McDonald’s cambió la forma de preparar sus hamburguesas: Probamos la nueva versión del Big Mac
Más calientes, más jugosas y más sabrosas es la promesa que la cadena de comida rápida tendrá a partir de hoy con sus clientes.
Una de las gracias de ir a McDonald’s es que vayas al local que sea alrededor del mundo, sepas más o menos qué esperar.
Más allá de los sandwiches con ingredientes locales como ocurre en Chile con la palta, el proceso de armar un Big Mac o un Cuarto de Libra con queso es prácticamente el mismo en cualquier lugar al que vayas.
Lo cual conlleva también un gran problema a la hora de querer cambiar una fórmula que por décadas ha funcionado bien. Pero eso es lo que hace 10 años se decidió desde la central de la compañía en Estados Unidos: las hamburguesas de siempre debían actualizarse y convertirse en su mejor versión posible.
Así nació la iniciativa “Best Burger”, la cual ha significado la mayor revolución de cadena de comida rápida desde su llegada a Chile en el año 1990.
¿Qué significa en la práctica Best Burger? Un cambio en la elaboración de los procesos de elaboración de la hamburguesa en su conjunto, con el fin de que estas sean más calientes, más jugosas y más sabrosas para el cliente final. Para ello cambió prácticamente todo: desde la receta de los panes que se utilizan para cada sandwich, la cantidad de salsa que se coloca hasta los métodos de cocción de las hamburguesas.
“Una vez llegamos a la receta ideal, tardamos más de dos años en preparar nuestras cocinas para poder replicar los nuevos procedimientos de elaboración de las hamburguesas en las cocinas de nuestros 117 locales en Chile”, explicó Mercedes Rojo, gerente de marketing de Arcos Dorados Chile.
¿Cómo es la nueva receta de McDonald’s?
En total, son cinco los pasos que McDonald’s modificó para asegurarse de cumplir con los tres principios de su promesa: comida más caliente, más jugosa y más sabrosa.
Lo primero fue el pan, el cual cambió de receta para cada uno de los diferentes sandwiches disponibles. Se pidió que fuera más esponjoso, de cubierta brillante y de fácil tostado, ya que ahora se sirve así para evitar que absorba los líquidos y se vuelva jugoso. Al tacto puede notarse pues, al presionarlo con un dedo, este vuelve a su forma original rápidamente, como un elástico.
Luego cambió el uso de los vegetales. Para asegurarse que estén más frescos a la hora de servirse, se redujo el tiempo en el cual pueden estar en la línea de preparación: si antes, por ejemplo, una lechuga podía estar una hora en la estación esperando ser colocada en una hamburguesa, ahora el tiempo se redujo a la mitad y cada media hora se van cambiando para asegurar frescor y crocancia.
El tratamiento del queso, también es muy importante: ahora se mantiene a temperatura ambiente, lo cual facilita que se derrita de forma natural cuando se sirve junto a los otros ingredientes.
La cantidad de las salsas también cambió. Por ejemplo los Big Mac ahora tienen un 50% más de salsa especial, esa de la fórmula secreta, gracias a una modificación en los dispensadores.
Y finalmente tenemos la carne, el centro de las hamburguesas, cuyo sistema de cocción y almacenamiento también cambió en función no solo de mantenerlas más calientes sino que también más jugosas. Por ejemplo, se redujo la cantidad de hamburguesas que pueden estar almacenadas en la cadena de fabricación, para asegurar que su cocción sea más homogénea.
Además, en el caso del Big Mac, ahora la carne se cocina junto a la cebolla, lo cual permite que esta se caramelice y no sea simplemente un condimento.
El proceso, tal como suena, pareciera ser mucho más complejo que antes, por lo cual cabe preguntarse si eso significará que las hamburguesas tardarán más en ser preparadas, a lo que Mercedes Rojo responde:
“Para hacer este cambio, el trabajo y la inversión en las cocinas ha comenzado hace meses y se ha implementado de menos a más. Usamos unas cocinas de semillas, con las cuales fuimos replicando los procesos a lo largo de todo Chile hasta llegar a las 117 cocinas y ese es el hito que estamos celebrando”, nos explican desde McDonald’s, por lo cual desde hoy el resultado de este nuevo esfuerzo ya puede probarse en cualquier local de Chile.
¿Y el resultado?
Por supuesto que después de la presentación, lo más importante era probar los cambios anunciados, así que a nuestras manos llegó una Big Mac y luego un Cuarto de Libra con Queso.
Comenzando con el Big Mac, creo que donde más se siente la diferencia es precisamente en el pan, notoriamente más esponjoso, la cebolla con un toque caramelizado y en la porción extra de salsa.
Si lo que más te gusta del Big Mac es su salsa, estás de suerte, ya que prácticamente no hay bocado de esta preparación que no la tenga. Realmente no sé si la carne se sentía tan jugosa, pero todo el resto de los ingredientes elevados hacen que efectivamente se sienta bastante mejor.
Pero la que mejoró considerablemente a mi gusto fue el Cuarto de Libra con Queso, y es precisamente porque la carne, al ser más protagonista en esta preparación junto con el queso, se notó mucho más.
El queso además se ve que llega mucho más derretido y el uso de condimentos es perfecto. Pero la carne jugosa es la que se lleva todo el premio y la que abre la esperanza a que los cambios hechos por la compañía efectivamente vayan por el buen camino de hacer, el sabor que ya conocemos, algo mejor.
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