A veces en las pruebas hay que extremar recursos para salir airoso. Y eso lo saben bien muchos niños que cursan sus primeros años escolares.

El pasado 30 de noviembre, un usuario argentino de Twitter llamado “Tincho”, contó que su padre, profesor de segundo básico, le había hecho una prueba de Lenguaje a los jóvenes estudiantes. Junto con ello, le adjuntó una captura de la prueba para respaldar su historia

Este examen trataba sobre adjetivos, en que los niños debían poner sinónimos y antónimos de palabras como “alegre y hermoso”.

Así, el estudiante fue sorteando de buena manera las respuestas; por ejemplo, para “enorme” uso las palabras “gigante” y “pequeño”.

Sin embargo, todo se volvió curioso cuando le tocó elegir un sinónimo y antónimo de “bueno”.

En ese momento, el alumno recurrió al bagaje de vocabulario que seguramente sacó de redes sociales y videojuegos, y simplemente prefirió no complicarse la vida.

Así que respondió: “Buenardo” y “Malardo”. Listo.

¿Se la pusieron buena?

Ante lo masivo que se hizo la situación, el usuario le preguntó a su papá si le había dado por correctas ambas respuestas al niño.

Frente a eso, él le contesto: “No lo corregí todavía; debería dárselo por bueno”, sembrando la esperanza y el misterio en similares proporciones.

La invención de las palabras “buenardo” y “malardo” son atribuidas a Martín Pérez Disalvo, más conocido como “Coscu”, que es un popular gamer y youtuber argentino.

Ahí habría estado la génesis de dos conceptos ya parecieran estar llegando a los círculos educativos.