Radiales, románticos y bailables son buenos adjetivos para definir a los venezolanos Chino & Nacho, que vuelven a estar juntos tras su irrupción como solistas y, cómo no, se iban a acordar de nuestro país, una de las plazas más fieles a su música.

La melosa pero infalible “Niña bonita” es un argumento para estas líneas. Tema lanzado en 2009 y sencillo principal del álbum homónimo (2010), no paró de sonar en radios y televisión; incluso musicalizó la teleserie “Aquí mando yo” de TVN en 2011. Ganaron un Premio Grammy Latino como Mejor Álbum Tropical y se presentaron en el Festival de Viña del Mar 2013, donde obtuvieron ambas gaviotas.

En 2017 separaron sus caminos para volver en 2020. Lamentablemente, la pandemia azotó poco después y tocó su puerta de manera brutal, pues Jesús Alberto Miranda (Chino) sufrió una serie de enfermedades —como Covid-19, neuropatía periférica y encefalitis— que casi le costaron la vida.

“Mi compañero empezó a vivir momentos complicados de salud muy fuertes, que hubo momentos donde nosotros pensábamos que él no iba a lograr estar en este momento con nosotros. Ha sido un proceso muy fuerte, pero lo hemos visto recuperarse, la gente lo ha visto recuperarse”, expresa Nacho al Diario Pop.

Ahora, en 2025, los vientos soplan a su favor para el dueto venezolano, quienes con su Eternos Tour buscan recordar esos viejos tiempos y, en sus palabras, viven su mejor momento gracias a la experiencia acumulada.

Nuestro país los recibe este sábado 4 de octubre en el Gran Arena Monticello, en un repaso completo por sus carreras. Las entradas aún están disponibles en Puntoticket.

“Siete años que no íbamos como dúo porque yo tuve la oportunidad de ir al Caupolicán en 2020. El sentimiento es otro, porque no es que no haya sido increíble para mí —porque obviamente ver a un montón de gente que fue a verme y escuchar mi música para mí es importante—, pero esto tiene una carga nostálgica completamente distinta: regresar con mi compañero. Los momentos que nosotros vivimos en Chile como dúo fueron momentos apoteósicos”, comenta Miguel Mendoza (“Nacho”) sobre este nuevo reencuentro con la fanaticada nacional.

“Todo es cíclico”

-Ahora se volvieron a juntar. ¿Cómo fue eso? ¿Por qué también un dúo musical se puede decir que es un matrimonio musical?

-Prefiero decir una hermandad que un matrimonio, pero sí, yo siento que la vida nos ha enseñado tantas cosas y nos ha regalado tantas experiencias, algunas maravillosas y otras fuertes, pero que nos han ayudado a formar nuestro carácter. Nosotros estamos agradecidos con la vida porque entendemos que estos obstáculos y estas batallas nos ayudan a forjar nuestro carácter para mejor.

Duramos 10 años al principio como dúo y, ante el mundo, esos 10 años pueden ser percibidos como un éxito enorme. Vivimos lo que cualquier artista quisiera vivir: premiaciones, viajes por todo el mundo y conciertos sold out. Tuvimos la oportunidad de hacer estadios en Ecuador, en Bolivia, grandes venues. Y como solistas también hicimos cosas enormes.

-¿Por qué Eternos Tour?

-Empezamos esta nueva gira que se llama Eternos Tour y validamos que la música es eterna porque, fíjate, hoy cantamos canciones que nacieron hace 15 o 20 años y jovencitos que tienen seis, siete, ocho años las corean como si estuvieran sonando en radio en este momento. Ha sido muy bueno para todos: a nivel anímico, para mi compañero en su recuperación ha sido maravilloso, y para nosotros es muy emocionante vivir esta reunión. Estamos muy contentos.

-Ese estilo marcó una época. Tuvieron un gran éxito comercial, ganaron un Grammy. Tenía esta mezcla tropical y urbana; recuerdo que Tito El Bambino o RKM & Ken-Y hacían algo parecido en esos años...

-Y está volviendo. Fíjate que ahora en Venezuela tenemos un dúo que se llama Alleh y Yorghaki, que pegaron una canción que se llama “Capaz (merenguetón)” y les está yendo increíblemente bien. Todo es cíclico: pasa con el reggaetón, el drill, el afro, que empiezan a tener protagonismo en la escena. Siento que uno tiene que hacer música —o cualquier profesión que uno haga— con toda la pasión y la determinación del mundo, sin estar esperando todo el tiempo ser tendencia o ser el número uno. ¿Sabes? Eso tiene que ver más con el ego y el orgullo.

“Lo que salía de nuestro corazón era música romántica”

-Junto con eso sacaron, por ejemplo, “Niña bonita”, que pegó mucho acá. ¿Quién fue la musa?

-La musa fue la necesidad que teníamos de hablar de algo distinto. En ese momento empezó a crecer la música explícita; empezamos a ser más permisivos al recibir ese tipo de contenido y mira por dónde vamos: ya la cosa está siendo completamente literal, por lo menos en el plano sexual, la gente dice las cosas de manera directa, sin disfraz.

Y nosotros dijimos: “Oye, naturalmente nosotros no somos eso. Nos gusta, lo disfrutamos, somos fanáticos de los artistas que lo están haciendo, pero también tenemos que encontrar nuestra línea y diferenciarnos más allá de seguir tendencias”. Lo que salía de nuestro corazón era música romántica en ese momento, a pesar de que hemos tenido la oportunidad de hacer canciones con contenido explícito. Eso fue lo que nos funcionó. Veníamos de casi cuatro años con una agrupación muy exitosa en Venezuela (Calle Ciega), y esa fue la esencia que quisimos mantener.

-¿Y cómo fue la composición de “Niña bonita”? Es un hit: seas o no fan de ustedes, uno la conoce…

-Fue un trabajo en equipo, en realidad. En el tema de composición y letra yo tuve mucha responsabilidad, definitivamente, pero obviamente dependía de una pista, de un instrumental, y fue ahí donde entró nuestro compañero dominicano Richy Peña, que en ese entonces vivía en Boston. Nos recibió en su casa y pasamos un buen tiempo ahí con él creando música: hicimos un disco completo en su estudio. Grabamos como 11 canciones, y la que se eligió para promocionar fue “Mi niña bonita”.

-Un poco en la letra dice “mi niña bonita, mi dulce princesa, me siento en las nubes cuando tú me besas”. Es totalmente enamorado…

-Simple. Pero a la gente le gustó muchísimo, bro. Ese disco nos dio la oportunidad de ganar nuestro primer Grammy y fue la llave que abrió las puertas del mundo para nosotros. De ahí en adelante la gente ya estaba dispuesta a recibir nuestra música, y cuando eso pasa no tienes una presión tan grande, porque ya te reconocen por esa línea, entienden que eres precursor de ese movimiento. Entonces empezaron a salir canciones como “Te dije”, “El poeta”, “Tu angelito”, “Mi chica ideal”.

“Mi compañero (Chino) logró su libertad discográfica”

-Se viene el Monticello. ¿Cómo será el show? ¿Un repaso completo de todos sus hits? ¿Qué nos pueden adelantar?

-Sí, imagínate: tenemos una década de canciones. Vamos a regalarle a la gente al menos dos horas de música; son 10 años de un repertorio muy amplio. Incluiremos toda la gama de canciones que hicimos como dúo durante esa década y también algunos éxitos de nuestras etapas como solistas. Queremos que el público viva una experiencia completa: que vean el montaje y digan wow —las visuales, las coreografías de nuestro cuerpo de baile—, que disfruten nuestro desempeño vocal, porque creemos que estamos en nuestra mejor etapa. La vida es una escuela, uno mejora con los años, aunque claro, llega un momento donde la edad te hace bajar un poco. No es lo mismo cómo cantábamos en nuestra primera canción que ahora, después de 20 años de trayectoria.

-Hay una gran colonia venezolana en nuestro país. Será un espacio para conectarse con ustedes…

-Bueno, amén, mi hermano. Nosotros siempre queremos que el público chileno conecte con nosotros, porque vamos a Chile para eso, para conectar con Chile. Pero definitivamente es un gran placer poder ver a nuestro público venezolano, que es nuestra gente natural, y disfrutar cómo levantan nuestras banderas en otras fronteras. Es hermoso ver cómo muchos han crecido en otros territorios, que están dispuestos a seguir sonriendo a pesar de cualquier adversidad que les tocó vivir para poder estabilizarse en Chile. Seguramente ya hay segundas y hasta terceras generaciones allá.

-¿Qué se viene en su futuro?

-Ahorita que mi compañero (Chino) logró su libertad discográfica, ya con el favor de Dios vamos a proponernos hacer más música juntos. Antes, el hecho de que él estuviera amarrado a una transnacional discográfica nos limitaba un poco. Ahora, con su libertad y la mía, tendremos la oportunidad de crear mucho más. Pero vamos a empezar con estos conciertos, para calentar a nuestro público de nuevo y que estén ansiosos de más música.