A sus cortos 21 años destaca por sus reflexiones; calmo y tranquilo, su personalidad dista mucho de la de sus colegas en esta amplia amalgama que es el género urbano. Nos referimos a Marcokein, este adalid de las rimas que se matriculó con uno de los proyectos del hip hop nacional que se deben escuchar este 2025: Los últimos serán los primeros.

Este nuevo trabajo es una mezcla de ritmos frescos que pasan por el drumless, west coast, Detroit, bounce, trap, swag ‘00 y Florida, donde hay introspección, vivencias, sueños y sentires.

Marco Guajardo (21), quien ha transitado por San Carlos, la Quinta Región y ahora reside en nuestra capital desde hace tres años, asegura: “Va todo súper bien, en verdad estoy súper conforme con los resultados y, más que nada, con el producto; con lo que logramos con el proyecto”, agrega el rapero.

En un relato que escapa al exceso de la ostentación de sus congéneres, puntualiza: “No tengo aspiraciones como alguien que nunca tuvo nada, que ha tenido menos oportunidades, menos cariño. Tuve una base, tuve mi familia bastante funcional, una buena infancia. Aspiro a tener paz y lo necesario para estar tranquilo”, sentencia este "Young OG".

-¿Y por qué Los últimos serán los primeros?

-Es una conclusión que saco constantemente de las polaridades, de las cosas que se contraponen; más que nada como una dualidad.

-¿Esa dualidad dónde se ve?

-En el día a día, en casi todo, en realidad. Si rebusco mucho algo termino llegando a esa respuesta; así como, no sé, por las decisiones que uno toma, las cosas que no le gustan, las cosas que uno hace. Cada vez que hay una decisión importante llego a la conclusión de que puede ser de una forma o puede ser de muchas formas. La libertad que tenemos de hacer lo que queramos un poco y, al mismo tiempo, el hecho de que estamos condicionados a que las cosas pasen de una sola manera.

“Me veo como un artista en ascenso”

-Según mi teoría era que Marcokein ha ido de a poco subiendo. Claramente la gente under te conoce, la que es más friki, sumado a que tienes una carrera larga y también has tenido buenos números en este último trabajo…

-Le está yendo harto bien el disco en temas de números. Tiene mucho que ver con las personas que elegimos para el álbum (Benjitaalkapone, Kuina, Fizz, entre otros), pensando harto en darle exposición y que fuera elegido con pinza. Es gente que a mí me gusta mucho su música y que hoy en día le está yendo bien.

-Para el artista los números son importantes en el sentido de poder vivir más de la música…

-Al final es necesario tener una base para vivir de tu arte y poder desarrollarlo como uno quiere. Nunca es fácil estar haciendo algo y, paralelamente, mil cosas más para existir. Me veo como un artista en ascenso, más que un artista underground. Mi meta, a fin de cuentas, no es quedarme en el underground y ser lo menos visto posible por un tema de orgullo de que mi música es de una forma u otra. Yo veo la meta a largo plazo y que se demore lo que tenga que demorarse la gente en adquirir el mundo y meterse en la volá. Un poco como Tyler, the Creator: tiene su fanaticada cuática que hace lo que sea hoy en día y le va bien. Que en seis años más yo pueda subir un tema en una hora aleatoria y que la gente esté atenta y le vaya bien.

-Este trabajo tiene esta cosa vintage, la portada es media Almodóvar, los samples…

-Venimos trabajando en su estética hace unos años ya. Siempre ha estado presente, pero evolucionando. Paralelo a eso está la exploración musical ya más libre, como hacer todo tipo de género y todo eso.

-Siempre he encontrado que las portadas son casi como el setlist...

-En primera instancia, de hecho tengo los cuadros acá —si quieres acá— iba a hacer este (muestra una pintura). Era esa la idea en un principio. Pero como no aparece mi cara, me pidieron del sello que apareciera mi cara. Entonces hicimos esa escena con el sillón, con la ambientación y con el cuadro siendo parte de la escena más que siendo la portada.

“Trap consciente”

-En “Éxito rotundo” siento que hablas de esa ostentación que busca la clase media: tener a tu pareja, tener tu hijo, darse su lujito…

-Un poco también la dualidad que te explico. Al final es como la portada y lo que refleja el álbum: un poco esto de millonario de mansión y todo eso, pero a fin de cuentas lo más importante es tener mi parcelita o mi casita, algo mío. Vivir una vida estable, una vida en paz, tener amor a mi alrededor. Cosas que al final son más importantes que seguir envuelto en vicio, que son distractores más que cosas que te ayudan a avanzar.

-Marcokein corte rap consciente…

-Eso es como trap consciente, ja, ja…

-También en la primera canción, “La vía”, hablas de la visión del provinciano en toda esta gran ciudad que es Santiago…

-Viví un tiempo en Quilpué, viví en Viña, pero es todo lo mismo: el tipo de gente, la forma de cómo se mueve la ciudad, todo es parecido. Y acá en Santiago es una locura. Fue como el mismo cambio que tuve cuando me cambié del sur a Viña. Allá vivía cerquita de Chillán; la gente es más tranquila todavía. Entonces hay que adaptarse, hay que acostumbrarse a las personas.

-La Quinta Región la ha dado, a nivel mainstream como under, cosas bien importantes en el género urbano. Es súper movida la escena, ¿qué tiene el agua?

-Yo creo que el mar, la costa, la playa tienen eso. Al final, aunque tengái un día de mierda, vai en la micro mirando por la ventana y está la costa, está el mar, los barquitos y el cerro. Antes yo me familiarizaba con la playa; yo era del campo, para mí la playa era sinónimo de estar de vacaciones. Ahora, cada vez que voy para allá, es un agrado estar ahí, cerquita de la brisa.

-Tiene una serie de géneros este trabajo, estilos que están sonando…

-Son distintos tipos de trap, pero todo súper rapero.

-Tiene una cosa drumless que igual está súper en tendencia...

-Encuentro que eso del drumless es más que un género, es como una decisión musical. Por ejemplo, la pista de “La Vía” es un sample: es poner la canción normal y yo cantar arriba de otra canción. El tema de producción no tiene tanto mérito, pero suena increíble. Hice esa pista, yo le puse drums y mi parte la cantaba Benjitaalkapone. Y eso fue descartado después de que hicimos el otro tema con Benjita.

“Estamos en un mundo en el que la gente acepta pensamientos más que crearlos ellos”

-También viendo tu entrevista en Vibes, en la nota dijiste: “Sé que veo las cosas de una manera diferente, algunos pensamientos que la gente yo creo que no tiene y que puede tener a través de mi arte”. ¿Qué es ver las cosas diferente?

-Yo creo que un poco es creer en las cosas que están dentro de uno y no adaptarse tanto a lo que puedan decir los demás; sacar conclusiones propias. Siento que estamos en un mundo en el que la gente acepta pensamientos más que crearlos ellos mismos. Escuchan cosas y las repiten. Mucho algoritmo. Siento que la tendencia hoy en día es leer cosas y repetirlas, más que sacar conclusiones propias. Sí, al final Aristóteles no estaba preguntando ahí a alguien: “Oye, ¿estará bien lo que pienso?”.

-Nuestra generación es la de las redes sociales, la de mostrar lo que se hace, todo rápido, el algoritmo que nos encierra…

-Cosas que te dan dopamina rápida: Insta plagado de cosas viciosas, te muestran mujeres todo el día, te muestran comida todo el día, muestran millonarios, gente que tiene lo que no tení tú y, al final, te hace estancarte en frustraciones y en sentimientos pasajeros.

-Yo he visto artistas jóvenes que a veces se deprimen, se la echan porque no tienen los mismos números, porque no sacaron tantos likes…

-Yo creo que, un poco, el que no soporta eso no puede triunfar en el mundo de la música. No podí ser una persona impaciente, así intolerante, y pretender que te vaya bien. Hay casos aislados en los que sacan un tema y se pegan los artistas, pero lo habitual es sacar música años sin resultados reales. Soy súper desconformista en general, pienso que puedo hacer las cosas mejor, pero dentro de eso igual hay que ser realista. No creo realmente que en algún punto diga: “Ya, estoy totalmente satisfecho con las cosas que he hecho, voy a dejar de hacer todo”. Siempre quiero hacer algo, quizás no sea música, quizás sea cualquier otra cosa creativa, pero no creo que pare de hacer cosas.

-Tienes solo 21, y uno piensa que tienes más porque el “Culiemo yendono en pálida” lleva su tiempo también…

-Fue una iluminación, fue más o menos mi primer tema bueno que dije: aquí me explayé, aquí rompí. Y después de eso como que seguí encontrando cosas nuevas, más mi sonido. Tenía 17 o 16. Bueno, Bryant Myers escribió “Esclava” a los 16.

-¿Cuál es tu top 3 favorito de este nuevo trabajo?

-Es que ¿sabís qué me pasa? Que he escuchado tanto el álbum que ya estoy un poco disociado para decidir así qué es lo que me gusta más que otro, porque en verdad igual me gusta, siento que están todos los temas muy buenos. Pero igual, si pudiéramos destacar algunos importantes, mencionaría “La vía”, “Ni te dejo en visto” con Benjita y “Bullet proof soul”.

-Y por último, Marco, ¿qué se viene ahora en tu carrera?

-Voy a seguir haciendo mucha música, voy a seguir acumulando ahí la mayor cantidad de temas para sacar los mejores. Siempre voy a seguir dándole mente a la estética y todo. Pretendo darme un descansito leve para despejar la mente. Está en mente hacer una gira. Tenemos una parte 2 del álbum que no quiero spoilear mucho, pero hay otros temas que ya están grabados y listos para salir. Quizás sea como el lado B del álbum, un deluxe o derechamente otro álbum, no sé hermano… pero música hay, y shows también.