Socorro, doc:

Estoy desesperado. A mis 30 años solterito lo paso muy bien: salgo con mis amigos hasta la hora que quiero, me tomo mis copetes y me agarro minitas por montones. Todo lo que le cuento ha sido hasta hace una semana. Sí, lo que pasa es que conocí a una fémina en una disco y se transformó en una máquina sexual. Todos los días me va a buscar al trabajo, se va a mi departamento y se saca la ropa altiro. De ahí pasa de todo y me deja todo moreteado y cansado. Incluso, me duelen hasta los dedos de las manos para escribir esta carta. La minita es un ángel en el ring, pero me tiene agotado y no sé cómo decirle que no, pues igual es rico.

SECO

Don Seco:

Lamentablemente debo decirle que, en esta pasada, usted tiene que pensar con la cabeza inferior, pues tiene que aprovechar a una mujer golosa sin mirarlo como un problema. Hay hombres que deben hasta abrir la billetera para poder gritar ¡viva Chile! disfrazado de Adán. Y usted, el breva, anda como sufriendo por algo que es puro filete. Hágase pedazos con la reina. Más encima no le pide amor ni nada. Sólo le solicita que su herramienta la utilice como un buen carpintero. Ahora, si el tema le incomoda, dígale chao. Pero creo que más que contarlo como un problema, usted relata lo que le pasa para puro quebrarse. Cuídese y cuídeselo. Los niños lloran.