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Review | Hyrule Warriors: Age of Imprisonment es un cierre épico a la última era de Zelda

El nuevo título exclusivo para Switch 2 nos termina de pintar por completo el relato de Tears of the Kingdom en un juego con mucha acción, repetición y satisfacción.

La última entrega de la saga de Hyrule Warriors no es un juego para todos. Es más, podría considerarse prácticamente como un nicho.Pero afortunadamente para Nintendo, los requisitos para disfrutar de este nuevo juego de la saga de Zelda son cumplidos por una gran cantidad de gente.

Primero, es imperiosamente necesario haber jugado a The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom para disfrutar y hasta entender la historia de este juego. Pero considerando que la compañía ha vendido más de 20 millones de copias de ese título, podemos hablar de que hay un público bastante amplio que lo está esperando.

Lo más complicado quizás sea cumplir con el segundo requisito, que es contar con una Nintendo Switch 2, porque se trata de un juego exclusivo para la consola lanzada el pasado mes de junio. Bueno, felizmente para la compañía nipona, han sido 10 millones de unidades vendidas alrededor del mundo.

Hyrule Warriors: Age of Imprisonment es un juego de nicho, pero un nicho que ya lo quisieran tener otras franquicias del entretenimiento. Y es que este juego, desarrollado por Koei Tecmo en conjunto con Nintendo, es prácticamente la precuela o el DLC de Tears of the Kingdom que nunca tuvimos, pero contada de una mucho mejor manera de lo que sabe hacer Nintendo.

Tal como ya conté en mi anterior reseña sobre el proyecto anterior Hyrule Warriors: Age of Calamity, la gracia del equipo de Koei Tecmo es que son mucho más directos y eficaces en contar historias, que es lo que tanto a Breath of the Wild como a Tears of the Kingdom les faltó.

Y Age of Imprisonment se hace cargo de contar en detalle uno de los episodios más interesantes del juego: la llamada Guerra del Destierro, que ocurre en los inicios de la creación del reino de Hyrule, donde la princesa Zelda llega tras viajar al pasado en los hechos que desencadenan el inicio de Tears of the Kingdom.

Esta parte de la historia, que en el juego protagonizado por Link conocemos solo a través de flashbacks, además de poder visitarlos en desorden, carecen de impacto narrativo. Ahora, Age of Imprisonment nos cuenta de principio a fin todo lo que ocurrió con la Guerra del Destierro, desde la llegada de Zelda al pasado, el ascenso del Rey Demonio y la unión de los pueblos de Hyrule para combatir a la terrible amenaza comenzada por Ganondorf.

Tal como en el juego anterior, la protagonista de esta aventura es la princesa Zelda, junto a Rauru —el primer rey de Hyrule—, la reina Sonnia y la hermana de Rauru, Mineru. Ellos, como parte de la realeza, forman el hilo narrativo y de acción del juego.

La estructura de Hyrule Warriors: Age of Imprisonment es similar a otros juegos de la saga: al ser un juego de acción de progreso lineal, hay espacio para mostrar cinemáticas con historia —totalmente con voces e incluso dobladas al español latino—, luego secciones de acción donde básicamente avanzas, golpeas, derrotas a un jefe y vuelves a repetir.

Una estructura sencilla, ya probada, sobre todo en la serie Hyrule Warriors, pero que claramente sirve mucho mejor para contar lo que a este juego más le importa: rellenar de historia, lore y desarrollo de personajes un fragmento de los seguidores del mito de Hyrule. Es, a diferencia de todo el resto de los Hyrule Warriors, una historia canónica, y se siente por el nivel de detalle, animaciones y construcción de mundo con la que nos encontramos.

El juego en sí también sigue la misma fórmula derivada de Koei Tecmo y su serie Dynasty Warriors, aunque mucho más simplificada. El juego es un hack and slash, es decir, machacar botones para pelear contra hordas y hordas de enemigos que vuelan como si fueran servilletas, hasta encontrarse con sus capitanes, enemigos más fuertes que requieren foco y algo más de estrategia para derrotarlos.

Generalmente cada nivel culmina con la aparición de un jefe con más resistencia y energía, y dependerá de tu habilidad tanto en la ofensiva como en la defensa para golpear fuerte, evadir y rematar con movimientos devastadores y también muy vistosos.

Este estilo de juego sirve también para demostrar que, efectivamente, estamos en un periodo de guerra. No hay tiempo para resolver acertijos ni visitar pueblos ni mucho menos recorrer mapas cuando las fuerzas del bien y el mal se enfrentan por el control de la tierra.

Así que prepárate para batallar mucho, pero mucho. El juego otorga rejugabilidad al ir integrando nuevos personajes seleccionables a tu grupo de héroes, incluyendo a Cálamo, un Korok temerario que busca un lugar para echar raíces, quien producto de un accidente va acompañado de un antiguo gólem de tecnología Zonnan muy similar en su forma de jugar al reconocido Héroe del Tiempo (la forma más creativa de incluir a Link en una era donde no había nacido).

Transcurrida parte de la historia llegarás a un mapa de la región de Hyrule donde podrás ir realizando batallas para acceder a recursos y así poder mejorar a tus personajes. El mapa contará con misiones de Historia, que avanzan la trama, con Tareas (misiones secundarias) y Excursiones que pueden durar de 2 a 10 minutos en acabarse, además de edificios que irán desbloqueando nuevas funciones para, por ejemplo, poder comprar recursos, desbloquear habilidades de personajes o mejorar sus armas.

Lo bueno es que podrás avanzar a tu ritmo: las misiones de historia siempre estarán disponibles, pero gran parte del contenido del juego para personalizar tus ataques será dado por las misiones secundarias. Y a veces la recompensa de pasar una misión secundaria es desbloquear dos o tres más, por lo que si eres un completista, Hyrule Warriors: Age of Imprisonment te tomará bastante tiempo en terminar.

Lo malo es que la variedad de las misiones secundarias es escasa. Puede ser que mientras vayas en el modo de historia te sorprendas cuando debas terminar la etapa enfrentando a un Talos, un Centaleón o un Moblin, pero cuando ese tipo de enemigos se repiten una y otra vez cambiando solo el fondo o el equipo de campeones, el grindeo se siente repetitivo.

Por fortuna, parte de este grindeo se siente bueno gracias a dos factores: el primero es la calidad gráfica y presentación del juego. El mundo de Tears of the Kingdom y sus personajes están representados a la perfección y corriendo por primera vez en la serie, a unos muy estables 60 cuadros por segundo.

Si bien las cinemáticas se ven a 30, todo lo que es combate se ve fluido y de muy buena calidad, entendiendo por qué el juego salió de forma exclusiva para la Nintendo Switch 2. Es de esos que hay que jugarlos en la TV para admirarlo, pero en modo portátil también corre como un cuchillo caliente por la mantequilla.

Y lo segundo tiene que ver con la variedad del sistema de batalla, que incluye ataques que se hacen combinando golpes débiles y fuertes, además de ataques especiales que pertenecen a cada personaje y artefactos Zonnan. Por ejemplo, puedes usar llamas, fuentes de agua o ventiladores para atacar con fuego, agua o viento, y estos poderes elementales interactúan de forma distinta con los enemigos.

Un enemigo congelado se derrite si usas fuego y uno cubierto de fango pierde su armadura si lo bañas con agua. También hay ataques que sirven de contragolpe, además de movimientos con la barra especial, con animaciones, daño y alta pompa.

Finalmente, y debido a que en cada misión tendrás un equipo de dos o tres héroes que puedes utilizar en cualquier momento, hay ataques en pareja donde ambos personajes combinan sus poderes para hacer un golpe devastador.

Pero más allá de su sistema de combate, que aunque repetitivo cumple su función de ser útil a lo que significa estar en un mundo en guerra, Hyrule Warriors: Age of Imprisonment cuenta de forma magistral el último eslabón que quedaba sobre la era de Zelda que comenzó hace 8 años con Breath of the Wild. Y la verdad, esta dupla no me molesta: mientras Nintendo siga haciendo juegos divertidos pero que no nos relaten mucho, y Koei Tecmo pueda rellenar esos baches de lore con juegos que están a la altura de una producción nintendera, no podemos estar en una mejor época para ser fans del mundo de Zelda.

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