El beat em’ up es uno de esos géneros que no ha envejecido tan bien. En la época dorada de los arcades tenían mucho más sentido como esas aventuras lineales donde, de forma solitaria o cooperativa, vas avanzando con un personaje a través de diferentes etapas lineales, pegando golpes y patadas a todos lados hasta eventualmente llegar a un jefe, derrotarlo y avanzar.

Juegos de este estilo hay por montones: Final Fight, Golden Axe, Captain Commando, Cadillacs y Dinosaurios, e incluso juegos franquiciados como Tortugas Ninjas, Los Simpsons o los X-Men. El beat em’ up era un género perfecto en una época donde los juegos tenían que vender fichas en vez de unidades: son experiencias sencillas, cortas y con una dificultad que puede aumentarse artificialmente con jefes o niveles más complejos.

Pero ese estilo de diseño ya ha pasado de moda. Aventuras muy cortas, con caminos predeterminados y personajes muy similares van en contra de la tendencia actual del mercado, que pide títulos con alta rejugabilidad, algo de personalización y, ojalá, después de todo eso, que sean bonitos.

Absolum, el último juego publicado por la editora de juegos retro Dotemu y desarrollado por Guard Crush Games y Supamonks, viene a romper todo el esquema y nos entrega un beat em’ up que toma elementos de los juegos actuales, haciendo una mezcla que deja contentos tanto a los amantes de las aventuras retro como a los consumidores actuales de la industria.

Absolum es un juego que mezcla el género de los combos y patadas con los roguelikes, una escuela de diseño de juegos en la cual la gracia es volver a jugar el título una y otra vez para obtener diferentes resultados.

La gracia es que después de cada una de esas muertes, tienes la posibilidad de ir haciéndote más fuerte, gastando recursos para aumentar tu vida, tu daño, hacer a tu personaje más versátil o incluso ir desbloqueando nuevas habilidades o personajes totalmente distintos.

Temáticamente, el juego trata de un grupo de héroes de las diferentes razas de la tierra de Talamh, tratando de derrotar hechiceros malvados que están desatando el caos. En la intro nos enfrentamos directamente al jefe final, que claramente nos derrota. Pero luego somos revividos por la diosa de la tierra, quien siempre nos dará una nueva oportunidad de volver a intentarlo, mientras recolectamos gemas y hacemos rituales para volvernos más fuertes.

Es muy difícil pasar un roguelike a la primera, y no hay nada de malo en eso. Son juegos que entregan recompensas mientras más los juegues y experimentes con sus posibilidades. En el caso de Absolum, mientras avanzas en tu ruta puedes ir desbloqueando habilidades activas y pasivas, como añadir quemaduras a tus golpes, hacer que tu personaje sea más rápido, tenga más vida, o que su movimiento de esquivo también dañe, entre otras.

El nivel de personalización y efectos no es tan variado como juegos 100% dedicados al género como Hades, Vampire Survivors o Dead Cells, pero es lo suficientemente variado como para cumplir el objetivo de que cada vez que lo juegues, las partidas tengan un detalle nuevo por descubrir.

Además, la historia está también diseñada para promover que se juegue muchas veces. En varias partes del camino hay bifurcaciones, donde podrás elegir entre dos opciones que no solo varían el tipo de enemigos que encontrarás o la ubicación de ciertos tesoros, sino que irán desbloqueando misiones e historias que se revelarán conforme avances.

Un ejemplo (con poco spoiler): una de las rutas que puedes tomar por el reino de Talamh te lleva a unas minas con una forja apagada. Para encender la forja, debes llegar a un área y lanzarle enemigos dentro. Cuando esa forja se llena, debes empezar una nueva ruta e ingresar a la mina donde tendrás que investigar el efecto de haberla activado. Esa misión te tomará unas dos o tres rutas distintas para completarla, y te premiará con nuevas opciones de mejora para tus siguientes intentos.

Jugar Absolum es plantearse la necesidad de repetir una y otra vez rutas que, por suerte, están muy bien diseñadas, con un estilo 2D extremadamente llamativo, animaciones muy fluidas y un sistema de ataque efectivo tanto visualmente como en su ejecución: tienes un golpe débil, un golpe fuerte, un botón para esquivar, otro para saltar y botones para hacer tus magias o poderes especiales, que consumen una barra.

Como buen beat em’ up, puede disfrutarse de forma cooperativa, funcionando bastante bien, aunque su límite son dos jugadores, tanto de manera local como online.

Son muy pocas las cosas negativas que se me vienen a la mente. Quizás que para los fanáticos de los roguelikes puros no hay tanta variedad como para crear y probar diferentes builds, y quienes quieran un juego simple de darse machacazos tampoco encontrarán atractiva la idea de agregarle profundidad a un título para que dure 20 horas en lugar de las 5 o 6 que se suele dedicar a un arcade antes de dejarlo. No es un juego que apele a los extremos.

Pero para quienes estén dispuestos a encontrarse en el camino del medio, Absolum es uno de los lanzamientos más interesantes del año, un hit de Dotemu que demuestra que no solo vive de refritos del pasado, y una forma moderna de contar historias que, estoy seguro, no será la última vez que veremos.