Cómo se dio el caso de Catalina Cayazaya y qué han relatado desde su círculo cercano

Cómo se dio el caso de Catalina Cayazaya y qué han relatado desde su círculo cercano. Foto: Catalina Cayazaya.
Cómo se dio el caso de Catalina Cayazaya y qué han relatado desde su círculo cercano. Foto: Catalina Cayazaya.

Su madre y una compañera de su primer internado detallaron cuáles fueron las situaciones a las que se enfrentó la estudiante de terapia ocupacional.

Fue a inicios de abril cuando se conoció públicamente el caso de Catalina Cayazaya, una alumna de terapia ocupacional que atentó contra su vida después de pasar por una compleja situación en la Universidad de los Andes.

La noticia se hizo viral en las redes después de que su madre, Carolina Cors, difundiera una carta abierta en la que denunció una serie de “abusos y tratos injustos” de parte de profesionales de la mencionada casa de estudios.

Aquello se dio específicamente, según su progenitora, desde que inició su primer internado.

De la misma manera, en el documento se asegura que no fue un caso particular, sino que más bien, se trata de un escenario de “maltratos e irregularidades” que han sufrido varios alumnos.

Pese a que, según Cors, se presentaron múltiples avisos para alertar sobre esta situación y que incluso “la mitad de su curso” firmó una carta al respecto, dice que los directivos no tomaron las medidas correspondientes en esos momentos.

El lamentable deceso de la joven se dio el 16 de marzo. La universidad emitió un comunicado este miércoles 3 de abril para informar a la comunidad universitaria sobre su fallecimiento.

Iniciamos una exhaustiva investigación para determinar las eventuales responsabilidades. Al mismo tiempo revisaremos el sistema de prácticas y vínculos con los campos clínicos que buscan garantizar un ambiente seguro para nuestros estudiantes”, dijeron desde el establecimiento académico.

En redes sociales, numerosos usuarios han manifestado sus lamentos por lo que ocurrió con Catalina y han contado sus experiencias personales en este ámbito.

Asimismo, se ha recalcado la importancia de que se adopten medidas efectivas para evitar situaciones que pongan en riesgo la salud mental durante estos procesos.

Por su parte, desde la Superintendencia de Educación Superior informaron que hasta el pasado 3 de abril no recibieron “denuncia o reclamo formal relacionados con este caso”.

“Sin embargo, debido a la gravedad de la situación, se ha resuelto actuar de oficio”, agregaron.

Bajo esta línea, detallaron: “La información disponible hasta ahora apunta a que su deceso se habría producido en el contexto de una serie de denuncias realizadas ante la Universidad. Por eso, se ha oficiado a la Universidad de los Andes para que entregue a la SES toda la información que disponga en relación con esta lamentable situación, las acciones que desarrollará para clarificar lo ocurrido y la manera en que está enfrentando otras denuncias similares, en caso de existir”.

Cómo se dio el caso de Catalina Cayazaya y qué han relatado desde su círculo cercano. Foto: Catalina Cayazaya.
Cómo se dio el caso de Catalina Cayazaya y qué han relatado desde su círculo cercano. Foto: Catalina Cayazaya.

El caso de Catalina Cayazaya

Fue en marzo de 2017 cuando la joven entró a la carrera de terapia ocupacional en la mencionada casa de estudios.

Según el relato de Cors, su hija “pasó los primeros cuatro años sin problemas” y tenía buenas relaciones tanto con sus compañeros como con sus profesores.

No obstante, cuenta que las complicaciones se dieron cuando inició el internado en 2022.

Ahí, según la madre, se encontró con “un lugar en donde está normalizado el maltrato a los internos de las carreras de la salud”.

“En su primer internado le tocó una tutora TO que usaba a las internas para realizar talleres y que las trataba según el ánimo con el que amanecía, incluso con insultos y faltas de respeto”.

Frente a este escenario, Catalina se acercó a la docente que estaba a cargo para informarle, pero no vio efectos.

Junto con ello, dice que fue “una sorpresa” que en las evaluaciones preliminares la felicitaran por su trabajo.

Se presentó al examen sin nota de desempeño y con la exigencia de evaluar a la tutora previo a este (ambas situaciones completamente irregulares e ilegales, en conocimiento de la universidad)”, afirma Cors.

En ese momento, Cayazaya “la evaluó creyendo que no le llegaría a ella hasta después” de que recibiera su nota.

Más tarde, se enteró de que fue reprobada.

“Fue a la dirección a presentar estas situaciones, (pero) nadie la escuchó. Fue tratada de ‘sensible’, como si serlo fuera algo negativo”.

Tras lo anterior, redactó una carta a los directivos que fue firmada “por la mitad de su curso”, según su madre.

En ella, relataron “los maltratos e irregularidades sufridas en cada una de sus rotaciones”.

“La respuesta: fueron citadas en forma individual, cada 10 minutos, donde se les acusó de mentirosas y de injurias y amenaza de suspensión de internado. Las chicas se paralizaron”.

Otro testimonio compartido a través de las redes y firmado por una de sus compañeras del primer internado cuenta que “las tutoras le apagaron la luz” y que sus acciones “contribuyeron a que se le acabaran las ganas de vivir”.

Se reían de ella en la cara al ser interrogada de manera despectiva, con aires de superioridad y poca educación, echadas sobre su silla, comiendo chicle y mirando su celular, sin siquiera mirarla a la cara”

“La Cata lloraba en nuestras horas de almuerzo, pero se secaba las lágrimas y volvía con los residentes con una sonrisa en la cara y un nudo en la garganta. ¿Al final? No pudimos hacer nada”.

Después de aquello, obtuvo una licencia psiquiátrica hasta que pudo asistir a su segundo internado.

Se trataba, precisa Cors, de la consulta particular de la jefa del departamento de terapia ocupacional de la clínica de la universidad.

Ahí se sometieron a intensas jornadas que iban desde las 8:00 hasta las 19:00, en las que recibían en promedio a una decena de pacientes. Tenían tres cuartos de hora para cada uno.

Luego, debían quedarse a trabajar en las fichas y en repetidas ocasiones estaban sin supervisión.

“En las dos evaluaciones preliminares pasó bien calificada, sin ninguna retroalimentación negativa. Pero la última semana la tutora se enteró que no tendría interna en la próxima rotación, a causa de la cantidad de licencias por salud mental de las que habían pasado con ella. Un día antes del examen informó que Catalina no podía presentarse, porque se encontraba deficiente”.

Aún así, la joven insistió a la dirección que le dieran su nota de presentación y que le permitieran presentarse a un examen, lo que se le fue concedido.

Pero ahí se topó con un escenario similar al anterior, ya que “nuevamente le exigieron evaluar a la tutora previo al examen y se volvió a presentar sin nota de desempeño”.

“La tutora la aprobó con un 4, y en ese momento informó que su nota de presentación era un 2 (improbable con dos preevaluaciones buenas)”, acusa Cors en la carta.

Los hechos llevaron a que su hija tuviera un fuerte declive emocional, por lo que la madre asistió a la universidad para conversar con sus docentes y la directora de la carrera.

En esas reuniones, cuenta que les detalló “todas las irregularidades en las que se incurrió”, con distintos mensajes y correos electrónicos como respaldo, junto con informarles sobre el estado de Catalina.

El resultado de tales conversaciones, según la madre, quedó “solo en promesas de que se investigaría” y en la medida de que su última tutora ya no recibiría más internas en su consulta.

Posteriormente, el 16 de marzo, se registró su deceso.

Al momento de la publicación de la carta, Cors declaró: “17 días después, la comunidad universitaria no está en conocimiento de que una de sus alumnas se quitó la vida, pese a que la dirección académica lo supo al día siguiente”.

¿Será mucho pedir que esta terrible experiencia sirva para que se revisen los protocolos y esto no se vuelva a repetir? Se lo debemos a Catalina y a tantos otros que han debido sufrir abusos y tratos injustos de parte de los profesionales a cargo de su educación. Y a las familias que están detrás y arrastrarán este dolor de por vida”, sentenció la madre de Catalina Cayazaya.

El Minsal tiene a disposición de la ciudadanía un número telefónico, en caso de tener consultas o inquietudes sobre acciones o intenciones suicidas, tanto propias como de un cercano o cercana. Si siente que necesita ayuda con respecto a este tema puede comunicarse a la línea de prevención del suicidio al *4141 o también a Salud Responde al 600-360-7777.

Revisa las cartas a continuación

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