Doctor Cariño:

Me acuerdo cuando mi esposo me pidió matrimonio. Era una época romántica, de hace 20 años. Y ahora el hombre pasa sólo idiotizado, y con cero ganas de hacer el amor.

Yo tengo 40, estoy en la flor de la vida en términos sexuales, me cuido, ando linda y él nada. Pura pega. Así que una amiga me recomendó que fuéramos al gimnasio y ahí un profe me tira los cortes y estoy que voy. El cabro es joven, se ve paquetón y es ligth; es decir, no se va en la volada del compromiso.

¿Estoy bien, cierto?

Kika

Juana:

Le diría que está bien en lo que piensa de que su marido vale callampa, pero hágaselo saber. Dígale que mientras él está tirado en la pega, un hombre joven más guapo que él quiere puro comérsela. A ver qué dice cuando cache que le van a soplar la dama.

Al final a esos compadres que se sienten seguros de sus parejas sin hacer el mayor esfuerzo les terminan agarrando a sus señoras hasta por debajo de la mesa. No haga nada, pero cuéntele. Y si no está ni ahí, piénselo y se tira el salto.

Así nomás.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com