Mucha gente cree que las verduras congeladas no son tan saludables como las frescas, pero investigadores y expertos en nutrición explican por qué este método de conservación puede ser mejor de lo que crees.
Congelar alimentos es una práctica común en muchos hogares, sin embargo, existen dudas acerca de si este método de conservación afecta o no la calidad nutricional de las verduras. ¿Pierden vitaminas? ¿Terminan siendo menos saludables que las que están frescas?
Acorde a la nutricionista, Alessandra Eminente, quien además de compartir tips en redes sociales es graduada en la Universidad de Valencia, las verduras congeladas se mantienen igual de saludables que las frescas. “La congelación es una técnica de conservación de los alimentos que es excelente, preserva sus nutrientes y también la textura”, explica.
Así lo confirma un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, que investigó la conservación de vitaminas en verduras congeladas y refrigeradas como choclo, zanahorias, brócoli, espinacas, porotos, porotos verdes, fresas y arándanos. Los estudios han demostrado que el contenido de vitaminas de las verduras congeladas es comparable o incluso mayor que el de las verduras frescas.
Además, las frutas y verduras resultan más accesibles cuando se compran congeladas, incluso es posible ahorrar al adquirirlas frescas en cantidades mayores y congelarlas en casa. Este método permite que se conserven en buen estado y por más tiempo sin perder sus propiedades.

Cómo congelar correctamente las verduras
Para conservar al máximo sus propiedades, es importante congelarlas de la manera adecuada. La escuela de cocina Tito Prosper recomienda:
1. Lavar, pelar y cortar las verduras en trozos pequeños.
2. Cocerlas de 1 a 3 minutos en agua hirviendo y luego pasarlas a agua fría.
3. Secarlas bien y guardarlas en bolsas herméticas o recipientes adecuados.
La excepción son los pimentones, las cebollas y el ajo, que se pueden congelar sin cocción previa. A diferencia de los pepinos, la lechuga y los tomates, no se recomienda congelarlos cuando están frescos, ya que pueden perder su textura original.