Las “estrategias locas” de Nickoog

Nicolás Gallardo es oriundo de La Serena, vive en Santiago y sus canciones tienen fanáticos en todo el mundo. A sus 19 años dice estar listo para saltar de los escenarios de discotecas, las cuales asegura haber recorrido todas, para performar en las ligas mayores.

Mirando por poner un ejemplo “Xq tan sola”, el más reciente video de Nickoog junto con Jere Klein, un registro que en 48 horas ya supera se empina sobre las 1.200.000 visitas en Youtube y por lo bajo unas varias miles más en Spotify, es difícil imaginarse una escena de las siguientes características. Según él mismo cuenta, en su capítulo de La Junta, hubo momentos así:

“No sabía qué hacer, en la desesperación lloraba en mi pieza, me sacaba las mechas y pensaba ¿por qué no se me da?”.

El camino de Nickoog en la música comienza con otra escena bastante improbable y tierna. Cantando karaoke junto a su abuelo en La Serena

“A mi tata Enrique le gustaba la música y era bueno para tomar. Entonces yo le servía su cerveza y me ponía los karaokes, tenía un micrófono y todo. Ahí aprendí a no tener vergüenza para cantar delante de la gente, tenía 16 o 17. Antes de eso yo ya iba a las batallas (de freestyle), pero más que batallar me gustaba cantar”, cuenta.

“Ahí cantaba Alejandro Fernandez, Luis Miguel, Ricardo Arjona, Romeo Santos, pero no llegaba tanto al tono, si no fuera por mi tata Enrique, no estaría acá, porque mis papás no querían que fuera cantante, querían que estudiara o algo así, pero yo soñaba con esto”, explica.

En esa época era fanático de Shamanes y Movimiento Original. “Fui y sigo siendo muy fanático de Mc Browen”, reconoce.

Sin embargo, para que llegara “esto” que dice, los videos con millones de reproducciones e idem escuchas en Spotify, los casi 900 mil seguidores en Instagram y los más de 900k en Tik Tok, pasaron hartas cosas.

“Yo me vine a Santiago a la vida, sin manager ni nadie que me recibiera, me vine a grabar un video y después me quedé acá. Eso me jugó en contra en su momento, me deprimía y me daban bajones, pero afortunadamente hubo gente que me tiró para arriba”, le contó a Diego González en el programa Urbanos de Chilevisión.

“Hubo días que no tenía ni donde dormir, en los estudios hacía hora para quedarme hasta las 7 de la mañana, otras veces dormí en el terminal. No lo veo como algo tan terrible, porque pienso que cualquier persona que sueña con algo lo da todo”, contó.

En Urbanos también dice que antes de comenzar a monetizar con la música, aprendió otro oficio.

“Primero quise ser doctor, de ahí arquitecto, de ahí camionero. Pero cuando caché que no tenía dedos para el piano en los estudios, aprendí a cortar el pelo, a mis amigos y gente cercana, cobraba tres lucas. En el colegio me portaba mal, en clases me sentaba atrás y estaba escribiendo temas todo el dia”, relata.

“La verdad”, dice en La Junta, “es que yo no sabía lo que quería, pero cantaba todo el tiempo. Entonces pensaba que tenía que hacer algo con eso, pensaba si es la única hueá que sé hacer, pero en ese entonces yo no conocía ningún reggaetonero que viviera de esto, era un sueño imposible”.

Y si él no conocía a nadie que viviera de esto, menos sus padres. “Mis papás sufrían porque yo dejé tirado el colegio, igual pasé los cursos y cumplí el cuarto medio, pero casi no iba a clases, me preocupaba solo de hacer videos, hacer freestyle, escribirle a las páginas”.

Nicolás Gallardo creció en el sector de Las Compañías en La Serena, IV región de Chile. La misma región de la que es oriundo Drefquila. Allí vivía en una casa grande, rural, explicará, con gran parte de su familia, tíos, primos, y sus abuelos. “Vivíamos en una pieza con mi mamá y mi papá”.

Según una nota del diario La Región, su madre es profesora diferencial y su padre trabaja en una minera, y después de vivir en Las Compañías se fueron al Valle del Elqui.

Hoy día, Gallardo, de 19 años, es el mayor de tres hermanos, uno de 1 año y otro de 7. Antes de decidirse a apostar por la música, el joven serenense tenía otra pasión muy propia de su vida en una ciudad playera: el voleibol.

“Jugué en un club y en campeonatos nacionales. Iba camino a ser profesional, pero me salió un tumor en la rodilla y dejé de ser capitán. Pasé a punta, después armador, y terminé en la banca”, le dice riendo a Diego González. “Pero era bueno, deportista brígido”, asegura.

El amigo Standly

El año 2020, Nickoog lanzó sus primeros temas: “Mambole” y “Phillie y Botella”, ambos con sus respectivos videos, que salieron a finales del 2020 y principios del 2021

“Junté monedas y le aposté la vida a dos temas, hice los videos, una estrategia loca y los dos llegaron al millón. Al principio no me lo creía, pensaba ¿Qué hago para seguir hacia arriba? En ese tiempo me peleé con mis viejos y me fui de la casa, me fui donde mi abuelo Enrique, él me apoyó y me impulsó a que le diera nomás. Yo quería subir, entonces me fui a Santiago, con mis cosas, en bus con un amigo”, le contó a JC.

En ese tiempo fue lo que le contó a Diego González, que pese a tener un par de canciones superando el millón en Youtube, dormía en el terminal de buses, o en los estudios de grabación.

En ese entonces y con 18 años, su papá lo llamó para decirle que volviera a La Serena. Su mamá estaba sufriendo una crisis depresiva. “Me devolví por mi mamá, y en varios sentidos retrocedí bastante, en ese tiempo me recaí, se me fue el hambre de la música y me metí en cosas que no debí meterme”, reconoce.

Entonces aparecería en la vida de Nicolás otro joven que por ese entonces también se abría camino como un torpedo hacia arriba. Camilo Paredes. También de región, de San Felipe específicamente, y bastante más conocido como Standly. Es el único cantante urbano que Nickoog reconoce como su amigo en la escena.

“Vino el Standly con una tía que me decía hijo usted se está perdiendo, me lo dijo tanto que me hizo un cambio”, reconoce. Ahí hicieron juntos “Mi Waxita” (también con Izahn) y Nico lanzó otras canciones que tenía guardadas. Nuevamente su “estrategia loca”, como se refiere coloquialmente al talento que tiene para el marketing digital (o usar de manera maestra el Tik Tok) hizo el resto.

Según datos de una nota de Radio Activa, el despegue del serenense vino de la mano además de su asociación con el productor Joaquín “Baller” Alcayaga y haber sido firmado por “United Masters”, la compañía discográfica de uno de los próceres del hip hop latino, el ecuatoriano Gerardo Mejía (cantante del hit noventero “Rico, suave”).

Gallardo actualmente vive en Santiago y varias de sus canciones son hit a nivel internacional. Según le reveló a Diego González, se compró al contado un departamento y con billetes. “Yo no sabía que la plata se guardaba en el banco, no sabía de impuestos, nada de eso, me reconozco super inculto. Pero mis papás me explicaron que tenía que hacerme una empresa y todo eso. Ahora mi mamá trabaja conmigo y ve el tema de las platas”.

“Todo lo que hago, lo hago pensando en qué dirán mis papás, sus valores los tengo siempre en mi mente, es difícil que haga algo fuera de lugar”, le dice a Julio César. Ahí le cuenta que su mamá, que es profesora de lenguaje, lo reta de repente por las letras de sus canciones. “Me penquea por las más ordinarias”.

Pero explica: “Yo reconozco que tengo canciones ordinarias y a veces la gente puede pensar que uno canta puras hueás, pero no puedo cantar solo romanticismo, tampoco malianteo. Voy mezclando, y por ejemplo “Salimos del tarro” es una canción donde canto con honestidad sobre mi vida”, explica.

“Para qué me voy hacer el niñito bueno. Mi realidad, o la de mi entorno, a veces no es aceptada”, le dice a María Luisa Godoy en TVN.

Soy una persona común y corriente. A veces cabros me hablan que quieren ser como yo y yo les digo que solo se necesita perseverancia, constancia, disciplina y esfuerzo. En mis letras hablo de drogas, pero siempre trato de dejar el mensaje que para llegar donde estoy lo hice sin eso. De hecho cuando lo hice perdí tiempo y me desenfoqué, la droga te hace perder tiempo y plata”, le afirma a Rodriguez.

Ahí le cuenta que actualmente su foco está en lograr otro tipo de escenarios. “Quiero dejar de cantar en discos, creo que las he recorrido todas ya”. Entre sus colaboraciones soñadas, reconoce a Nicki Jam o Farruko.

De los locales, ha dicho que no tiene sueños, pero que sí por temas de negocios, le interesa lograr todas las que se pueda. Su más reciente feat. es junto a nada menos que Pablo Chill-e en el track “Tiramos pa arria”, uno que el mismo líder de la Shishigang destaca dentro de su nuevo disco “Duende verde”.

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