programa atómico norcoreano.

La sangrienta historia de la isla donde se reunieron

Sentosa, la isla escogida para la cumbre, oculta una oscura historia. Situada a 500 metros al sur de Singapur, acoge hoteles de lujo, campos de golf, un casino y un parque temático de Universal Studios.

No obstante, esta imagen tropical oculta una historia de sangre. Hasta 1830 era conocida por el nombre en malayo que le dieron sus habitantes nativos: "Pulau Belakang Mati".

Los historiadores difieren sobre el origen del nombre, pero especulan que podría referirse a los días de piratería y derramamiento de sangre que tuvieron lugar cerca de sus aguas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas de ocupación japonesas lo utilizaron como campo de prisioneros británicos y australianos, tras la rendición de las fuerzas aliadas en 1942. Sus playas se convirtieron entonces en escenario de ejecuciones masivas, muchos de ellos chinos de Singapur ultimados por sospechas.

En 1972, el Gobierno de Singapur decidió un nuevo inicio para la isla, impulsando su desarrollo para el turismo y rebautizándola como Sentosa, que en lengua malaya se refiere a estado de "paz y serenidad".

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