Doctor:

No sé qué me pasa, pero siento que mi señora ya no me excita como antes. Anda mal vestida, no se preocupa y lo único que hace es comer y ver las teleseries. Cuando salimos no tiene ropa, porque no está ni ahí. Pasa con buzo todo el día, pero de esos buzos guailones, pasados a aceite de comer y con unas chalas todas roñosas. Yo siempre me he preocupado de andar perfumadito, impecable en mi vestir, y ella era igual. Pero de un día para otro no  pescó más. Tenemos dos cabros grandes, que están casados y a ella pareciera que no le importo como pareja. No sé qué hacer y más encima hay una vecina que me anda tirando los corridos. Se viste mortal, huele rico y más encima es diez años menor que yo. Y aquí estoy, pensándola a morir.

Juanucho

Mi señor:

Con lo que le leí se cacha al tiro que a la vecina se la quiere puro comer, pero siempre está con el bichito de su señora. Eso es bueno, pues si le importara un bledo, la vecinita ya hubiese pasado por caja, en cambio usted se queja y se queja. Le recomiendo que le pegue una asustada a su esposa y dígale cara de tabla que la mina de al lado le está tirando los perros. Recálquele que la vecina se arregla, anda bonita y que le gustaría que la mujer con quien pisó  el palito fuese igual. Recuérdele cuando pololeaban, cuando le soltó el monicaco y cuando eran felices, y todo eso compárelo con lo que hay en la actualidad de parte de ella. Quizás la hembra tenga sus motivos para andar así. Capaz que usted ande bien vestido, pero de repente se porta mal y no la motiva a cambiar. Una buena conversa puede arreglar todo. Capaz que en menos de una semana su señora le dará la pasada con harto olor a Pachulí y depiladita.