Las relaciones sexuales forman parte de la existencia humana, generan vínculos íntimos y brinda diferentes beneficios, como mejorar los hábitos de sueño, aumentar la autoestima, reducir la ansiedad y el estrés, ¿pero te has preguntado si esto puede ocurrir también en el espacio?

Matthias Maurer, un reconocido astronauta, reveló a DW que nunca se ha hablado sobre tener relaciones íntimas en el espacio porque en el ámbito profesional continúa siendo un tabú.

“No hemos hablado de esto, porque es un ambiente profesional”, respondió el tripulante, y aunque la NASA ha asegurado que ningún astronauta ha tenido sexo en el espacio, se tiene una idea de cómo sería.

Sexo en el espacio... ¿es posible?

Según Meibi, pueden ocurrir una gran cantidad de efectos a la hora de tener relaciones sexuales en el espacio exterior.

• No te prendes

Las condiciones que hay en el espacio, como la microgravedad, provocan que disminuya la libido, además que la ingravidez provoca ciertas modificaciones hormonales tales como la disminución de estrógeno, hormona sexual encargada de desarrollar y mantener las características sexuales femeninas.

• Se complica la erección

Tener una erección en el espacio sería muy distinto que tenerla en la Tierra, ya que la sangre circula con mayor dificultad y se concentra en las paredes superiores del cuerpo.

En pocas palabras, la sangre no llegaría al órgano reproductor masculino por lo que no se podría producir una erección.

• No habría eyaculación

Como te comentamos anteriormente, no existiría una erección y esto no facilita la eyaculación, además debido a la gravedad, los líquidos del cuerpo se estancan en el punto de secreción, por lo que no habría lubricación vaginal que permitiera una relación sexual satisfactoria.

• Aumenta la sudoración

En un ambiente acondicionado, el calor generado durante la relación sexual sería difícil de eliminar, por lo que habría mucho sudor de por medio.

En un estudio publicado en la revista Current Sexual Health Reports escrito por los autores Simon Dubé, investigador del Instituto Kinsey, y María Santaguida, candidata a doctora en la Universidad de Concordia, han examinado el tema y han comentado que la sexualidad espacial necesita más atención.

“En este momento, las organizaciones espaciales aparentemente están esperando que surjan problemas, en lugar de garantizar de manera proactiva que tengamos el conocimiento necesario para permitir la expresión segura y completa del erotismo humano en el espacio. Esto debe cambiar ya mismo”, le explicó Dubé al medio Business Insider.