La venganza de los nerds

La venganza de los nerds
La venganza de los nerds

“Siento que el movimiento urbano chileno y la prensa musical me han puesto en un lugar muy privilegiado, donde por estos días parte de mi labor consiste en algo tan reconfortante como coordinar la entrega de la amplia variedad de servicios con los que, de forma desinteresada y también me atrevería a decir revolucionaria en Chile”.

Entre tantas cosas negativas que se dicen sobre los artistas de esta generación, y todo el pesimismo que existe en torno al actual estado de la prensa musical, creo necesario matizar compartiendo una experiencia positiva y esperanzadora que tuve la suerte de vivir hace poco, a raíz de mi nexo con el movimiento urbano como creador de Microtráfico.

Microtráfico es una plataforma para nerds musicales que empezó como un podcast dedicado al descubrimiento, la apreciación, el análisis, la opinión y la crítica. Ese espacio atrajo a una comunidad muy activa que impulsó el proyecto hasta volverlo un pulpo con muchos tentáculos: desde una consultora creativa que asesora artistas hasta este espacio de columnas e incluso un ciclo de tocatas caseras en mi propio living.

Hago hincapié en nuestra comunidad porque las mejores ideas que tenemos nacen a partir de las interacciones generadas en ella, entre toda esa gente motivada con informarse y hablar sobre música. Por su espíritu, Microtráfico atrae naturalmente a los más enamorados y curiosos del arte, quienes muchas veces son artistas también. Sensibles ante eso, dos amigas, Javiera Mancilla y Ana Morales, decidieron crear un taller para impartirlo como un regalo al resto de la comunidad.

Publicistas de grueso calibre intelectual, Javi y Anita bautizaron este taller como “Identidad, Memoria y Legado”. Dividida en un bloque teórico y otro práctico, la actividad fue concebida como una herramienta facilitadora del trabajo creativo, con conceptos tan útiles como los del método paranoico-crítico de Salvador Dalí, que invita a seguir las corazonadas y establecer conexiones donde supuestamente no existen.

“Identidad, Memoria y Legado” se agendó como un evento en la Microcasa, el mismo living de Valparaíso donde hacemos nuestras tocatas íntimas. Para darle corte, asegurarnos de que solo llegaran los más entusiastas y sobre todo enaltecer la infinita generosidad de Javi y Anita, en vez de hacer una convocatoria con entrada liberada, lo presentamos como una beca a la que habría que postular para tener acceso a taller.

Así nacieron las becas de Microtráfico, y la comunidad de inmediato hizo lo suyo tras anunciarlas informalmente en las historias de Instagram. El primero en responder fue Sergio Burgos de Circular Estudios, lugar de peregrinación de connotados cantantes urbanos, quien ofreció grabar a tres de nuestros 16 artistas becados. Luego del suyo, empezaron a llover ofrecimientos sumándose a la iniciativa.

En cuestión de horas, había incluso directores ofreciendo videoclips completos. De hecho, logramos juntar los eslabones de varias cadenas de montaje de un producto musical entero, desde el beat y las horas de estudio hasta la filmación de material promocional y las apariciones en prensa, pasando por la sesión fotográfica, el diseño de cover art y el asesoramiento en derechos de autor, imagen y negocio discográfico.

Transformadas en un proyecto con vida propia, las becas recibieron casi 170 postulaciones. Para quedar, le pedimos a los interesados argumentar en formato libre por qué el cupo debía ser para ellos. Ahí la creatividad se juntó con el entusiasmo. Incluso un artista, Kamilito, montó un emocionante documental biográfico de 16 minutos, y tras quedar seleccionado viajó desde su casa en Temuco para llegar.

“Identidad, Memoria y Legado” se llevó a cabo el 24 de febrero. Esa mañana de sábado, la Microcasa recibió a Javi, Anita, nuestros 16 becados y un equipo audiovisual que registró el taller. Durante la clase y el ejercicio práctico, la energía creativa era palpable en el aire, e incluso después también, cuando nos quedamos con los artistas en el patio haciendo una espontánea sesión de escucha colectiva de maquetas.

Durante las semanas siguientes, no ha pasado inadvertida para mí la suerte que tengo. Siento que el movimiento urbano chileno y la prensa musical me han puesto en un lugar muy privilegiado, donde por estos días parte de mi labor consiste en algo tan reconfortante como coordinar la entrega de la amplia variedad de servicios con los que, de forma desinteresada y también me atrevería a decir revolucionaria en Chile, un grupo de nerds musicales está premiando por su talento a otros nerds musicales dentro de su propia comunidad. Nuestra comunidad.

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