Virginio tentado por la ''tía''

No le puedo contar a mi papi lo que me pasa, porque me va a sacar la “CSM”. Por eso recurro a su consejo piola. Desde la semana pasada están en mi casa unos familiares del sur que no cachaba. Es el hermano de mi taita, que vino con su esposa y un cabro chico, que pasa todo el día pegado a la Play. Yo tengo 17 y mi sable está intacto, porque más allá de un perreo no le he sacado filo a nadie. El domingo que pasó, después de un asado, mi papi se curó raja con su broder y cuando se les acabaron las chelas, partieron a comprar más. Entonces me quedé solo con la “tía”, que también estaba con la sopaipa pasá, y de repente ella me tomó de la mano, me metió a la pieza y se tomó uno de esos helados que vienen con vale otro. Fue rico, pero con el miedo que tenía de que nos pillaran duré menos que David Pizarro en su regreso a Wanderito. Nadie cachó nada, pero la esposa de mi tío me sigue cerrando el ojo y tengo miedo, porque si debuto con ella me pueden salir hijos con cola de chancho, ¿no?
SOBRINO
Mi Virginio:
Echo de menos que en la carta no nombre a su mamá. Y como doy por hecho que tal vez ella no esté, entiendo que no exista esa santa mujer que le pegue la penqueá justa cuando las cabras se le arrancan pa’l monte. Me imagino lo caliente que anda a sus 17, si aún no le pelan el plátano y se lo pasa puro estirando el fideo con sus propias manos. Debutar con la “tía”, que debe ser adicta al barquillo bañado con crema, es una tentación demasiado grande para el reactor atómico que debe tener debajo de la cintura. Pero siempre va a ser mejor el estreno con una cabra que recién este comiéndose el “cubo” que aquella que se lo traga como casata. Arranque de ahí o la sacada de cresta del papá y el “tío” va a estar bien merecida.
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