Septiembre, época de volantines: "Que la tradición nunca muera"

La producción de un carpintero puede llegar hasta los 8 mil ejemplares por año.

Carlos Wallis Sánchez lleva 30 años haciendo volantines para niños, adolescentes y adultos que mantienen una tradición viva, en medio de un convulsionado mundo influenciado por las redes sociales.

Wallis señala que los cometas siempre han sido su pasión, de pequeño jugaba en su natal San Antonio hasta que comenzó a participar en competencias y campeonatos.

Actualmente pertenece al Club de Volantines Kamikaze creado en marzo del año 2000, donde ha obtenido reconocimientos locales, regionales y nacionales.

El carpintero de 48 años cuenta que fue su abuela quien le enseñó a realizar estos elementos de estructura cuadrada con papeles de colores, que se han convertido en sinónimo de juegos tradicionales del país, especialmente en Fechas Patrias.

Su producción puede llegar hasta los 8 mil ejemplares por año; sin embargo, como todo pequeño comerciante, se vio afectado por la pandemia porque "los niños salen poco, los cuidan más" para evitar que sean blanco de contagios.

No obstante, espera recuperar esta parte de sus ingresos en lo que queda de septiembre, uno de los meses, junto a julio y agosto, en el que más vende.

Volantines

Para él, el volantín es una forma de sacar a los menores del encierro, "es sacarlo de las redes sociales y del teléfono".

"Es más libertad que estar jugando con volantín, es más creativo y más sano", sostuvo.

Además de fomentar la creatividad de los pequeños, asegura que también se les enseña a jugar en áreas abiertas, a tener cuidado con los tendidos eléctricos y otras estructuras que podrían ponerlos en riesgo.

Su intención es continuar haciendo estos instrumentos y "que la tradición nunca muera, no dejarla morir porque es muy antigua".

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