Un libro pensando en el formato de redes sociales. Así es “Entre los archivos: de la geopolítica a TikTok”, el primer libro de Alejandro Barros, geógrafo, divulgador y más conocido como “Buffy” del podcast “Tomás va a Morir”.

Compuesto por 50 textos breves, el libro aborda la geopolítica, la historia y los conflictos internacionales desde una nueva y entretenida perspectiva. Desde la historia del cerdo -posiblemente chileno- que se convirtió en un héroe de guerra, el chileno que inscribió la luna, la bailarina exótica que se convirtió en espía, hasta el relato de la guerra más corta -y más larga- de la historia.

En una conversación con La Cuarta, Barros reveló detalles de su primer libro, cómo este proyecto se fue transformando hasta llegar al papel y habló del exitoso podcast que realiza con sus amigos, Edo Caroe y Tomás Leiva.

¿Cómo partió ‘Entre los Archivos’? Alejandro Barros relata que fue durante la pandemia -cuando debieron continuar con las grabaciones del podcast en sus casas- que surgió la idea de hacer un podcast del mismo nombre. “Estaba terminando mi postgrado en ese momento y tenía la materia súper fresca”, explica al diario pop.

“Era un podcast de la teoría de las ciencias políticas y relaciones internacionales, temas súper de clase. ¿Qué es el Estado?, ¿qué es un gobierno?, ¿qué es una monarquía?. Le fue bastante bien, a pesar de que era un podcast súper de nicho. Más encima eran capítulos de media hora. El momento más exitoso del podcast fue cuando comenzó la guerra de Ucrania. Yo hice dos capítulos relacionados, qué era lo que estaba pasando, porque la gente tenía muchas ganas de saber lo que estaba pasando. Le fue ridículamente bien, porque me trasformé en el podcast número 1 de Chile, superando a ‘Tomás va a Morir’ incluso, solamente por dos semanas, mientras estaba la cosa álgida”, detalla.

Sin embargo, el proyecto tenía un gran problema: “no me dejaba ni un miserable centavo”. Por lo que el podcast quedó de lado, aunque afirma que no está muerto. Hace unas semanas lanzó un capítulo sobre el conflicto entre Irán, Israel y Estados Unidos.

Luego, su equipo le recomendó cambiar el formato y llegar a las redes sociales, algo que la gente también le pedía. Así pasó a TikTok, con cápsulas “de diferentes temas, no tan teóricos, sino más bien del tipo anecdótico histórico”. Los resultados, dice, fueron mixtos: algunos videos tiene más 100 mil reproducciones, otros no engancharon y algunos se viralizaron: “El más viral tiene 12 millones de vistas”, revela.

Fue así que llegó a la tercera etapa del proyecto: el libro de “Entre los archivos”. “Tanto la etapa personal, porque a mí siempre me gustó escribir un libro, también como una cosa profesional porque escribir un libro te posiciona bien como comunicador”, explica. “Escribir un libro es un gran desafío, bonito, y era lo que nos faltaba”, añade.

Primero escribió 54 textos, de los temas que tenía en TikTok, escogiendo los más interesantes, y quedaron tan solo 50. “Escribí un libro pensando en llevar un libro al formado de redes sociales. Es como ‘scrollear’. No es necesario leerlo en orden, no es necesario leerlo entero, nada. Vas viendo lo que te gusta y te interesa. Lees eso y nada más, y “next”, a lo siguiente. Si te gustan todos bacán, pero nadie te obliga a que lo leas entero. Llevar el formato redes sociales a libro, eso es un poco que quisimos hacer”, explica.

-¿Cómo cambia tu forma de crear el contenido? El podcast era mucho más profundo, TikTok es algo mucho más breve y ahora llegamos al formato escrito.

-Siempre he sido, en ese sentido, una persona muy clásica, muy tradicional… No sé si la palabra es pretenciosa o complicada, pero a mí me gusta la alta escuela. Me gusta escuchar charlas TED, conferencias con palabras rimbombantes y cosas difíciles. Me siento cómodo en ese ambiente, pero yo reconozco que no es un ambiente muy fácil. Todos los que hemos pasado por la universidad sabemos que a veces los profesores son laterisimos, puede que lo que estén enseñando sea súper importante, pero no es fácil sobrevivir una clase y a un curso. A mí siempre me gustó esa onda, si hubiese sido por mí, ojalá mi primer libre hubiese sido una cuestión ultra cabezona. Entonces, ahí yo fui aprendiendo con el tiempo que hay que buscar un equilibrio, sobre todo si uno está en esto, porque yo no soy profesor de post-doctorado, tengo que entender que a la gente que yo le hablo son personas que tienen mucho interés por los temas, pero no siempre tienen las bases necesarias. O al revés, son personas que no tienen interés por el tema, entonces, ¿cómo se les convence?

“Me costó mucho -yo diría a través de los años- aprender a desarrollar un estilo más amigable, cercano. Me costó harto, no lo voy a negar, pasar de los capítulos de media hora que eran bien cabezones, al TikTok que eran un poco más chistosito, menos profundos, pero creo que construimos un contenido súper bonito. Ojalá históricamente con peso, en el sentido de que podamos asegurarnos de que estamos llevando lo que significa el conocimiento a la gente. Al final, en el libro, optamos por el término medio, porque el libro sí tiene más contenido que las cápsulas de TikTok, un poco más denso, tiene fechas. Pero al mismo tiempo son historias rápidas, muy digeribles, que ojalá logren convencer a la gente. A veces cuando uno escribe un libro, lo escribe para ciertas personas que ya tienen conocimiento o interés. Decidimos partir con un libro que sea para todas las personas.

“Efectivamente tuve que saber encontrar el término medio entre el contenido en redes sociales (que) es muy desechable, lo que pasa muy rápido y se bota a la basura, con lo muy denso. Encontrar ojalá un término medio de que sea una historia entretenida y que al mismo tiempo tenga las las facilidades del mundo moderno, que las cosas tienen que ser más rápidas”.

-En el libro mencionas que “la clave no es simplificar hasta perder el significado, sino encontrar la forma de contar la historia sin sacrificar su esencia’. A veces se crítica que en redes sociales se simplifican los temas, se reduce y el conocimiento es más superficial…

-Uno cuando es creador, sobre todo de contenido en redes sociales, es, no un poco, como muchos pocos, esclavo de las métricas, y eso te hace harto daño. Por ejemplo, si voy a hacer contenido de cocina y voy a preparar un pollo arvejado -como le gusta al Edo-, luego me doy cuenta que me va mucho mejor si lo hago bailando y después me va mejor si lo hago bailando con poca ropa. Después termino haciendo videos bailando con poca ropa. A la gente que está en redes sociales le pasa mucho eso de que termina banalizando el contenido solamente por las métricas. Yo caigo en eso, cuando nos sale un viral de doce millones de vistas, la gratificación así como en serotonina es tan grande. Entonces, lo mismo, ¿dónde encontrar el equilibrio entre saber hacer algo entretenido, bueno, dinámico, pero al mismo tiempo algo con algún contenido? Porque en redes hay harto contenido muy entretenido, pero desechable.

-¿Cuál es el texto que encuentras más interesante, el que podría enganchar al lector?

-Hay que ya lo he dicho en varios lugares, es como mi caballito de batalla (...) que es la historia del chancho de Tirpitz. Como antecedente, la mayoría de estos relatos tienen que ver con mi profesión, soy analista internacional, experto en conflictos y geógrafo también -que fue mi carrera-. Dentro de estos relatos de guerra está la historia de este chanco que fue el único héroe de guerra posiblemente chileno de la Primera Guerra Mundial. ¿Por qué se dice posiblemente chileno? Porque en esa época Chile era un país neutral, lo único que permitía era que las embarcaciones de diferentes países hicieran puerto en Chile para cargar suministros básicos, pertrechos, agua potable y comida. Entonces, el Dresden, un barco alemán, atraca en Chile y carga pertrechos, entre ellos estaba este chancho. Es como 99,9% posible, pero no hay un registro, pero como fue el último lugar donde paró, sí venía de Chile. El Dresden se enfrenta al HMS Glasgow y es derrotado, se hunde en aguas chilenas. El chancho sobrevive y queda flotando, los marineros le ponen el nombre de Tirpitz, porque el almirante, es decir, el jefe de la marina alemana de la época era muy parecido al chancho. A modo de burla le pusieron Tirpitz pig, o sea, el chancho Tirpitz. Y estuvo a bordo del HMS Glasgow toda la Primera Guerra Mundial, en batallas, conquistas. Alcanzó a vivir un tiempo en guerra y cuando murió lo nombraron héroe de guerra, actualmente está colgado en el Museo de Guerra Naval del Reino Unido.

“Esto como datito corto, como ejemplo, la historia de la película ‘300’, los famosos 300 espartanos de la batalla de las Termópilas, no eran 300. Eran 7.000. Y eso cambia harto el relato. Igual no se comparan con el cerca de un millón de soldados que tenía Jerjes. Pero la gracia está y el mito está en que los espartanos fueron de los únicos que se quedaron a pelear hasta el final, es decir, se murieron todos. Ahí está el heroísmo de ellos. Pero no eran solamente 300 espartanos peleando, eran muchos más. Todas las ciudades y estados griegas aportaron tropas para poder hacer la defensa mientras el resto del ejército se reunía”.

“Sin duda, quizás otra de mis favoritas es la historia de Maratón. La carrera de Maratón, que todo el mundo conoce y corre, tiene aproximadamente 42 kilómetros y eso no es arbitrario. ¿Por qué una cifra tan rara? A mí no me dejaron tener 54 capítulos, había que redondear los 50. ¿Por qué la carrera de Maratón si tiene 42 kilómetros y no 40? Eso es porque es la distancia que separa la ciudad de Maratón de Atenas. Nuevamente los persas, tratando de invadir Grecia, atacan y la defensa se hace en la ciudad de Maratón. Es una ciudad costera donde se iba a esperar el desembarco y se iba a pelear, con muchas posibilidades de los griegos perder, muchísimas. Entonces toda la ciudad estaba avisada que en el caso de que a las 12 del día, por ejemplo, no llegara noticia de que se había ganado, toda la gente tenía que evacuar. Muchas personas tenían que a veces quitarse la vida. Pasa esta batalla en la mañana y ganan los griegos. Entonces le piden a Filipides, ‘Filipides, depende de ti, corre como nunca lo has hecho y llega a Maratón y avisa que ganamos la guerra’. Y el pobre Filipides, así como casi a pata pelada, salió corriendo. Llegó a la ciudad, y esto es muy épico, porque él va, llega y dice ‘victoria, ganamos’. Y se muere ahí mismo de cansancio. Por eso se conmemora la carrera de Maratón, es una conmemoración a la carrera de Filipides. Y no solo eso. Cuando llegó, entre todas las cosas que dijo, dijo la palabra ‘Nike’. Nike es la diosa de la victoria de los griegos. La marca Nike es la diosa de la victoria de los griegos.

“Hay muchas otras también, como Cleopatra, una mujer súper interesante que marcó la historia de Egipto. En esa época, Egipto era como una ex-colonia griega en África. Alejandro Magno, como trescientos años antes, había dejado la dinastía Ptolemaica, entonces era como un aposento griego. La época de lo que uno se imagina como el Egipto, como de las películas, es mucho más antigua, es de miles de años antes de la época romana. Entonces esto era como un tema más como griego, pero en Egipto. Y ahí estaba esta reina. La obligaron a casarse con su hermano de 12 años, para conservar el poder, después se fue a una guerra entre ellos, ella supo aliarse con Julio César, que iba a ser la persona más importante de Roma. Entonces es todo un tema de como “Juego de tronos”, pero llevado al máximo nivel. Y es una historia real de esta mujer que supo gobernar su país en medio de guerras por todos lados”.

-Al comienzo del libro mencionas que tenías una pregunta: ‘¿Cuál es la mejor manera para llevar el conocimiento de mi disciplina a más personas’. ¿Por qué sientes que es importante saber de historia y geopolítica?

-Son dos cosas. Número uno, yo estudié harto. Era un tipo estudioso, era ñoño, nerd, me gustaba estar en la sala de clases, me iba bien con las notas. Estudié harto, dos carreras, un posgrado y después un diplomado. Siempre me gustó y siempre quise estar en el mundo de la academia. Siempre aprendí que el valor de la academia, propiamente tal, sea cual sea, es la de preservar el conocimiento, todo el conocimiento de la humanidad. Todavía la gente se pregunta, ¿por qué se enseña esto si ya hace años que no se usa? Porque el valor de la academia es ese, es conservar y preservar el conocimiento, aunque no tenga una utilidad práctica monetaria, es una cuestión que trasciende. El conocimiento es importante per se, no tiene que ser con una finalidad de ganar dinero, de tu carrera. En segundo lugar, e igual de importante, el hacer que vaya pasando de generación en generación. Se use o no se use para algo práctico, monetario, pero hay que ir pasándolo. Y eso para mí siempre me pareció fundamental. Yo después me dediqué a hacer podcasts, nada que ver con el mundo académico, pero siempre tuve esa semilla. Las cosas que yo sé no quiero que se mueran conmigo, necesito que queden para la humanidad. Ahí comencé con el contenido de redes, me gusta mucho hablar de los temas que me gustan, que me apasionan, que conozco, me gusta que la gente aprenda. Y también, obviamente, me llena de emoción, me corre una lagrimita cuando la gente demuestra interés por estos temas también. La vida me puso en otra posición. Yo no soy profesor de universidad, yo hago podcasts y hago videos. Más allá de que el podcast, por ejemplo, ‘Tomás va a Morir’, son más bien... Aunque salen estos temas de vez en cuando, es más bien una conversación del día a día, temas que no van por este lado. ¿Cómo lo hago? Bueno, esta es la manera. Una de las maneras, porque ya llevamos tres. El proyecto “Entre los archivos” ha pasado por tres etapas, pero te lo prometo, esta es la que más me gusta.

El podcast junto a sus amigos

Durante más de seis años, Barros junto a Edo Caroe y Tomás Leiva han realizado uno de los podcasts chilenos más exitosos “Tomás va a morir”. Con presentaciones en vivo a lo largo del país, especiales y la productora Estudios Neverland, los tres amigos han expandido el proyecto.

¿Cómo ha sido toda esta experiencia y qué ha significado para ti?

-El significado lo vengo a conocer muy hace poco, porque yo cuando comencé en el podcast estaba con toda esta onda de que efectivamente quería ser un estudioso, un nerd, y de repente se me abre esta puerta. Esto te lo puedo prometer que es 100% verdad: yo comencé a grabar el podcast sin saber lo que era un podcast. Los podcasts en ese momento estaban recién empezando, nadie los conocía. Empecé a cacharle la onda, pero el primer día, estaba como súper colgado, ‘¿qué es esto? No entiendo’. Entonces, al final de cuentas es eso. Es un mundo que se me abrió de la nada, que fue súper explosivo. Me siento un poco, siempre lo cuento así, como los Backstreet Boys. Porque lo que me pasó a mí no es lo que pasa normalmente. Ahora he conocido, y también me pasa con mis otros proyectos, que la gente, para lograr tener éxito haciendo podcasts, por ejemplo, son años y años de trabajo. Y yo me siento como una persona de un proyecto así como prefabricado. Así como tipo Nick Carter, que le dijeron ‘oye, ¿quieres estar en una boy band que va a ser ultra famosa?’. Él dijo ‘sí’ y el jueves que venía ya era ultra famoso. Se saltó toda la etapa de crecimiento. Y esto no se repite. Yo lo he tratado de replicar con mis otros proyectos, mi programa de viaje (Entre paisajes), también con el podcast de ‘Entre los Archivos’, y no es así. Tú no pasas a ser número uno de un día para otro. Yo llevo años tratando de levantar los proyectos, y ahí conocí cómo es el camino real. Y con ‘Tomás va a Morir’ no, fue una cuestión que explotó de la nada. Entonces, imagínate una persona como ya más ñoña, y de repente empieza a ser así como bastante conocido. Yo no me considero famoso, más sí conocido. Y como te digo, siempre estuve con la inquietud de comunicar estos temas.

“Por un lado, (el podcast) fue mi trampolín. Yo creo que efectivamente, no puedo negar que todas las cosas que he hecho, en parte tienen un público, un arrastre, o un interés igual al principio, por ‘Tomás va a Morir’. La gente me presenta como ‘Alejandro Barros, miembro del podcast Tomás va a morir’, entonces es innegable. Y además lo agradezco, porque no es una carga. Muchas personas como las presentan, es una carga de las cuales se quieren deshacer. Yo no. Gran parte de lo que soy, y gran parte de la ventana que tengo, ha sido así gracias al podcast. Hemos crecido mucho como podcast, ya a un punto donde ya estamos cansados. Yo estoy físicamente cansado de todas las cuestiones que hacemos, realmente mucho, porque nos va bien en todas, es divertido eso. Yo diría que la palabra de este año es cansancio físico, literalmente. Personalmente, yo creo que estoy en una edad para estar cansado. Si tengo que estar cansado en la vida, este es el momento, así que no me importa. Este año ha sido súper cansador, porque hemos hecho muchas, muchas, muchas cosas, tanto en el podcast como aparte. Entonces, como digo, resumen, el podcast sí o sí es una parte fundamental de mí, porque me depositó donde estoy. Sigue haciéndolo, no está muerto. Y al mismo tiempo, nos va tan bien, efectivamente, que tenemos que hacer un montón de cosas. Que hacemos nuestro show en vivo, que tenemos la plataforma de Neverland, etc. Entonces son varias, varias, varias cosas”.