Amor riesgoso y a pedales...

Gran doctor:
Llevo dos meses saliendo con una morena de tierras más tropicales, ella se las machuca en un café con piernas del centro y es de lujuria, patrón, en serio. Me tomé como siete mil cafecitos para puro verle la cuerá y de tanto meterle conversa, al final, aceptó salir conmigo.
La llevé a un parque hermoso y entre blablá, dulces, ositos de peluche y chocolates… ella calentó motores y no teníamos dónde ir pa’ sacarnos el empacho. Así es que arrendamos unos botecitos a pedales de una laguna artificial y nos fuimos alejando. Y ahí nos dimos como guasca, jefe, fue una experiencia religiosa, incluso hasta pedaleábamos pa’ poner los ojitos blancos.
Ya cansados, la fui a dejar a su depa y ahora ella atina conmigo los fines de semana, nos hacemos pedazos… en los botecitos a pedales. Ella tiene una fijación con esos aparatos y no quiere un telmo de lujo, ni mi depa.
La otra vez nos pillaron unos tatas que andaban cerca en la laguna y la abueli le reclamó a su marido de por qué no hacían lo mismo… Y el viejito picota empezó a gritar “guardias, guardias, esos degenerados están cu…ando”. Puros atados, pero ella sólo me suelta el King Kong en el botecito. ¿Qué hago?
Lalo
Lalito:
Dramático lo suyo, le diré. Hay parejas que les gusta hacer el amor al aire libre, a otras cuando están en aviones, taxis, ascensores, balcones, precipicios, canopy, escaladas… Es el amor al riesgo el que los excita a más no poder. Cuando lolo la pasión con mi pareja se desataba en los bingos bailables y a más riesgo, más rico.
Pero el paso de los años me dio sensatez y dejé las leseras arriesgadas, dando paso al esplendor de los moteles pecaminosos. Si la morena no quiere revolcarse en un telmo por esa fijación, no le queda más que virarse de una. No vaya a ser que los pillen y se vayan presos por ofensa a la moral.
La solución pasa por ofrecerle irse a un cachacascán en un hotelito con aparatos, como la silla sexy, el trapecio del amor, una barra de pole dancing… Y si igual se va de negativa, va a tener que contratar a un maestro que le haga un botecito a pedales igual al del parque y chantarlo en la pieza de su depa. Capaz que la morena le guste la idea y se ponen a pedalear en un ambiente más seguro. Vea usted, mijo.
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