La historia de Trojan Shield, la operación tecnológica del FBI que engañó a criminales e incautó varias toneladas de drogas

Un sistema de comunicaciones aparentemente seguro en realidad estaba intervenido por las autoridades policíacas en 18 países.

Toda historia tiene un comienzo y esta debe iniciar con la caída de una plataforma criminal. En marzo de 2018 llegó a su fin Phantom Secure, una plataforma canadiense de mensajes cifrados que fue ampliamente utilizada por criminales. Pero esa acción abrió la puerta para un sucesor, claro que los maleantes nunca pensaron que su nueva plataforma - llamada ANOM - sería un verdadero caballo de Troya utilizado en su contra.

ANOM era un sistema de mensajería encriptado que se vendía como de "última generación". Nadie podría intervenir los teléfonos de los involucrados. Nadie podría conocer sus identidades. Ninguna persona podría conocer la información de sus mensajes. El problema para los maleantes es que el FBI colaboró directamente con el creador de la plataforma.

Dicho sujeto ya estaba en problemas con las autoridades. Enfrentando cargos, decidió colaborar para reducir su sentencia que ya estaba asegurada. De ese modo, una puerta trasera para registrar todos los movimientos fue creada en ANOM.

El responsable de su creación luego comenzó a distribuirlo usando sus redes criminales, por lo que no tardó en llegar a varios canales que previamente habían manejado a Phantom Secure.

En el camino, el FBI movió sus hiles para que otro país actuase para intervenir directamente en las comunicaciones. Así, a partir de 2019, se creó una red policial bajo una red criminal. Fue una operación llamada "Trojan Shield" (Escudo Troyano) que dio grandes resultados.

Trojan

Cómo funcionaba ANOM

A grandes rasgos, los teléfonos ANOM se establecían bajo el sistema de Android. Luego eran modificados para deshabilitar funciones como las llamadas de voz, el correo o los servicios de GPS.

A partir de ahí, entraba en acción una aplicación de mensajería que solo funcionaba con otro teléfono ANOM que usase la aplicación. Luego ambos se comunicaban a través de servidores supuestamente seguros.

En ese punto, todos los mensajes eran copiados y los agentes podían acceder a ellos sin la necesidad de entrar a los teléfonos. Aunque en el camino algunas publicaciones en la red hicieron notar de algunos aspectos de ANOM, y una publicación en un blog de Wordpress advirtió que la aplicación estaba intervenida, el funcionamiento de ANOM no se vio afectado. Los criminales ya estaban bajo la lupa.

Tras las rejas por Trojan Shield

La operación comenzó en Australia, distribuyéndose los equipos rápidamente alrededor del mundo por el boca a boca entre bandas criminales.

Al mismo tiempo, agentes de encubierto vendieron los equipos en el mercado negro. Además influenciaron a traficantes para lograr que estos promoviesen a la tecnología de ANOM. En mayo de este año, ya habían casi 12 mil teléfonos de este tipo circulando.

Todo llegó a su fin el pasado 8 de junio. Ese día finalmente se ejecutó simultáneamente una acción que generó al menos 800 arrestos en 16 países. Según Interpol, fue una acción dirigida en contra de más de 300 grupos criminales.

Entre las personas arrestabas se encontraron narcotraficantes, organizaciones de motociclistas y mafiosos. Hubo redadas en países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Países Bajos, Alemania e Inglaterra. El FBI no pudo actuar en Estados Unidos debido a que existen leyes que impiden la recolección de mensajes por parte de las fuerzas de la ley.

Aún así, la operación Troyana permitió incautar 40 toneladas de drogas, incluyendo ocho toneladas de cocaína, 22 toneladas de marihuana y 2 toneladas de drogas sintéticas. También se pudieron requisar 250 armas de fuego, 55 automóviles de lujo y decenas de millones en las monedas de cada país.

Según la Interpol, fue "la mayor operación policial jamás realizada contra las comunicaciones cifradas", involucrando a más de 9 mil agentes de diversas agencias policíacas.

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