“Perro salchicha, gordo bachicha...”: la fascinante historia de María Elena Walsh, la creadora de la viral y tierna canción que contagia las redes

María Elena Walsh.
María Elena Walsh.

Usuarios de TikTok de todo el mundo han rescatado un tema que es parte del cancionero de la esencial artista argentina, dando lugar a una de las tendencias más enternecedoras. La cantautora, dramaturga, poeta, escritora, entre tantos otros oficios en el arte, tuvo una vida de película, incluso regaló un clásico del repertorio de esta parte del planeta de la talla de “Como la cigarra”.

En este último tiempo es habitual ver en redes sociales una serie de videos con divertidas postales de perros salchichas acompañados de una canción infantil.

“Perro Salchicha, gordo bachicha, toma solcito a la orilla del mar, tiene sombrero de marinero, y en vez de traje se puso collar”, así reza el adorable inicio del tema que interpreta Chima Chiodi.

El sencillo se titula “El show del perro salchicha”, su creadora original es la argentina María Elena Walsh, quien maravilló con sus canciones infantiles y no tan infantiles.

Su canción publicada en 1966 en el LP El país de Nomeacuerdo se transformó en trend a más de medio siglo de su lanzamiento, gracias al TikTok y a los fanáticos de estos carismáticos y alargados perritos.

Como dato, en el país vecino todos los 1 de febrero se celebra el Día del Perro Salchicha por el natalicio de María Elena.

Pero su historia es más que una canción, llena de momentos fascinantes y algunos donde luchó contra la censura.

Una prodigio

Nacida el primero de febrero de 1930, hija de un trabajador ferroviario de ascendencia inglesa e irlandesa, y de madre argentina de orígenes humildes y andaluces. Desde muy joven se interesó por el arte y las letras fueron su pasión, a los 15 años publicó su primer poema en la revista El Hogar y más tarde escribió para el importante medio La Nación.

A los 17 publicaría el libro de poemas Otoño imperdonable (1947) con que alcanzó el segundo puesto Municipal de Poesía, el jurado injustamente no la hizo ganar por su juventud. Pero esta publicación ya le hizo acreedora de una reputación en la escena y fue elogiada hasta por Jorge Luis Borges y Pablo Neruda. Más tarde lanzaría Apenas viaje (1947) y Baladas con ángel (1951).

María Elena Walsh
María Elena Walsh.

Música para grandes y chicos

Ya en la década de los 50′s, emprendería el rumbo en otro campo del arte: la música. Tras conocerse con la folclorista Leda Valladares, quien sería su pareja creativa y personal, armarían el dúo Leda y María. De paso se autoexiliarían en Francia llevando el folckore argentino a Paris, compartiendo camarines con Charles Aznavour o presentádose en escenarios como el icónico stripclub Crazy Horse.

Charles Chaplin, Olivia de Havilland, Pablo Picasso y Joan Miró fueron algunos de los célebres espectadores que vieron su espectáculo, recoge Página 12. Compartieron hasta con nuestra celebre Violeta Parra en tierras francesas. Ya en 1956 volverían a su patria.

María Elena Walsh.
María Elena Walsh

Las mujeres crearían una serie de discos y minidiscos, sin embargo, las diferencias creativas las distanciarían. Valladares apuntaba por una propuesta más tradicional y el indigenismo, Walsh quería agregar un punto ideológico, con el pacifismo y el feminismo como bandera. Aunque ya en el último tramo de este dueto se mostrarían los primeros cortes de tono infantil de la voz de “El show del perro salchicha”. Primero trabajó de guionista de programas infantiles lo que a la postre le dio la idea para armar un varieté infantil, su primera obra fue Los sueños del rey Bombo (1959), un éxito instantáneo en esa época, lo que fue ese punta pie inicial para llegar a ese nicho.

“Sería una revolución en el mundo del espectáculo y de la música infantil”, dice el reconocido periodista Lalo Mir de Filo News.

Doña Disparate y Bambuco (1962) fue uno de los últimos trabajos de Leda y María, una obra de un tono onírico que no tenía nada que envidiarle a Alicia en el País de las Maravillas, el cual las catapultó a una fama nacional.

Pero ya con el fin del dúo en 1963 y transformada en una estrella, la mujer se enfocaría en engrosar su inventario con álbumes, obras teatrales y libros juveniles, aparte de también crear canciones para un público más adulto y de nutrir su trabajo en la poesía.

En lo que se refiere a lo musical se extraen placas como, por ejemplo: Canciones para mí (1963), Canciones para mirar (1963), El País de Nomeacuerdo (1966), una mezcla de la música de raíz latina y ritmos foráneos como el swing o marchas.

María Elena Walsh
(De izquierda a derecha) Leda Valladares y María Elena Walsh.

Pero esto no impidió que sacara proyectos de una línea editorial más social, de un espíritu centrado en la nueva canción latinoamericana, corriente se caracterizó por refrescar al folclore y su marcada visión política. Como la cigarra (1972) es un recomendado, de este se extrae el single homónimo, el cual muchas y muchos escuchamos con Mercedes Sosa.

“Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo, estoy aquí, resucitando”, líneas que le ponen la piel de gallina a cualquiera.

“Su adhesión insobornable a todo lo justo, bello y vivo”

Con la dictadura de Jorge Rafael Videla en 1976 fue censurada, lo que la apartó del mundo artístico, pero sus canciones fueron parte de la banda sonora de los movimientos sociales y la lucha por la democracia.

Además, fue una intensa luchadora por el movimiento feminista, estaba a favor del aborto y era parte la comunidad LGBTQ+.

Su último gran amor fue la fotógrafa Sara Facio, estas se conocían desde que eran unas adolescentes.

“Declaro que la conocí hace casi cincuenta años y cada día me sorprende su lúcida y apasionada visión de los hechos cotidianos, su alegría, su lealtad a las ideas y a los amigos, su adhesión insobornable a todo lo justo, bello y vivo”, escribió Sara en su libro María Elena Walsh: retrato(s) de una artista libre (1999).

Siguió escribiendo hasta una avanzada edad, en 2008 publicaría Fantasmas en el parque, novela de toques autobiográficos, el cual sería su último lanzamiento. Tres años más tarde en Buenos Aires, fallecería tras una larga lucha contra un cáncer óseo.

Sara Facio y María Elena Walsh
(De izquierda a derecha) Sara Facio y María Elena Walsh.

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