“Sabía que me estaba metiendo en algo complejo”, reconoció Rodrigo Jarpa en conversación con La Cuarta sobre la escritura de “Psicodélicos y mi otro yo”, donde aborda el renacimiento psicodélico como una alternativa a diferentes patologías, incluso adicciones, y que en algún momento podría ser legal.
El psicólogo Rodrigo Jarpa lanzó su más reciente libro titulado “Psicodélicos y mi otro yo”. Una obra compleja se escribir no solo porque el nombre del profesional ha estado por años relacionado a la sexualidad, sino también por los prejuicios que existen en torno a los psicodélicos.
En actualidad circula mucha información errada o distorsionada respecto a su origen y usos. Por eso este es uno de los primero libros en Chile que aborda el renacimiento psicodélico desde una perspectiva que combina ciencia, historia y reflexión sobre experiencias personales.
Conversamos con el autor sobre su texto y los cuestionamientos a los que se enfrentó antes de aceptar el desafío de escribir: “Jarpa antes era y sigue siendo asociado al sexo, que ya es un tema tabú, y ahora asociado a las drogas (...), sabía que me estaba metiendo en algo complejo”, relató a La Cuarta.
- Rodrigo, ¿cómo comenzó la investigación para este libro?
Mi interés en los psicodélicos y particularmente en las terapias asistidas con psicodélicos, se inician con algunas experiencias personales de hace muchos años, donde me quedé con la sensación de que había algo más. En ese momento no lo entendía muy bien porque el uso era más que nada en contexto recreativo. Pero me quedé con la sensación de que tenían un potencial mucho más grande, y eso dejó la puertita abierta.

“Se sigue pensando que son sustancias peligrosas”
- Al inicio del libro hablas sobre posibles problemas legales que evaluaste antes de escribir…
Sí, bueno, igual sabía que no iba a tener problemas legales, porque lo que estoy haciendo es divulgar información, conocimiento con base científica, y eso es un derecho, así como el acceso a ese tipo de información. Pero anticipaba que quizás podría tener algunas dificultades, prejuicios. Y considerar que Jarpa, antes era y sigue siendo asociado al sexo, que ya es un tema tabú, y ahora asociado a las drogas, el concepto droga tiene una carga bien profunda. Sabía que me estaba metiendo en algo complejo, pero el libro va mucho más allá de eso. Se enfoca en los psicodélicos, que lamentablemente están dentro de este gran saco de las drogas con toda la carga que eso significa.
- De hecho tú estás certificado en Terapia Asistida con Psicodélicos, pero ¿eso se puede hacer en Chile?
No, no se puede hacer en Chile, porque son sustancias ilegales.
- ¿Cuáles son los principales prejuicios con los que te has enfrentado?
Se sigue pensando que son sustancias peligrosas, que son adictivas, que pueden tener un potencial de daño a nivel del cerebro, que te fríen el cerebro. Pero tiene que ver mucho con la desinformación, con creer que son sustancias puramente negativas, y que su uso tiene que ver más con lo recreativo. Cuando sabemos que la ciencia y la evidencia está demostrando cada vez más que tienen un potencial terapéutico muy relevante.
- Sobre este potencial, ¿los psicodélicos sirven para todos los casos?
Esa es una súper buena pregunta. Una de las cosas que a mí también me llamó mucho la atención de las terapias asistidas con psicodélicos, es que su uso es transdiagnóstico. Es decir, pueden servir para distintas problemáticas, patologías, trastornos; pero esto no implica que cualquier persona pueda tener este tipo de terapia. Va a depender del caso particular, si hay condiciones de salud mental previas, antecedentes familiares. Pero sí llama la atención que se pueden usar y que han mostrado efectividad para trastornos del estado del ánimo, trastornos ansiosos, de la conducta alimentaria, adicciones también.
“Los psicodélicos nos despiertan”
- Cuándo leí el título, lo relacioné inmediatamente a las sectas, al ayahuasca, y tú mencionas esto en el libro.
El uso de la ayahuasca o de otras plantas medicinales nos ha acompañado a lo largo de la historia, tiene un uso ancestral que se enmarca dentro de ciertas culturas y tradiciones. Pero claro, son herramientas poderosas, entonces va a depender mucho del contexto en el que se usen, cuál sea la intención. Y sí, también sabemos que han sido parte de sectas y todo lo oscuro que eso implica, pero van mucho más allá de eso. Hay una parte del libro que habla de las sectas y de cómo se ha asociado. Acá en particular, la secta de Antares de la Luz, que tomaba ayahuasca como si fuera jugo Yupi. Sabemos también lo oscura que fue toda esa historia.

- Hablaste también de cierta conexión de psicodélicos con experiencias cercanas a la muerte, calificas el DMT como un “con un portal al más allá”.
Es algo que se ha visto, algunas de estas experiencias de estados no ordinarios de conciencia que se asemejan a experiencias cercanas a la muerte. En el libro cuento una anécdota que tuve hace varios años, y después experimentando con una de estas sustancias, fue como estar reviviendo esa misma experiencia cercana a la muerte. Porque tenían características muy similares, de un estado de paz profunda, de ver mucha luz, de una sensación de entrega, de mucho bienestar, de conexión con algo más grande. Yo cuento que iba andando en skate y me caí, me pegué en la cabeza. No ha sido la única, pero esa ha sido la más fuerte que he tenido.
- Me comentaste que se tiende a creer que psicodélicos son adictivos, pero lo cierto es que sirven para tratar adicciones. ¿Cómo se rompe con este estereotipo?
Muchas de las investigaciones iniciales que se hicieron con psicodélicos, antes de que empezara la guerra contra las drogas y la prohibición, eran en el tratamiento de adicciones, en el tratamiento de alcoholismo, por ejemplo, y que estaban teniendo muy buenos resultados. Y también pasa que las personas relacionan “psicodélico, droga, adictiva”, pero entonces, ¿cómo se va a usar una droga para tratar la adicción de otra droga? Son sustancias muy diferentes, la experiencia es distinta, y que, a diferencia de otras drogas, como por ejemplo el alcohol, que muchas veces nos adormece de alguna manera, los psicodélicos hacen todo lo contrario, nos despiertan, nos hacen expandir nuestra conciencia más que reducir nuestra conciencia.

“No es necesario tomar psicodélicos para abrir los ojos”
- ¿Cómo fue para ti escribir este libro siendo un psicólogo reconocido por su trabajo en sexualidad?
Fue desafiante por distintas razones. Mucho de mi foco y de mi interés tiene que ver con ayudar a personas, parejas, a potenciar su bienestar sexual, y también trabajo mucho con terapia de pareja, que es algo que me gusta muchísimo y que lo disfruto mucho. Y también trabajar en educación sexual, y hacer charlas para apoderados en colegios, con los alumnos, alumnas. Entonces meterme en este tema quizás iba a dar la idea de que ya había abandonado todo lo otro, y no es así, pero se me estaba presentando la oportunidad, y siendo consciente de todo el potencial que tienen las terapias asistidas con psicodélicos, sentí que era una responsabilidad importante de asumir, entregar esta información, romper todos estos mitos, y de que las personas se abran a esta posibilidad. Quizás se comience a integrar más, como parte de una herramienta, una posibilidad para el trastorno de problemas de salud mental.
- ¿Crees que nos falta mucho para llegar a legalizar estos tratamientos?
Cuando empecé a hacer la certificación, y empecé a escribir el libro, tenía la idea de que yo no iba a estar vivo cuando esto se legalizara, lo veía para mucho tiempo más, pero ahora creo que es mucho más posible que sea antes, y ojalá que yo sí pueda ser testigo de eso. Porque necesitamos más herramientas, más posibilidades de ayuda, está habiendo una aceptación que tiene que ver mucho con lo que está pasando en otros países, en algunos estados de Estados Unidos donde ya se está legalizando, y en otros países donde también. Muchas veces nosotros terminamos imitando el ejemplo de lo que ocurre afuera, y eso está teniendo un impacto en ir abriéndonos más a esta posibilidad.
- ¿Cuál es el mensaje o la visión que esperas que tengan las personas al terminar de leer el libro?
El libro, si bien aborda el tema de los psicodélicos, es mucho más amplio y también hace una invitación a darnos cuenta de cómo estamos viviendo el día a día, las relaciones, cómo nos estamos relacionando entre nosotros y con la naturaleza, y para todo eso no necesitamos psicodélicos, simplemente es poder empezar a darnos cuenta, a ser más conscientes, abrir los ojos, y no es necesario tomar psicodélicos para abrir los ojos, es un camino más, es una posibilidad, pero claramente no es la única.