En 1991, una joven española murió en misteriosas circunstancias tras jugar con una ouija, heredando a su familia un tenebroso misterio. Ni siquiera la policía pudo explicar lo que vivieron.
En 1991, el caso de Estefanía Gutiérrez Lázaro dejó atónitos a los españoles. Y es que se trata de uno de los pocos sucesos paranormales que ha dejado constancia en un informe oficial de la Policía Nacional.
Estefanía Gutiérrez Lázaro, una joven de 17 años residente en el barrio madrileño de Vallecas, murió en agosto de 1991 bajo circunstancias médicas aún sin esclarecer completamente.
Meses antes, según relatan sus familiares, la joven participó en una sesión de ouija improvisada en su colegio para contactar con el espíritu del novio de una compañera fallecido recientemente.
La sesión fue interrumpida por una profesora, quien rompió la tabla e hizo caer un vaso con humo, el que fue inhalado accidentalmente por Estefanía.
Este hecho marcó el inicio de una cadena de sucesos inexplicables.
Tras aquel incidente, Estefanía comenzó a experimentar episodios de convulsiones como ataques epilépticos, visiones de sombras que la acosaban en su habitación, y una progresiva alteración de su estado mental.
Pese a múltiples consultas médicas, los especialistas no lograron establecer una causa orgánica clara para su deterioro.
La mañana del 14 de julio de 1991, tras haber atacado a su hermana la noche anterior, Estefanía sufrió un severo episodio de catalepsia y entró en coma.
Durante la madrugada siguiente, la joven falleció en el Hospital Gregorio Marañón, donde los médicos forenses no pudieron establecer la causa de muerte de la joven.
Actividad paranormal en casa
La historia no terminó con la muerte de Estefanía. Según la familia Gutiérrez Lázaro, tras el fallecimiento de la estudiante, comenzaron a suceder hechos inexplicables dentro de su casa ubicada en la calle Luis Marín.
Susurros en la noche, objetos que se movían solos, electrodomésticos que funcionaban sin estar conectados y apariciones sombrías, eran parte de su día a día.
Particularmente perturbadora era una figura negra y sin rostro que los padres afirmaban haber visto con frecuencia. La situación alcanzó un punto crítico el 27 de noviembre de 1992, cuando la familia, desesperada, llamó a la Policía Nacional.
Los agentes que acudieron al domicilio fueron testigos, según consta en el informe oficial firmado por el inspector José Pedro Negri, de fenómenos inusuales: “una puerta de armario se abrió de forma súbita, una cruz fue arrancada de la pared y el marco con la foto de Estefanía apareció chamuscado sin explicación aparente”.
Este informe constituye uno de los pocos documentos policiales que recogen fenómenos aparentemente paranormales de forma oficial en España.
A pesar de los años transcurridos, el misterio persiste. Numerosos investigadores del fenómeno paranormal, tanto escépticos como creyentes, han intentado dar explicación a lo ocurrido.
Algunos apuntan a causas psicológicas y fenómenos de sugestión colectiva; otros insisten en la posibilidad de una manifestación sobrenatural.
Lo cierto es que la familia se mudó de la vivienda años después, y nunca volvió a experimentar hechos similares.
La casa fue vendida, reformada y, según sus nuevos inquilinos, libre de cualquier actividad extraña.
Repercusiones mediáticas y culturales
El caso adquirió notoriedad pública en los años posteriores, siendo objeto de múltiples reportajes, programas de investigación y debates televisivos.
En 2017, el director Paco Plaza se inspiró en esta historia para crear la película “Verónica”, que tuvo un amplio éxito internacional y revivió el interés por el expediente.
Hoy, en 2025, el caso sigue sin una conclusión definitiva. Sin embargo, para muchos, el caso Vallecas permanece como un hito en la historia del misterio en España.