Le escribo a escondidas porque mi historia es súper retorcida y secreta. Soy chica doc, de apenas 18 añitos, pero no por eso menos recorrida.

Hace un año me metí con un medio hermano que, por razones familiares, recién estaba conociendo. No es todo. Hay más. Este hombre tiene familia, pero me la metí al bolsillo y vi las estrellas con él. Me dejó loquita.

Resulta que no es nada santo el gallo, porque como si  fuera poco, se metió con una amiga mía, así que nos alejamos, aunque solito vino después como el perro arrepentido. Pero resulta que en este tiempo conocí a un sujeto súper sabio. Un profe mucho mayor que yo que me hace clases, a estas alturas, de anatomía. Pero todavía no pasamos reproducción humana. Hasta el momento estamos repasando sólo el área bucal.

Este viejo me tiene más que enamorada, pero justo en este momento he tenido que echarle tánax a la maripositas de la guata porque me di cuenta que el profe es más califa que reportero pop, por lo que me han dicho. Ataca a todo lo que se mueve.

Y pa' más recacha aparece mi  hermanito con eso de que quiere volver con lo de antes. No sé qué hacer. ¿Le sigo el juego para molestarlo con el profe o no? Y con mi maestro tampoco cacho qué hacer porque pienso que puede estar cambiando. Además me dice que a mí me ama. Y como que yo le creo doc, por cómo me lo dice y porque me dedica casi todo tiempo a mí.  Dígame, doc, qué hago.

Piedrecita de curanto:

¿Está yendo a clases al liceo de la telecebolla  40 y tantos? ¡Qué manera de darse todos con todos, mujer! Y no me malentienda, lo malo no es enchufar, sino que no discrimina y usted piensa que todas las micros le sirven. 

¿Cómo se le ocurre andarse revolcando con su medio hermano? Por mucho que lo venga conociendo, el hombre es sangre de su sangre y si llegan a engendrar, tendrán un colita de chancho. 

Más encima, el lolo es aún más caliente que el gallo del Buin Zoo que se quiere pisar a las ovejas de Somalía y le anduvo mostrando lo suyo a una amiga mientras usted iba a buscar el álbum de fotos familiares. El tipo es más cochino que el reality del 13. Vírese de ahí. Un mínimo de respeto a la genética y a la familia de su hermanito, plis. 

Por otro lado, el maestro no tiene un pelo, ni de tonto ni de joven. La tiene embolinada con el viejo truco de esperarla y jurarle amor con tal de robarle su flor. Espérese no más a que usted pise el palito con él. Ahora le dedica todos los recreos, pero después no lo pillará ni tomando café en la sala de profesores. El profe, como es obvio, se las sabe por libro y, como usted, otras alumnas no le compraron más a viejos califas y chantas. La pobre de su mujer debe estar con tortícolis por el peso de los cachos.

Si quiere armar un lío familiar más grande que el de la Quintrala, métase con el sucio de su hermano, a ver si su mamá no la agarra a correazos. Y si quiere llevarse una decepción del estilo clásico, entonces sígale el cuento al profe. Las dos alternativas son como el ajo. Lo más sabio es que entierre a los dos muertos (y no al revés, que ellos traten de enterrársela a usted), y se olvide de ellos. Usted es una cachorrita de apenas 18 años, y le quedan perros mucho más nobles que conocer.