Se metió con polola de su mejor amigo

"Ella aprovechó que se había quedado dormido, se puso un baby doll de infarto, y se apareció en mi pieza. Y qué no hicimos, doc".

Doctor Cariño:

Tengo el tremendo problema, doc. Ni se imagina. Resulta que estoy complicado porque hice algo que no tiene perdón de Dios. Le juro que no fue con intención, pero fui a la pelea cuerpo a cuerpo con la polola de mi mejor amigo.

Todo partió hace antes que empezaran las cuarentenas más brígidas. En ese tiempo. Yo visitaba harto la casa de ellos para tomarnos alguna copita y, para no pasarme del toque de queda y tener problemas con los verdes, me queda allá hasta la mañana.

Hasta ahí todo bien. Lo malo es que después de un par de veces la chiquilla me comenzó a calentar la sopa en mala. Cuando mi compipa salía a comprar o se demoraba cada vez que iba al baño a hacer "del dos", me tiraba comentarios pasados pa' la punta y se me insinuaba. Incluso una vez se levantó la polera y me mostró más de la cuenta. Pero como yo no ando con patrañas, me hacía el larry y no pescaba nada.

Pero la última vez que fui, hace unas semanas, no aguanté la tentación, doc. Ella aprovechó que mi amigo se había quedado dormido, se puso un baby doll de infarto, y se apareció en mi pieza. Y ahí mismo atinados en todos los grados posibles. Justo al lado de la pieza estábamos dele que suene. Como si el mundo se fuera a acabar.

Afortunadamente nadie escuchó nada y pasamos piola, pero ahora me bajó todo el arrepentimiento. Le quiero contar, pero tampoco me gustaría perder su amistad.

¿Qué hago?

Califa

DON CALIFA

Después de leer su carta, no me quedaron ganas de ni contestarle, así que la haré cortita. ¿Cómo se le ocurre meterse con la pareja del amigo? ¿Esto tonto o se hace? Las parejas de un amigo son sagradas y jamás hay que tocarles un pelo. Más allá de que ella lo haya buscado, usted debió ser fuerte como al principio y no pescar. De hecho, tuvo que ir corriendo y contarle de una a si yunta lo que estaba pasando.

¿Pero qué prefirió su tontón? Caer en los encantos de su esa diosa que le tenía ganas, revolcarse como orate y poner los ojitos blancos durante horas. Mal, mal, mal.

Lo único que le queda ahora es contarle todo a su amigo y alejarse para siempre. Dudo que lo vaya a perdonar. Y bien merecido se lo tendría porque lo que hizo es feo y no tiene excusa.

Chao.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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