Por Luis GajardoKuraimokha: un fenómeno del under a punto de estallar
Kuraimokha parece tener todo lo que se necesita para convertirse en una de las estrellas de la nueva generación de artistas urbanos, una para la cual nombres como Harry Nach o Kid Lucilfer ya entran en la categoría de clásicos. Líder del colectivo “Kinoto”, Luciano Jarievich se maneja con comodidad entre el hard trap, el plug y el hyperpop.

Cuenta Luciano Jarievich aka Kuraimokha que el encierro ha sido su principal combustible para, irónicamente, poder liberar sus emociones y convertirlas en arte.
“El 2019 yo vivía en la zona cero del estallido entonces igual hubo varios momentos donde no se podía salir mucho. En ese contexto empecé a hacer beats, así conocí de hecho al Kuroh y al Saint Cattiveria. La verdad es que me gustaba como me quedaban, y pretendía venderlos pero nadie me los compraba. Por eso decidí empezar a usarlos yo”, dice en una entrevista con Entre Vibras.
Luego vendría la cuarentena pandémica. “Hay toda una generación de artistas que nace ahí”, reflexiona allí mismo.
En el canal de Youtube A Punto cuenta que su rutina constaba de ir de la cama al PC y viceversa.
“Estaba muy pegado con Fortnite y Demon Slayer”, dice. Pero aparte de un consumo compulsivo de series y videojuegos, Luciano tuvo una excelente idea. “Armé un grupo gigante de Discord. Silenciaba las clases online y me metía a buscar artistas duros, ahí encontré de todo tipo, audiovisuales, beatmakers, fotógrafos, de todo. Me puse a reclutar a mis Avengers”.
Así nacieron “los Kinoto”, la crew de Kuraimokha. “Actualmente somos 8, nos conocimos un año después de la cuarentena. Por redes ya teníamos una conexión muy fuerte, había mucha reflexión grupal y también autoayuda, entonces al momento de vernos ya éramos prácticamente familia”, dice.
“Eso sí, los primeros videos que hicimos quedaban de la perra, muy malos”, recuerda riendo.
“El sueño de querer hacer música sale del encierro, de una necesidad de expresar rabia, tristeza, agresividad, de todo”, dice. En un perfil realizado por Espectador, confesará que durante ese tiempo vivió un cuadro depresivo.
A la fecha, Kuraimokha tiene tres discos editados: KINOTO, Vol. 4 (2023), mocoso (2024) y no me mires así (2025).
Tiene dos sencillos recién estrenados: “mangokush” y “SARIA NO UTA”.
Para algunos medios especializados, como Expectador, que en enero publicó un perfil del cantante, Kuraimokha es “el nuevo rostro del underground”.
De Kuina a Pokemón
“Cuando era chico me sabía todos los pokemones de memoria y podía imitarlos a todos. Ahora que lo pienso quizá era raro, pero es algo que hago, doblar personajes. Siempre quise ser actor de doblaje, de hecho creo que hacer música fue mi forma de entrar a ese mundo”, cuenta en Entre Vibras.
Actualmente, Kuraimokha estudia producción musical en la Escuela Moderna de Santiago y también es modelo de la agencia We Love Models.
“El nombre salió de cuando era chico, estaba haciendo mi perfil de Insta recién. Me gustaba mucho el mocachino y Kurai me gustó porque significa oscuridad en japonés, según Google”, dice en Pleto Entertainment.
“Siempre quise que Kuraimokha fuera gritón y agresivo. Pero también que tuviera otro lado más melódico, sad. Kinoto tiene dos caras y Kuraimokha también, es bonito porque esa dualidad en los conciertos hace que en un tema triste las parejas se abracen o entran en ese mood y con otras es como ¡¡eeeeh conchetumadre!! Me llegan mensajes de personas que me dicen que la música les ayuda o acompaña y es muy fuerte, llegar a la mente y al corazón de las personas, es algo muy loco”, reconoce en Entre Vibras.
Entre las referencias de la música de Luciano y los Kinoto se encuentran desde videojuegos como Zelda hasta muchas series animadas tipo Demon Slayer y Pokemón.
En diferentes entrevistas nombrará distintas influencias: Xxxtentacion y Ski Mask the Slump God, Ghostname, Scarlxdr y Bones. Es imposible no reconocer también la influencia del extinto colectivo Ryodan (Trinset, un miembro de los Kinoto tiene una canción con Kid Lucilfer).
“Los Ryodan cuicos, nos han dicho”, reconoce riendo en entrevista con A Punto. “Otros nos critican diciendo que somos inmaduros para las letras, pero puta la hueá si salimos recién del colegio. Hace un rato estaba jugando Fornite, ¿De qué más voy a escribir? Obvio que escribimos de las cosas que conocemos o de quiénes somos”, dice. En un plano más serio explica que le gusta narrar sobre temáticas de adicciones o problemáticas familiares. También ha colaborado con Kuina.
“Me gustaría que lo que estamos haciendo sea un refugio emocional para harta gente. Que sea un movimiento tanto en Chile como Latinoamérica. Mi sueño es que Kinoto sea la cara del hard trap no solo en Chile”, dice en Entre Vibras.
“Es loco pensar que después de tantos años de trabajo sin recibir nada, en un momento se empiece a recibir apoyo. Quiero viajar, conocer y colaborar con gente de afuera”, dice en Pleto. En A Punto, reflexiona: “Me gusta saber que estoy haciendo algo más de nicho, que no se está haciendo mucho, aunque no tenga un papel protagónico. Me gustaría seguir haciendo esto hasta que choque, y luego ser productor, cuando ya no pueda subir tik toks bailando”, dice bien serio y después se mata de risa. Con la dualidad propia de un Kinoto.
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