
Presidente Boric fue criticado por mencionar a Dragon Ball en su visita a Japón, pero el anime es clave para ese país
Durante su visita oficial por la Expo Osaka 2025, el presidente chileno fue criticado en redes sociales por recordar su infancia viendo animé. Pero lejos de ser un comentario trivial, sus palabras se relacionan con la relevancia cultural, económica y diplomática de una industria que mueve miles de millones, conecta generaciones y proyecta el poder blando japonés al mundo.

El presidente chileno Gabriel Boric enfrentó críticas por mencionar su amor por el animé durante su visita oficial a Japón.
Durante el Encuentro Empresarial Chile-Japón, en el marco de su gira por la Expo Osaka 2025, Boric habló sobre la cooperación económica y también del impacto cultural que ha tenido Japón en su vida.
“Es muy sorprendente cómo su cultura es tan importante. Cuando iba en el colegio, me crie viendo Capitán Tsubasa, siguiendo a Akira Toriyama con Dragon Ball, no podía perderme un capítulo de Caballeros del Zodíaco y jugaba con los antiguos disquettes, Pokémon Yellow. Imagínense”, aseguró el primer mandatario.
En redes sociales, Boric fue acusado de “frivolizar” una gira diplomática con referencias personales al animé, mientras que otros detractores directamente se fueron en contra del propio anime, bajándole el perfil y sosteniendo que había temas más “importantes” para destacar de la cultura japonesa.
Tomen el siguiente ejemplo:
Pero lejos de ser un desliz diplomático, el comentario de Boric sí refleja la importancia global de esta forma de arte que es clave en la identidad y economía japonesa.
De hecho, las palabras del presidente chileno conectan con una industria que genera miles de millones de dólares, tiene una influencia cultural global y es parte de las estrategias de diplomacia blanda del propio Japón.
Basta decir que el anime es una de las exportaciones clave para que Japón marque presencia cultural a nivel internacional.
La relevancia del animé en Japón y el mundo:
De partida, basta remarcar que en Japón sienten un gran orgullo por Goku, Pikachu y todos los aspectos de su cultura pop que se ha expandido al mundo.
Por ejemplo, durante el año 2018, Shigeru Ishiba —actual primer ministro japonés— inauguró disfrazado de Majin Boo un museo en honor a Dragon Ball Z, mostrando el valor político y cultural del animé creado por Akira Toriyama.
Tampoco les debiese sorprender que para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Goku fue nombrado embajador cultural junto a otros íconos del animé, con el fin de atraer a la audiencia internacional joven. Y obviamente esos personajes fueron parte de merchandising.
Otro punto importante es que gobiernos municipales en Japón invierten en festivales, museos y diversos elementos promocionales relacionados al anime para atraer visitantes, promover ciudades y generar empleo.
Por ejemplo, en la ciudad de Yokohama, un Gundam gigante de 18 metros se volvió un atractivo global que impulsó la economía local, mientras que múltiples zonas de Tokio - como Akihabara o el Museo Ghibli - mueven millones al día gracias a los visitantes que llegan atraídos por la gigantesca factoría del anime.
Por eso, siendo una industria cultural de ingresos millonarios, pues se estima que los videojuegos, anime y manga lograron recaudar 30 mil millones de dólares solo en 2022, siempre se ha destacado que el poder cultural pop japonés puede equiparar a sectores e industrias más tradicionales como los chips electrónicos.
De hecho, bajo la estrategia Cool Japan, el país asiático ha buscado expandir su industria del entretenimiento y cultural a nivel global desde el año 2013, incluyendo al anime, manga, los videojuegos, gastronomía, la moda, la cosmética o el turismo.
Por eso se espera que para 2033, dicha estrategia genere 20 billones de yenes (Alrededor de 130 mil millones de dólares), subrayando la importancia económica de esos sectores de la cultura popular japonesa que pueden entrelazarse y no tienen para que separar sus aguas.
Solo basta agregar que Latinoamérica es una de las regiones con mayor fanaticada del animé, con generaciones enteras marcadas por series como Dragon Ball, Sailor Moon o Naruto.
Y la industria japonesa ha reconocido a ese mercado e incluso ha incorporado doblajes y eventos regionales para acercarse al público hispanohablante.
De ahí que lejos de ser una simple anécdota personal, las palabras de Boric reflejan un puente cultural real y vigente entre Japón y Chile. Y es que el animé no es solo entretenimiento: es un vehículo cultural y económico que trasciende generaciones y fronteras.
Lo último
Lo más leído
2.
3.

Precio especial 2D a sólo $2.800.

Juega más y con los mejores beneficios.

Activa tu cupón de descuento.

Un solo delivery, siete restaurantes.

Hamburguesas con personalidad.

Tu belleza natural, ahora con descuento extra.