Por Consuelo CalderónTere Paneque lanza quinta libro del “Universo de Carlota”: “No son solamente para aprender ciencia, son para divertirse y, de repente, cuestionarse cosas”
La reconocida autora, astrónoma y divulgadora científica lanzó el quinto libro de la saga “El universo según Carlota”. En una conversación con La Cuarta habló sobre su nuevo libro, la importancia de acercar la ciencia a las personas y el desfinanciamiento a las investigaciones científicas. “El momento que estamos viviendo es súper complejo para mí de entenderlo”, asegura al diario pop.

Teresa Paneque Carreño, reconocida astrónoma y divulgadora científica chilena, lanzó la quinta entrega de su saga “El universo según Carlota”. El nuevo libro -”Inicio y final del cosmos”- continúa con la historia de Carlota y sus amigos, donde junto con aprender sobre la cosmología, habla sobre la vocación y la tenencia responsable de los animales.
La saga comenzó en 2021 con el lanzamiento del libro “El universo según Carlota - Asteroides y estrellas fugaces”. Al año siguiente llegó la segunda entrega “Agujeros negros y explosiones estelares” (2022), luego “Vida extraterrestre y exoplanetas” (2023) y “Galaxias lejanas y materia oscura” (2024).
Nació en España, después se trasladó a Glasgow en Escocía con sus padres, ambos científicos. Su padre es bioquímico y su madre química farmacéutica. La ciencia siempre fue parte de su vida, pero también los libros. Es por eso que cuando surgió la oportunidad de escribir su propio libro, no lo pensó demasiado.
“Carlota nace a finales del 2020”, explica de entrada Tere, cuando recibió una propuesta de la editorial Planeta para hacer una serie de libros, en la época en la que estaba comenzando a compartir contenido a través de redes sociales.
“Yo siempre he sido una persona muy lectora (...) De chica no tenía tele y lo que más hacía era leer. Entonces les dije que sí al tiro. De hecho yo creo que es uno de los momentos más emocionantes. Es una de las primeras veces que me acuerdo haber llorado de la emoción”, confiesa. “Para cualquier niña que lee es como el sueño. Dije que sí de inmediato, pero mi condición era que yo quería escribir un libro que fuese en historias, que fuese personajes y una historia que yo hubiese leído de pequeña”, añadió.
Así nace Carlota y sus amigos, Marga, Daniel y Lucía, que “representan yo creo, transversalmente, a muchos niños y niños, algunos con más emoción por la ciencia, otros con más desconocimiento y menos ganas de meterse en este mundo que lo ven desde una óptica muy estereotipada de quiénes son los que hacen ciencia. A través de los distintos libros les van ocurriendo distintas cosas, propias de estudiantes, pero también sobre todo, se van dando cuenta de que no hay una manera de ser para disfrutar de la ciencia”.
“Este quinto libro siempre digo que completa la saga, porque he podido ir por cada uno de los temas principales. De cierta manera, hemos logrado en estos 5 libros retratar cada una de las principales áreas de la astronomía moderna. Ha sido un desafío muy fuerte. Mi área de expertise son los planetas, la formación planetaria, entonces también ha sido un desafío personal de conectarme con todas estas otras aristas y de meterme en la mente de cómo una niña lo hubiese ido descubriendo”, asegura.
-¿Por qué decidiste enfocarte en un libro más bien infantil o juvenil?
-Ahí tengo como la pelea, porque no siento que sea un libro únicamente infantil. Yo creo que es un libro con un lenguaje que niños, niñas y jóvenes pueden entender, pero también digo, ¿por qué es esto de que los adultos tenemos que leer libros ‘de grandes’? Yo, por ejemplo, soy muy ignorante respecto a medicina o a historia. De pequeña, de hecho, lo que más me gustaba era leer libros de historia, pero que eran en formato cómic o con dibujos. Y hoy en día me sentaría a leer esos libros. Carlota tiene muchos lectores adultos. Creo que el hacerlo con un lenguaje cercano permite que sea transversal a las edades. La primera persona que lee mis libros siempre es mi abuela, que tiene 90 años, y ella los disfruta. Y hay cosas que también dice ‘wow, esto es desafiante’. Ayer, de hecho, le regalé el libro unos a unos vecinos chilenos aquí en Estados Unidos, que están en el doctorado de economía, y me dicen ‘hay gráficos que son avanzados’. Si uno ojea el libro tiene estos dibujos que los hace Juanca Cortés, un ilustrador chileno maravilloso, y son dibujos que de repente retratan a los personajes, pero otras veces son diagramas científicos. Y en ese momento uno se da cuenta de que ‘wow, en verdad estoy aprendiendo algo súper potente’. Entonces sí, tienes la clasificación de niños, niñas de 9 a 12, se ocupan en los colegios. Pero a mí me encanta porque me llegan muchos adultos. Yo siento que el aprendizaje y la literatura es para todos.
“Creo que también una de las grandes trabas que ponemos en la ciencia es que, a partir de cierta edad, como que solo la puedes aprender de libros de editoriales universitarias, cuando en verdad de la misma manera que no pestañamos cuando alguien de 30 años lee un libro de fantasía juvenil, ¿por qué nos sorprendería que alguien de 50 años esté leyendo un libro de ciencia con un vocabulario más sencillo? Creo que es el tipo de libro que lo puedes leer varias veces en tu vida y en distintos momentos vas a ir aprendiendo cosas nuevas, porque también vas a ir creciendo y en tu educación vas a ir entendiendo cosas distintas”.
-Me llamó la atención que era muy educativo, vas aprendiendo conceptos y también es como una puerta de entrada a estos temas. ¿Cuál es la importancia de acercar la ciencia y la astronomía a la gente?
-Para mí la importancia de la ciencia... Quiero ser muy clara, yo no escribo libros de ciencia para que todos quienes los lean, sean astrónomos. Yo no escribo libros para la gente que ama la ciencia. Yo escribo libros para fomentar la curiosidad, para derribar estereotipos, porque yo creo que cualquier persona y niño o niña, independiente de lo que ellos deseen ser a futuro, tienen que ser personas críticas. Se van a enfrentar a problemas. Esos problemas pueden ser ‘¿cómo se formó el cosmos’ o ‘ese cometa interestelar que descubrieron, ¿será una nave extraterrestre?’. Pero también pueden ser ‘no sé por quién voto en las elecciones’, ‘¿por qué es importante vacunarse?’ o ‘¿por qué es relevante ir al colegio o dónde debería estudiar?’. Como hay muchas preguntas y cuestionamientos que nos vamos a estar haciendo. Y cómo nos enfrentamos a ese cuestionamiento desde mi perspectiva, tiene que tener una base científica, tengo que ser capaz de tener una mirada crítica, de estar dispuesto a equivocarme. Eso ocurre mucho en distintos libros de Carlota que piensan que las cosas son de una manera y de repente dicen ‘quizás son de otra forma’. Y ese ir descubriendo con una mirada crítica, yo creo que nos hace mejores ciudadanos.
“Yo no espero que todos sean científicos y científicas, pero sí espero que todos desarrollen la curiosidad y que esto sea una puerta de entrada. Estos libros tienen 130, 150 páginas, es imposible que yo te pueda transmitir todo lo que se sabe de cosmología, porque no se puede y hay cosas que efectivamente se estudian en la universidad. Entonces, no les va a entregar todas las respuestas, pero sí espero que fomente esa conversación, ese opinar”.
“Marga, la mejor amiga de Carlota, es como uno de estos personajes que ha crecido inesperadamente. En el primer libro era como la amiga que no estaba ni ahí, que no le gustaba nada. Con el paso de los libros, Marga ha encontrado su lugar. Le gusta el periodismo, la investigación, es apasionada por resolver misterios, pero desde otra perspectiva. Y también ha aprendido que puede hacer preguntas científicas y que no es ajena a eso. Yo espero que los chicos cuando lo lean, también digan: ‘no tengo que ser la mejor nota en ciencias, no tengo que ser la persona que quiere ser científica para interesarme por esto’. Siento que si dejamos de ponerle etiquetas a la gente de quienes pueden hacer cosas y quienes no, vamos a tener una mejor sociedad. Al final todo se trata de eso, del compañerismo, del trabajo en equipo, del pensamiento crítico y de construir juntos un mejor lugar, donde todos podamos ser felices y aprender. Eso es lo que más me gusta de Carlota y sus amigos, que se apañan, se acompañan, tienen tantos gustos distintos y eso no les impide seguir colaborando y disfrutando hacer distintas cosas juntos”.
-¿Cómo podemos mantener viva la curiosidad de los niños, los adolescentes y de toda la gente?
-Como también esa chispa desaparece a medida que somos adultos, ¿no? Yo creo que es difícil, desafortunadamente nuestra sociedad actual nos empuja hacia etiquetas, nos ponemos este gorrito de que ‘es que yo estudié periodismo porque me iba mal en física’. Yo salí de la escuela de ingeniería de la Universidad de Chile y era como ‘nosotros no sabemos leer, porque solo hacemos matemáticas’. Nos vamos poniendo ciertos sombreros, nos decimos a nosotros mismos constantemente que no servimos para algunas cosas, que solamente encajamos en este sector chiquitito, cada vez nos vamos apretando más en cuál es nuestro tema específico. Y eso no sería malo, si es que nos volviéramos expertos en eso, pero es malo cuando nos volvemos expertos en eso a costa de omitir todo lo demás.
“Creo que en ese momento es cuando la gente deja de hacer preguntas, porque además sentimos mucha vergüenza de nuestras preguntas. Es como ‘¿cómo voy a preguntar por qué Plutón no es un planeta, si es obvio que no es un planeta?’. O incluso cosas más polémicas, ‘¿cómo voy a preguntar cómo funcionan las vacunas?’. Son preguntas válidas.
“A mí lo que me gusta de Carlota y de nuevo, la razón por la cual me niego a ponerle un límite de edad al libro, es porque creo que son instancias como estás, donde uno puede hacer preguntas sin temor al ridículo, porque no hay ninguna razón para ridiculizar a alguien por hacer una pregunta. El buscar conocimiento siempre va a ser necesario y yo creo que nosotros mismos le tenemos mucho miedo a fallar, a que la pregunta sea absurda, a que la respuesta sea obvia. ‘¿Por qué no sé porqué el cielo es azul?’ Chuta, de repente nunca me lo pregunté y hacer esa pregunta en ese momento, en vez de verlo como algo burlesco, siento que deberíamos más trabajarlo como ‘qué bacán que vayamos a aprender algo nuevo’. Yo creo que poca gente sabe por qué el cielo es azul o poca gente podría explicar por qué la tierra no es plana. Yo no he ido al espacio, pero desde aquí, desde el suelo de la tierra, ¿cómo explicamos que la tierra es redonda? Hay distintos experimentos que se pueden hacer, también hay un tema ahí de confianza en las instituciones, pero siento que en vez de reírnos deberíamos buscar la respuesta. Y ahí la clave está en cómo buscamos la respuesta, porque si yo estoy preguntando por qué la tierra es redonda, pero yo en mi cabeza tengo fija la idea de que sí o sí es plana y de que nada me va a mover de que la tierra es plana, entonces realmente no estoy haciendo una pregunta, quiero que me confirmen una creencia”
“Siento que esa chispa de curiosidad para mantenerla viva, tenemos que mantener viva la dinámica de hacer preguntas por buscar respuestas, no por confirmar nuestras creencias. Eso es algo que se puede trabajar desde espacios educativos, donde tengamos más empatía, donde aprendamos que el error es parte del trabajo. O sea, la ciencia funciona porque no tenemos respuestas. Por eso me gusta mucho que gente de todas las edades pueda disfrutar este libro, porque siento que también es un espacio seguro. El libro no te juzga, es algo que tú lees, que compartes después y que te entrega información sin pedirte nada a cambio, más allá de esa atención”.
-Además de hablar de la cosmología, tiene dos temas que me parecen súper interesantes. Por un lado, la vocación y ese momento donde tenemos que escoger qué queremos ser cuándo grandes, y también la tenencia responsable de animales. ¿Por qué decidiste agregar estos temas a este libro?
-Yo diría que desde el tercer libro de Carlota le tomé mucho el peso al hecho de que estos libros se trabajan en el colegio o que llegan a mucha gente. Hoy en día vivimos en un mundo donde pareciera a veces un poco superfluo hablar solamente de ciertos temas, sin tocar otras cosas que están afectando a los niños y a las niñas. En este libro, por un lado, siempre estaba esa pregunta, de qué iba a ser Carlota. Como que todos los lectores (decían) ‘Carlota, va a ser astrónoma’, lo mismo que le dicen sus amigos. Y Carlota desde el día uno quería ser artista, entonces creo que ella representa esta situación en la cual se encuentran muchos jóvenes, donde les apasionan distintas áreas y todos asumen que se van a ir quizás por el área ‘más tradicional’. Ella (piensa) ‘¿qué hago? Siempre he querido esto, también me encanta esto otro. ¿Tengo que elegir? ¿No puedo mezclarlas?’ Yo en lo personal siempre trato de decir que uno absolutamente puede mezclar todo lo que le apasiona. O sea, yo soy científica, doy clases, estoy en redes, escribo libros, me encanta cocinar. Uno no tiene por qué elegir una sola cosa y creo que parte de sacarse esas etiquetas es darnos cuenta de que las profesiones son flexibles y que uno dentro de lo que elija hacer puede efectivamente irse hacia un lado o hacia otro. Y Carlota un poco está en esa situación de tratar de descubrirlo.
“Por otro lado, el tema de los animales. Por mucho tiempo no tuve animales, pero después todos los animales que tuve fueron recogidos de la calle. Y, creo que hoy en día también estamos viendo quizás un incremento o sigue ocurriendo de que hay mucha gente que le pone mucho valor a la raza o a comprar animales. Y efectivamente sabemos que hay situaciones de criaderos ilegales y de animales que son usados para la crianza. Yo siento desde mi perspectiva y mis valores, que eso no debería ser así y que debiésemos adoptar, cuidar y evitar que ocurran estas instancias, sobre todo en lugares que están poco regulados y que por ende caen en muchas veces maltrato animal. Es un tema delicado, sobre porque probablemente haya niños que tengan animales de raza en sus casas. Entonces, cómo eso se conversa, entendiendo las distintas situaciones, pero creo que también es necesario para que a veces, dentro de esta búsqueda de cuestionarnos, nos cuestionemos ciertas decisiones. No es solamente cuestionarnos cuál es el origen del universo, sino cuál es origen de las cosas que tenemos hoy en día y de cómo estamos interactuando con nuestro medio ambiente. Y ese medio ambiente incluye a los animales, incluye a los gatos. Quise que fuera una gata porque justo este año adopté una gata de un albergué. Además, hay algo que se ve más hacía el final del libro, pero que tiene que ver con la adopción de animales adultos. Yo a mi gata la adopté con 2 años. Por ese lado también hay como un hincapié y un foco especiales en los gatos adultos de esta historia en honor a mi gata, que no es para nada una gata de raza. Yo siempre me río porque igual que la gente piensa que yo soy Carlota, van a pensar que mi gata es una siberiana porque esa es la raza de estos gatos y no, mi gata es una gata atigrada y no tiene un nombre astronómico tampoco”.
“De nuevo, estos libros no son solamente para aprender ciencia, estos libros son para divertirse con una historia y, para de repente, cuestionarse cosas, hablar. Creo que eso es lo que los hace también tan útiles en los colegios, porque abren esa conversación desde un espacio muy cotidiano y muy cercano a los estudiantes”.
Tere Paneque, como es conocida por redes sociales, cuenta con más de 409 mil seguidores en Instagram y 782 mil en TikTok. A través de estas plataformas, la científica se ha dedicado a compartir información sobre ciencias y astronomía, con un lenguaje más cotidiano y fácil de entender para quienes no tienen los conocimientos previos.
“Siempre he tenido una pasión muy grande por la enseñanza. Siempre digo que mi vocación es ser profesora, de chica les hacía clases a mis muñecos, a mis abuelos. Pero también me gustaba mucho aprender, entonces dije ‘la ciencia también me va a permitir algún día hacer clases’. Fui revisando cómo llegar a ese camino y al final creo que me llegó a través de las redes, de poder justamente educar y compartir ciencia. Me encanta, me encanta explicar cosas, me encanta encontrar ese ejemplo justo para que la gente entienda un concepto. En el libro ocupamos muchas analogías cuando hablamos, por ejemplo, de los ingredientes del universo y lo comparamos con recetas de cocina, hablamos de globos o de sillas para explicar la geometría del universo. Hay temas súper complejos en el libro y que tratamos de asociarlos a ejemplos más cotidianos”, detalla.
No obstante, la astrónoma explica que “no voy a poder en 60 segundos transmitirte toda la información, pero sí voy a hacer un esfuerzo para que tengas las nociones y sea, como decíamos antes, una puerta de entrada a incentivar la curiosidad y entender mejor ciertos temas”.
“Creo que las redes para mí son un mecanismo de llegar a más gente, por supuesto, democratizar el conocimiento, pero son el puntapié. Para mí lo principal siempre va a ser el trabajo en la sala de clases, el poder ir a conversar con los estudiantes y los libros. Las redes van a pasar y algún día van a dejar de estar trendy, van a ver otras redes, van a ver otros influencers, pero los libros van a permanecer. Ese libro que el estudiante leyó en sexto básico y que le encantó, que hizo que se preguntara sobre el universo y luego lo llevó a querer hacerse otras preguntas de algo, y ahora es biólogo, ese recuerdo va a permanecer mucho más que el vídeo que viste en Instagram junto con 40.000 vídeos más. Por eso a mí me emociona mucho los libros de Carlota porque creo que están generando un impacto fuerte, duradero y que están cambiando la manera en la cual una generación se acerca a las ciencias. Y eso me hace tremendamente orgullosa”, asegura.
Actualmente, Tere Paneque se encuentra haciendo un postdoctorado en la Universidad de Michigan, en Estados Unidos. El año pasado se adjudicó tres importantes becas y finalmente optó por la 51 Pegasi b Fellowship, siendo la primera chilena en obtenerla.
“Hoy en día estoy acá haciendo el postdoctorado, eso quiere decir que estoy haciendo investigación de manera independiente. Estoy simplemente desarrollándome como astrónoma, aprendiendo cosas nuevas. Mi tema de especialidad es la astroquímica de formación de planetas. trató de entender de qué ingredientes se forman los planetas, cuáles son los químicos, si es que hay agua, si es que hay carbono, oxígeno, nitrógeno, todo lo que necesitamos para la vida y cuáles son los procesos a partir de los cuales se forman estos planetas, que ojalá alguno de ellos sea como la tierra y alguno de ellos pueda tener vida también. Trabajo con equipos multidisciplinares”, relata.
Tere Paneque estudió Licenciatura y Magíster en Astronomía en la Universidad de Chile y luego realizó su doctorado en el Observatorio Europeo Austral de Alemania y de la Universidad de Leiden de Holanda.
“Hice mi doctorado en Europa, venirme a Estados Unidos también fue una decisión motivada por expandir mis redes. Pero yo diría que lo que estoy intentando, más a corto que a largo plazo en este momento, es volver a Chile. Tengo todos mis ojos puestos en poder realizar ciencia desde Chile, en poder traerme todos estos conocimientos nuevos de astroquímica y de formación planetaria de vuelta a mi país, poder ojalá generar un espacio de investigación en torno a la astroquímica de formación planetaria. Por ahí hay varias conversaciones que están andando para poder hacer eso, antes del final de la década sí o sí, pero durante los próximos años ojalá”, confiesa.
-En el último tiempo ha habido una especie de aumento en estos movimientos anticiencia –lo que hablábamos antes, que buscan reforzar estás creencias que ya tenían-. En Estados Unidos se han visto recortes en el financiamiento para las divulgaciones científicas. ¿Cómo ves tú está situación, desde tu posición como divulgadora y astrónoma?
-El momento que estamos viviendo es súper complejo para mí de entenderlo, porque yo siempre digo que somos muy afortunados de vivir en una época donde, para hablar en concreto de astronomía, miramos al cielo y no se solo decimos ‘wow, qué lindo’, sino que lo entendemos. El desarrollo científico es lo que ha salvado a la humanidad, el desarrollo de las vacunas, de la medicina. El hecho de vivir en una época donde nuestro conocimiento humano es tan vasto, es un privilegio y yo por lo mismo no entiendo cómo la gente -por ganancia económica o por crédito político- toma eso y lo quiere esconder en una caja, lo quiere suplantar por creencias o ideologías que no tienen sustento, que muchas veces son bastante violentas.
“Hoy en día, donde yo estoy, están haciendo recortes fuertes en el financiamiento de la ciencia, eso no es sorpresa para nadie. Se están cerrando programas de manera bastante arbitraria. Que a nivel político alguien diga que ciertas áreas del conocimiento no sirven, creo que es muy prepotente, porque todas las áreas del conocimiento nos han ayudado a crecer y entablar estos lazos. Yo creo que de cierta manera eso simplemente realza la importancia de que generemos futuros y sociedades actuales que sean más críticas, de que los chicos y las chicas puedan leer un libro, puedan extraer conocimiento y puedan sentirse empoderados y empoderadas a buscar las respuestas a las preguntas, sin simplemente escuchar y repetir, creo que se vuelve fundamental”.
“Estamos en una época no solamente de discursos autoritarios, anticiencia y recortes al financiamiento, sino que también en una época donde la inteligencia artificial busca suplir ciertas áreas que yo creo que son propias del desarrollo humano. Como la lectura de libros, como el pensamiento crítico, la escritura, el arte, la expresión que son tan fundamentales. Entonces no lo entiendo, me preocupa y me asusta. Pero elijo pensar y creer que la creatividad y el ingenio humano son algo tan propio de nosotros como especie, que esto es simplemente un pequeño bache, pero que vamos a ser capaces de perseverar. Que vamos a ser capaces de mantenernos firmes en lo que importa. Y lo que importa es seguir explorando, es seguir conociendo y no estar atados por ideologías a qué es lo que se explora o no, porque eso es importante también reforzarlo. La ciencia no es ajena a la ideología, la ciencia se basa en un modelo. El tener la capacidad de explorar distintos modelos es lo que nos permite llegar a la respuesta correcta. Y cuando ideológicamente se promueven solo algunos modelos, se corta la ciencia. La ciencia necesita esa pluralidad, necesita esa diferencia de opinión, necesita ese debate, necesita de migrantes, necesita de movimiento. Entonces me cuesta entenderlo, creo que es como que estamos en un paraíso y lo destruimos, ¿y para qué?”.
“Somos más las personas que quieren aprender y yo creo que en los números igual está la fuerza, así que veremos qué pasa. Pero yo seguiré dando la batalla por el pensamiento crítico, por la diversidad, por las mujeres en ciencia, por Latinoamérica en ciencia y para que haya muchas más Carlotas, Margas, Danieles y Lucías que disfruten de aprender y entender su mundo desde un lugar de empatía, trabajo en equipo y cosas bonitas”, cierra Tere Paneque.

Imperdibles
Lo último
04:00
00:32
00:01
01:51
23:29
Lo más leído
2.
3.
4.

















