La selección de cuentos son parte de la edición pasada y para ser parte de la próxima tienes hasta el 30 de abril ¡Apúrate!
El amor está en todas partes: en un paradero vacío de madrugada, en un susurro que nunca se dijo o, en un recuerdo que se esconde tras una cuenta desactivada.
Santiago en 100 Palabras lo sabe bien y el proyecto de Escondida | BHP y Fundación Plagio, nos regala una selección de los microrelatos más románticos del libro de su versión pasada.
La convocatoria para recibir cuentos esta XXIV edición del concurso estará abierta hasta el 30 de abril en santiagoen100palabras.cl.
Estos siete cuentos nos llevan desde Puente Alto a Lo Barnechea, donde cada esquina guarda una historia y cada palabra despierta una emoción.
El paradero
Al llegar al paradero PC149 de Salvador, pido que me bese sin decirlo realmente. Son las tres y media de la mañana de un jueves en junio, pero es un beso de verano.
― Javiera Pizarro Hillmer, 28 años, Las Condes.

Diccionario
Y ella le dijo que lo amaba, entonces él se paró furioso y buscó la palabra «amor» en el diccionario. Cuando volvió, ella ya no estaba, había ido a buscar en el diccionario la palabra «silencio».
― Verónica del Pilar Gómez Santos, 45 años, Macul.

El pololo de mi amiga
Desde pequeña siempre he tenido una extraña atracción por las personas con pareja, y esto me ocurría especialmente cuando mis amigas tenían algún pololo. Claramente no fue una excepción con el nuevo pololo de mi amiga que, profundamente enamorado de ella, no me miró nunca por más de medio segundo y siempre estaba centrado en estar con ella. Siempre era ella y mi sangre hervía cada vez que la mencionaba. Él la amaba y ella lo amaba a él, pero ¿por qué no podía estar yo en su lugar? ¿Qué tenía él que no tuviera yo?
― Isidora Castillo Barrueto, 18 años, Peñalolén.

Amor eterno
Su esposa estaba de cumpleaños. Se despertó feliz, contó hasta diez y se encerró en el baño. De traje gris y sombrero a tono, en Transantiago se dirigió al Cementerio General. Estando ahí se sentó en la loza de una tumba. Sobre esta puso un ramo de rosas, luego abrió una caja y sacó un pastel, sobre él puso una vela y la encendió. Después cerró los ojos con fuerza y pidió un deseo. No alcanzó a soplar cuando el corazón se le reventó de amor contenido. Lo último que alcanzó a decir fue: Deseo cumplido.
― Raúl Navarrete Alonso, 62 años, Cerrillos.

Paradero 26, Av. La Florida
La veo siempre sentada, pelo liso, lentes, las paletas un poco chuecas. Se baja siempre en el mismo paradero, saluda a su amiga que la está esperando. Veo la cara de la amiga cuando ve que viene la micro, le brillan los ojos, se arregla inconscientemente el pelo y guarda el teléfono. Se saludan de abrazo, beso en la mejilla, amigas de toda la vida. Ella le cuenta sobre el profe mala onda que tiene, la amiga la escucha, pacientemente, como si no hubiera escuchado la misma queja cien veces. Tal vez el amor es quejarse siempre en el paradero.
― Antonia Manríquez Astete, 16 años, Puente Alto.

Usuario no encontrado
A veces te extraño, y me meto a tu Instagram a revisar, me sale sin foto y dice «Usuario no encontrado».
― Lucas Gálvez Patiño, 27 años, Maipú.

Líneas paralelas
Tú seguiste el camino, yo desordené el mío. Entré a estudiar Letras, tú quedaste en Economía. Mientras tú te eximías de Cálculo, yo me deprimía leyendo a Mistral. Yo pensaba en el sinsentido de la gramática, tú sacabas derivadas. Yo caminaba por Lastarria con compañía pretenciosa, tú atendías a congresos de política. A veces incluso pienso que mientras yo escribía sobre ti, tú encontrabas accidentalmente las iniciales de mi nombre en alguna ecuación matemática. Terminamos siendo líneas paralelas sin probabilidad de intersección.
― Rosario López Fuentes, 21 años, Lo Barnechea.
