Ando todo el día califa, doc. Y eso que me salvo con mi señora. Pero igual, el niño está terrible de durazno las 24 horas y ya me está empezando a molestar. Lo curioso es que justo el domingo pasado partí a jugar a la pelota con unos amigos y me puse al arco. En la galería estaba la esposa de un jugador. La mina era más tiradora que La Botota en un regimiento y eso me significó una dantesca erección, porque andaba con buzo y se me cachaba a la legua. Mis compañeros se rieron de mí y ella hizo un gesto con la boca que me dejó con tiritón de pera. Al terminar el duelo, en el cual me metieron la pelota por debajo de la raya, la hembra me dio la mano y piolamente me pasó un papel con el número telefónico. En la nochecita la llamé y, aunque no lo crea, llegó en taxi a la media hora. Era ninfómana y yo enfermo. Estuvimos 17 horas haciendo el amor. Quedé con el muñeco herido. Pienso en ella y vuelvo a levantar carpa, pero es la polola de un compadrito.

TIBURÓN

Escualo con el manso diente:

Lo que tiene usted de andar con el guañaño parado se llama priapismo, que es un “defecto’’ urológico que le pasa a los hombres que producen mucha irrigación sanguínea. Es decir, el zoronca les bombea tanta sangre que le llega hasta el ñato, y por añadidura, un pene erecto genera sensación de placer en un macho. Después de esta especificación científica de su mal, le debo decir que se rajó, pues encontró al azar una hembra que al parecer sufre de fiebre uterina. 17 horas de mete y ponga sin descansar ni comer ni tomar agua ni dormir es anormal para una fémina. Así que le salió capi cúa. Eso no quiere decir que no deba penqueármelo por felpearse a a su amigo con la pierna. Cuéntele la posta y así estará tranquilo. El hombre no se merece ser engañado por un par de energúmenos buenos para la cosita.