GOIÁS.- Los padres de un muchacho adicto a encumbrar volantines, que por razones de respeto a su familia simplemente llamaremos "Pahenry", no sabían qué hacer para que su retoño dejara de lado las "artes manuales" y se dedicara a vivir la juventud. Primero le doraron la píldora con el cuento del "pelito de oro", después lo obligaron a aplaudir cada dos minutos mientras estuviera en el baño y finalmente le amarraron las manos, pero nada dio resultado.

Pese a que aseguraba que podía dejarla en cualquier momento, el joven de 16 años no pudo superar su adicción y dejó de existir después de masturbarse 42 veces seguidas, sin siquiera parar a tomar agüita. Según contó el Diario Extra, las autoridades aseguraron que el joven comenzó su hazaña cerca de la medianoche y acabó (vaya ironía) cuando el sol se asomaba por la ciudad de Goiás, en Brasil.

La angustiada madre sospechaba la compulsión de su hijo, pero nunca pensó que realizar el acto tantas veces le costaría la vida. "Era cada hora igual el resultado siempre lo hacía, ya había establecido llevarlo al médico, porque eso no era normal", aseguró.

ERA FAMOSO POR LA GRACIA

En la escuela donde el adolescente asistía cuando no estaba dele que suene, sus compañeritas aseguraron que era tal la adicción del muchacho que les pedía "material" por webcam para poder seguir con su trabajo manual. De hecho, en el compu del chiquillo encontraron porno como para derretir el Polo Norte.

Pese a que la información todavía es un rumor que circula entre sus amigos de barrio, un testigo auditivo indicó que la última palabra de "Pahenry" habría sido "aaah".