Por Guido Macari MarimónLa Firme Presidencial con Franco Parisi: “La gente tiene imágenes mías medias raras porque soy un bicho raro”
En su tercera carrera a La Moneda, el provocador economista hace un repaso de su historia marcada por un “plan” vital que ha seguido a rajatabla desde niño; recuerda sus hitos y hace frente a sus episodios polémicos. “Soy sumamente culposo, culposo a rabiar”, asegura.
—Yo tengo un trato con todos los bichos raros —confiesa Franco Parisi Fernández (58) sobre su lado más doméstico y, concretamente, su relación con los insectos—: Si están dentro de la casa, afuera, y afuera los respeto todos. Yo no mato a ningún bicho ni nada, porque es injusto y abusador.
El abanderado del Partido de la Gente incluso se acuerda de su casa en un suburbio de Birmingham, Alabama, donde se encontraba con “un montón de arañas preciosas”. Su hogar gringo se ubica en lo alto de una colina en un callejón sin salida y, detrás, hay “un bosque muy lindo”, según describe.
“Entonces tengo “bambis”, zorritos y woodpeckers”, cuenta, y entre medio olvida la palabra en castellano: “¿Cómo se llaman los woodpeckers?”; y con ayuda del reportero de La Cuarta, recuerda: “¡Carpinteros!”. También recuerda que una vez “me despertó una pelea”, bastante intensa, al punto que pensó: “Alguien se está agarrando a muerte”... Para su sorpresa, eran dos mapaches que se habían enfrascado en una disputa por comida en el basurero de la casa:
—Era una pelea a gritos —asegura.
Esta es la tercera carrera presidencial de Parisi, tras haber logrado el 10% de los votos en el 2013, en el 2017 no perseverar y en el 2021 alcanzar casi 13% de las preferencias, siendo la gran sorpresa, haciendo campaña telemática desde suelo gringo y de la mano del electorado de la Región de Antofagasta.
Cuando se le ha preguntado por su historia, el economista ha relatado que desde niño sabía que su vida sería pasar por el Instituto Nacional, por la Escuela Militar, ir a la universidad, hacer un doctorado en EE.UU, y luego saltar a la arena política para, con un poco de suerte, convertirse en Presidente. Él dice que en cierta medida su padre, Antonino Segundo, fue el artífice de ese “plan”, y precisa que no es un “sueño”, sino: un plan.
En entrevista para La Firme, Parisi repasa su historia, desde sus primeras andanzas siguiendo su “plan” e incluso, según cuenta, adquiriendo sus primeras acciones cuando era tan sólo un adolescente; su faceta académica, marcada incluso por un encontrón con Nicolás Grau, hoy ministro de Hacienda, cuando este último era aún universitario; sus distintas arremetidas hacia La Moneda, marcadas por algunas polémicas, como la rendición de los calzoncillos Hugo Boss, una acusación de acoso que él desmiente y el lío por la manutención de sus mellizos; su actual alianza con Pamela Jiles y Pablo Maltés; algunas definiciones como candidato; su presente económico; su relación de pareja con Mariela García; y minucias varias como algunas de sus entretenciones personales:
Durante la conversación, toma su celular para enviarle una nota de voz a su señora:
—Mi amor, ¿me puedes mandar una foto del bar que construí? —Sonríe, acaso con una cuota de pudor.
El candidato —primera opción en la papeleta— quiere lucir un poco de sus labores como carpintero aficionado.
Ya saliendo a la calle, Avenida Andrés Bello, seguido su escolta personal, él explica como la mayor de las obviedades la razón de su custodio: “Porque me han amenazado, porque quiero vivir”, y luego, tras ser abordado por un par de oficinistas que le piden una selfie, el candidato se dirige acompañado hacia el vehículo que lo espera para continuar con la última tanda de su jornada electoral.
LA FIRME CON FRANCO PARISI
Mi recuerdo de mi infancia en Las Rejas (Estación Central) es jugando afuera fútbol con los amigos, yendo a la plaza Los Cocodrilos, y yendo a comprar helado donde la señora Helena.
Fui concebido en Magallanes, porque mi papá era capitán de Ejército allá, y le encontramos un problema al corazón. Creo que todos en mi familia siempre estábamos preocupados por la salud de mi papá. Era una preocupación permanente. Pero yo la pasaba muy bien con mi papá: conversábamos de política, geopolítica y finanzas. Siempre lo pasábamos bien.
Me considera más “apapado” que “mamón”, y en Chile es un país de “mamones”. Soy fanático número uno de mi papá, (aunque) mi mamá es adorable, preciosa mamá y mujer; pero yo siempre era más preocupado de mi papá, y me gustaba más andar con mi papá que con mi mamá. Ella está viva, está muy bien, vive en Santo Domingo. Está muy segura, muy cómoda. Está muy bien físicamente y tiene un buen grupo de amigas.
Soy medio sordo de un oído. Antes un remedio casero cuando tenías el oído tapado era que te ponían un cucurucho con fuego... y después quedó demostrado que eso te dañaba el oído, entonces claramente me cuesta harto (escuchar), y por eso pongo el oído izquierdo; el derecho lo tengo más deficitario. Por eso, cuando me preguntan algo, tengo ese gesto técnico con la oreja.
Siento que le gané a la vida porque me puse todos los objetivos y los logré: me fue bien en la universidad y me fue bien económicamente... por lo tanto, le gané la vida, le gané al sistema. Siempre fui muy mateo, no sé si tenía talento natural, tenía que ponerle empeño nomás; tenía una buena cabeza para las matemáticas, era trabajador, y me fue bien en términos intelectuales. Nunca tuve problema.
Mi padre me decía que “usted tiene que dedicarse a lo académico y a lo político”. Es verdad. De niño, desde los tres o cuatro años yo sabía que tenía que estudiar en Instituto Nacional, Escuela Militar, Universidad de Chile y hacer el doctorado. Eso lo tenía clarísimo yo. Ya tenía dibujado tanto mi destino académico como profesional. Él me sedujo en ese camino. Era muy buena idea... ahora, con cinco años, yo no entendía nada; pero tenía que hacerlo y me entretenía la idea de tener un objetivo claro y decidido.
En el Instituto Nacional la pasé muy bien. Eran Unas pichangas muy bizarras, porque eran diez pichangas en un patio, entonces era un desastre. Eran muy inteligentes los cabros y la pasábamos bien. Nunca perdimos clase. Y era muy diverso, entonces era un agrado compartir con los cabros del Nacional.
A la Escuela Militar fui en tercero y cuarto medio. Mi papá había sido militar y yo tenía que ser militar también. Estaba dentro del plan regulador de mi vida... ¿Por qué eso es muy curioso? (Tras comentario de reportero). Yo lo encuentro súper bueno, para mí. Yo tenía claro que tenía que estar en la Escuela Militar, que tenía que entrar a estudiar Economía en la Chile y que debía sacar un doctorado. De hecho, por mi papá nos íbamos a ir al doctorado a Francia, pero por el “golpe” o “pronunciamiento” —como quieran llamarlo—, se cayó la beca en 1973... Habría cambiado la historia, quizá me habría quedado en Europa, qué sé yo.
Estudiar en Estados Unidos (en la Universidad de Georgia) era parte del plan: yo en EE.UU. y mi hermano (Antonini) en Europa, que ahora vive allá y está muy bien él, está tranquilo y lo pasa muy bien.
El plan era pasar por el instituto, la Universidad de Chile, un doctorado, ser vice-decano, decano y ahí entrar al área política. ¿Y por qué llegar a Presidente? Estaba dentro del horizonte po’, porque se necesitaba, yo lo veía clarito; siempre lo vi: no me gustaba la dictadura, y había otros que le encanta la dictadura. A mí no me gustaba la dictadura; pero había que vivir ahí nomás.
¿Cuándo supe que quería ser Presidente? Hace mucho tiempo, con la misma idea que tenía que sacar un doctorado, entre los cinco y los doce. Me lo imaginaba como cabro chico: otros piensan ser futbolista, y yo nunca soñé con ser futbolista, entonces cada uno tiene distintos sueños. No me hace mejor ni peor, es otro sueño de cabro chico nomás.
A los 15 años quería tener acciones. Siempre me iba al Instituto Nacional con mi papá, y siempre él tenía el diario de La Segunda, y en la contratapa había un recuadro chiquitito de la variación de las acciones. Ahí empezó mi curiosidad con las acciones y fue el periodo del “capitalismo popular”, después de 1982, entonces compré varias acciones de Endesa. De hecho una vez mi papá me preguntó si tenía plata —porque yo siempre tenía plata guardada—, le pasé y compramos unas acciones de Endesa, para regalo de Navidad o cumpleaños.
Me compré un departamento a los 21 años con la plata de las acciones, muy bonito. Traté de vivir ahí, hice varias fiestas, jaja, y la pasaba muy bien. Era en La Dehesa, en la calle Raúl Labbé, creo que 13000, y todavía está po’, en el cuarto piso; era un (edificio) azul, y ahora café. Tenía piscina y era bien bonito. Lo vendí para comprarme la casa grande en La Dehesa, que se la vendí a una a una persona importante para mí.

Nicolás Grau (hoy ministro de Hacienda), en el 2006 o 2007, cuando era estudiante y presidente de la Fech, tenía un séquito muy grande de “gremlins” y él escribía: “Maten a Parisi, por sus libros mugrientos que hablan de igualdad”. Claramente nunca fue un buen alumno. Y mis libros hablan de igualdad, pero son ecuaciones; nunca hablé de desarrollo económico y esas cosas. Yo no le hacía clases, pero era vicedecano. Él me mandó a “matar” y yo pedí que hicieran un sumario —que lo hizo el profesor (Rómulo) Chumacero, un boliviano, que dijo que “es un problema de niños”—, y el resultado del sumario fue que “era muy una bromita”... Cuando ellos hacen esas cosas, es broma; cuando ellos le tiraron los perros muertos a la profesora (Carola) Canelo en la facultad de Derecha, es broma. Pero cuando uno les dice algo, salen llorando... Grau me mandó un mensaje para la campaña de Boric, diciendo: “Yo nunca hice eso”. ¿Cómo que no? ¡Pal sumario! Y la mamita llamó para que dijeran que era bueno; muy inteligente ella (Paulina Veloso, exministra SegPres).
Los del Frente Amplio, la elite, son una manga de llorones que me caen pésimo… ¿Si soy Presidente buscaré acuerdos con el Frente Amplio? Sí po’, como con todos. Hay que gobernar con todo el mundo, y no todo el mundo me cae bien, o yo no le caigo bien a todo el mundo. Pero hay que gobernar.
¿Me han propuesto ser ministro? Me propusieron ser subdirector de Presupuestos, la Rosanna Costa (hoy directora del Banco Central). Lo rechacé, porque estaba de vice-decano; no era para mí. También quien me llamó una vez para ofrecerme ser subsecretario de Educación Superior, Joaquín Lavín padre, cuando era ministro de Educación. Le dije no, estaba muy contento de vice-decano en la Facultad de Economía de la Chile.
En la campaña del 2013 vendí un auto para financiarla... muy lindo ese auto... ¡Y decían que yo no lo había vendido! Me acuerdo en el The Clinic salía: “Qué chanta Parisi, no lo vendió”, porque el dueño del auto era muy buen amigo mío —tiene como veinte autos—, y un fin de semana se lo pedí y me dijo: “Sí, anda, sácalo”. Lo ocupamos el fin de semana y le dije: “Ya, te lo devuelvo”, y me contestó: “No te preocupes porque estoy en la playa, quédate una semana con el auto”. Y anduve porque era precioso. Y salieron diciendo que no lo había vendido, y estaba la transferencia, el pago, el depósito y todo. Efectivamente lo había vendido... Me da pena, recuerdo ese auto con mucho cariño.
En el 2013 me tuve que ir de Chile, porque no tenía trabajo y me estaban persiguiendo política, social y económicamente. Un ministro me llamó, porque le estaba ganando a su candidata (Evelyn Matthei), y al día siguiente me hicieron pebre: todos los medios salieron a atacarme con que yo debía a una plata a unos trabajadores de un colegio, lo cual era mentira. Matthei fue la que lo divulgó. Entonces cuando ME-O dijo que hay persecución política en Chile: sí, anótame a mí también. Y en la Corte Suprema se demostró que era mentira.
La política es injusta para la gente que no pertenece al establishment. Yo veo a los otros candidatos y son todos millonarios gracias a la política, millonarios: Isabel Allende es millonaria; la Matthei y Kast también. ¿Y qué es lo que han hecho? No han hecho mucho.
Muchas veces he recibido amenazas de muerte. No sé si es normal entre los candidatos, pero a mí me han amenazado de muerte hace mucho tiempo. Soy un tipo outsider: me amenazó de muerte Grau, que era hijo de ministro, y ahora es ministro de Hacienda, amigo y pareja política de Boric, y me amenazó de muerte en el 2006... Hay mucho tontito que amenaza de muerte y es poderoso, ¡muchos!...
Un tontito era estudiante de un doctorado en una universidad importante acá, le escribí y me seguía atacando. Me dio lata y decidí: “Llamaré al jefe de carrera”, y le dije: “No puedes tener un estudiante doctoral que está amenazando a un posible candidato a la Presidencia; por favor, habla con el tipo; si lo hacemos público, va ser malo para la institución y para este cabro: ¿después será profesor y amenazará de muerte al decano o vice-decano si no le gusta?”... Hay gente que comete errores y uno trata de ayudarla.
¿Qué me dejó la investigación que se realizó por acoso a una estudiante en la Texas Tech University? Quedó en nada po’, ¿qué voy a aprender si no quedó en nada? Y nunca hubo nada. Ni siquiera fue un reclamo. Me acuerdo perfecto de que fue un testigo oculto. ¿Le crees un testigo oculto? Yo no. Pongámonos serios en el tema: si había alguna situación, llévelo a los tribunales. En Estados Unidos nunca he tenido ni siquiera un parte en la carretera ni en el estacionamiento, ¡nunca! Esa cuestión fue claramente una manipulación con testigo oculto... yo con un testigo oculto te puedo decir que la Tierra es plana po’. Entiendo que fue una una situación política, porque justo coincidió cuando yo estaba en Estados Unidos y vine a hablar sobre la importancia del río Silala; y ahí hay un candidato presidencial de esa época se asustó, y mandó a hacerme ese regalito. Es normal. Pero nunca hubo ninguna demanda, NADA; como dicen: “son rumores, son rumores” (alusión al hit “El venao). ¿O sea esos “comportamientos inapropiados” nunca ocurrieron? (Pregunta reportero) Lo que a mí me habría gustado, si así fue, ¿dónde está el juicio? Si es asunto serio, llega a juicio. Sino, es solamente un rumor.
“Nunca más saludo de beso, nunca más soy cercano a saludar a las personas”, dije tras la investigación de acoso (Mucho gusto, 2021)... Trato de no saludar de beso. No a propósito de esa experiencia, en general, porque incluso encuentro que es un poquito invasivo hacia la mujer, porque entras a su espacio personal. Primero, en Estados Unidos se saluda con la mano. Creo que en Chile vamos a tener que repensar eso.
He vivido en varios países: Estados Unidos, México, Argentina y Chile, ¿cuántos más quieres? Porque tenía que ir a dar clases... Malasia, Singapur, Italia, Inglaterra, Francia, Sudáfrica y tanta lesera que he vivido.
El 2017 iba a ir de candidato, pero al final no quise... estaba preocupado de la enfermedad de mi papá y de otras cosas, y dije: “No”. Además yo veía claro que iba a ganar Piñera, estaban todos vueltos locos con Piñera, y sabía que sería un mal gobierno... y fue un mal gobierno, jaja.
Mi papá se enfermó grave a partir del 2017, por eso yo volví a Chile, y falleció en enero del 2018. Ese duelo es complejo, creo que nunca termina. Igual ronda la situación. Es compleja. Ronda la situación misma cuando él estaba desencantado de la vida. Eso es lo que más da pena: uno no sabe si falló o no, porque él no quería seguir viviendo. Es una situación que muchos chilenos y chilenas están viviendo. ¿Ha cambiado mi posición sobre la eutanasia? (Pregunta reportero) No puedo encontrar la solución. Tengo un conflicto entre mi cabeza y mi corazón. Mi cabeza dice que sí, pero mi corazón dice que no. Y yo, como quiero ser presidente de Chile, le preguntaré a la gente: haría un plebiscito. En otros temas yo tengo clara la película y puedo dar mis argumentos, pero aquí no tengo los argumentos, entonces cuando el líder no tiene los argumentos tiene que ir a los grandes números, que es preguntar a la gente.
No sé si mi padre estará orgulloso de mí. ¿Por qué tengo que suponer eso? Es su decisión. Soy bien correcto en aquello... Hay que esperar, no está terminada la tarea, no se ha hecho todo lo que se tiene que hacer. Y él verá po’; yo no puedo estar juzgando por él, porque si tú te eres tu juez y parte dices: “Lo está haciendo perfecto”. No, yo creo que no: hay que preguntarle a él. Sino uno siempre se pone puros 7. Creo que hay que respetar eso y ya llegará el momento en que él evalúe. Un tipo asesino puede pensar que lo está haciendo bien, y no: hay otros que te juzgan.
Ni me acuerdo si eran $200 millones de la manutención los que debía. Pero fue un desacuerdo. Debí haberlo acordado antes, antes habría sido más fácil conversarlo en un café: “Oye, pasa esto”, y listo, solucionado... Pero por los orgullos (no se llegó a acuerdos antes), y donde hubo mucho amor, de repente hay muchas heridas: tonteras de adultos que todos podemos cometer.
A Ricardo Arjona le doy la razón cuando dice que “el amor se cohíbe en los tribunales”. Es verdad, porque los tribunales son fríos y mercantilistas. En todo el caso de la manutención (no pagada) me atribuyo más responsabilidad, porque siempre he sido responsable de todo en mi vida, y yo tengo que solucionar los problemas; yo soy el protagonista. Cualquier cosa, inevitablemente es culpa mía. Si no se logra el presupuesto de la nación, es culpa mía. Si fui al supermercado y no traje todas las cosas, es culpa mía.
¿La acusación de la pensión me pena con el voto femenino? No. Creo que el voto femenino está muy capturado por la izquierda, de siempre, curiosamente, desde (Michelle) Bachelet; pero venía (incluso) de antes. Creo que el voto femenino ha sido históricamente más de izquierda. ¿Es tema para mí atraer a ese electorado? (Pregunta reportero). No, no. Por el contrario, creo que los dos son importantes, pero la izquierda ha hecho un trabajo muy bueno en apropiarse el voto femenino, que creo es un error, pero es así: uno puede cambiar todas las cosas.
Soy sumamente culposo, culposo a rabiar, en cosas laborales, personales y todo. Ya estoy viejo para trabajar eso: soy culposo. Y si en una entrevista me equivoqué, soy culposo, la reviso treinta veces, “¡porque dije esto!”, “mira, me equivoqué acá” o “debí haber hecho esto”. Yo soy un tipo culposo. Me cuesta ver las entrevistas y, si no lo hago, las repaso en mi mente. O una entrevista que me interesa, por ejemplo, la de (Tomás) Mosciatti, cuando me habló de las encuestas (en El Candidato), que debí decirle: “Espere un poquito, ¿quién fue la sorpresa después de los dos que pasaron en la elección de 2021? ¿Fue Parisi o no? Sí, ¿y por qué fue sorpresa? Porque no estaba dentro de lo que esperaban las encuestas”. Listo, era el 1-0, pero me equivoqué y le empecé a pelear con los números (los porcentajes de las encuestas): perdí tiempo, no era por ahí.
Me gustó la entrevista de Tomás Mosciatti pero la de Constanza Santa María fue complicada, porque no me dejaba hablar. Sentí que yo la estaba entrevistando a ella, casi (pensaba) “gracias por darme la entrevista”. No me dejó explayar. Considero que no me dio tiempo. Ella estaba con datos equivocados. Yo manejó muy bien los temas, entonces necesito un poquito más de de tiempo. Y con Mosciatti es entretenido, porque el tipo es inteligente, entonces hay varios aspectos en que sé que le gané... Soy muy competitivo, entonces le gané en la discusión del comandante y jefe del Ejército y en las encuestas me ganó él (por culpa mía). Esa entrevista la repaso en mi mente todos los días.

¿Qué relación tengo con mis hijos más grandes (mellizos de su exrrelación con Laura Lee Campbell)? La que corresponde: la que ellos les hace feliz. No puedo hablar más de eso, pero para la relación que a ellos les hace feliz, ahí estoy yo. Ya son más grandes, entonces uno tiene que cuidar lo que a ellos les hace feliz. Tengo la relación que ellos quieran tener. ¿Es un tema que siento pendiente en mi vida? (Pregunta reportero). No. Es completamente abierto. Lo que le hace feliz al niño es lo que uno tiene que hacer.
Mis hijos se dieron vuelta los apellidos, claro, y estoy muy contento de que lo hayan hecho. De hecho, en Estados Unidos soy Parisi-Fernández. Yo creo que eso tiene que cambiar en Chile, no me gusta. Una cosa que yo criticaba en Estados Unidos era que las mujeres cuando se casaban perdían el apellido original. Lo encontraba lejos lo más machista. Me gustaría que acá en Chile fueran apellidos compuestos acá... aunque también son apellidos muy largos, por ejemplo, Errázuriz-Astaburuaga, o González-Peñaloza. Creo que ahí hay un micromachismo que no me deja tranquilo.
“Si es bueno para los mineros, es bueno para Chile”, dije, y fue a propósito de que a todos los candidatos hay que hacerle un test de droga, y un test físico y psicológico, que esos se lo hacen los mineros; pero a los políticos, no. Entonces es para decirles: “Mira, aquí hay un referente importante en la sociedad chilena, que son los mineros, y que se sacan la mugre y los miran en menos (ni siquiera pueden votar, y nosotros queremos cambiar eso). ¿Quién está contra los mineros? No puede haber un alma en Chile contra los mineros. Para mí son unos íconos súper importantes, yo los quiero mucho y nos apoyan firmemente.
¿De dónde proviene la atracción de los votantes del Norte por mí? (En la primera vuelta del 2021, obtuvo el primer lugar en la Región de Antofagasta) Básicamente porque escuchan mis videos. De hecho, en la campaña anterior era porque nosotros veíamos cómo saltaban los videos, especialmente en la noche, cuando están solos los mineros, echando de menos la familia, y pasándolo mal, y ahí nos escuchaban. Y además porque nosotros hemos entendido los dolores de los mineros.
Con la frase de “enchular a la vieja” me refería a la camioneta (Por una frase que dijo sobre los mineros de que “ojalá se compren una camioneta más grande, ojalá enchulen a la vieja si quieren”; luego en Hazte cargo, de TVN, dijo que se refería a “la camioneta”, pero antes en Car Curo, del mismo canal, había dicho que aludía era para provocar a las “feminazis”).
La campaña presidencial, que fue telemática, me costó $13 millones. Ahora sale más cara porque están gastando como locos los candidatos; realmente estoy sorprendido. El busecito del candidato Kaiser no es trivial, o los escenarios que he visto en las candidaturas de Kast y Jara. De hecho estuvimos cotizando una banda o grupo para cantar, y los precios están por las nubes. Nosotros queríamos a Amar Azul y están como locos los precios, o sea, me daría vergüenza pagar eso. Me gusta harto Amar Azul, “El nuevo campeón”, que con esa quiero celebrar si salgo Presidente.
Mi campaña, mis gastos, los financio con mis ahorros; pero la campaña se financia con un crédito que pedimos al Banco Estado.
Me reuní con Sebastián Piñera unos meses antes de su muerte. No me acuerdo cómo se dio ese encuentro. De hecho, nosotros estábamos grabando el documental de los Bad Boys y me llegó la invitación (no sé si yo la pedí, no creo haberla pedido) y fui para allá. Una hora estuvimos hablando. Hablamos del Partido de la Gente y de todo. Pero no noté que tuviera “eyes of the tiger”. No le vi los ojos de tigre para la campaña (para un eventual tercer gobierno). Estuvimos hablando harto, de lo bueno y lo malo; nos olfateamos políticamente, y le dije: “¿Qué es lo que más le dolió?”. Lo que más le molestó fue que su hermano no fuera embajador en Argentina (Pablo Piñera, tras acusaciones de nepotismo). Entonces le dije: “Mire, Presidente, si yo soy Presidente voy a ver si nombro a su hermano embajador en Argentina”. “No tienes por qué hacerlo”, me dijo. “En honor a usted”, le dije... ¿Nos conocíamos de antes? Yo trabajé para él en el caso de las acciones de LAN. Me acuerdo de haber hablado por teléfono, le gustó un informe y eso fue todo.

He llorado solo en mi casa por los dolores de la gente. La señora que vimos en Quintero ¿Cuál era su historia? Quería morir. Ya se había muerto su marido, y tenía mucho miedo y mucha pena. Es complicado, te vas con una carga muy grande. O sea, para los otros candidatos que van a reuniones en hotel, que andan en busecito y cosas así, es fácil.
Nosotros vamos donde duele, donde estás con el cabro que está sumido en la droga, donde la mamá es golpeada porque el hijo es drogadicto, porque el cabro lleva un año sin pega, porque están desesperados porque van a perder la casa... Son los dolores que nosotros vemos y son fáciles de solucionar: estuvimos en el cerro Monte Sinaí, en El Olivar (Viña del Mar), estaba la plata y todavía siguen viviendo ahí; los patudos amigos de Boric se pagan 30 millones de pesos mensuales porque son gerentes de aire... Nosotros vemos los dolores de la gente, nos los cuentan, estamos en la casa con ellos, vemos los problemas, vemos al abuelo o al hijo postrado. Y esa carga te la llevas, ¿y a quién se la cuentas? Duele.
Lo que más me pide la gente en la calle es un abrazo. No sé por qué. Me dicen: “Franco, una fotito... ¿Y un abrazo?”. La gente es muy cariñosa. Hay algunos que gritan cosas, y da lo mismo. Pero el cariño de la gente es único. Una niñita de siete años que se puso a llorar me dijo: “Pucha, usted es lo único que ha hablado de nuestros problemas”. Es una sensación muy bonita, pero uno siente el peso y dice: “Puta, que son mezquinos, es tan fácil solucionar los problemas y no los quieren solucionar”.
¿Por qué en mi declaración de renta puse “no aplica”? No, no... yo creo que sí dije, puse que ganaba $3 mil dólares mensuales. De hecho, me llamaron diciendo que estaba mintiendo porque tenía un auto de $15.000, y era de 15 mil dólares, que está en Estados Unidos, y ocupo la moneda de allá, ¿cómo voy a pagar la moneda acá?... (Pero la pregunta es por la renta, no el patrimonio). Es que se junta, se hace junto.
¿Me considero millonario? En términos estadísticos, sí. Tengo una casa de 700.000 dólares. Soy un privilegiado social, sí, pero yo lo he hecho todo con mi plata.
Tengo acuerdo de confidencialidad con las cinco empresas que asesoraba, que ya no asesoro. Puede generar suspicacias (Según plantea el reportero), pero de la misma forma que uno cree que el Partido Comunista no va a tener influencia en la candidatura Jara, o que Kast llama a permitir la libertad en la intimidad de las parejas; es lo mismo: la gente tiene que entender que uno tiene sus complejidades como candidato. Yo no tengo ningún problema: si La Cuarta está dispuesta a pagarme la multa por los cinco contratos, que son de un millón y medio de dólares cada una, yo feliz, al tiro se los entrego. ¿De acuerdo? ¿Trato hecho?... ¿Uno podría decir que los intereses de esas empresas son más importantes? (Pregunta el reportero). No, los intereses de Chile son más importantes; en las otras soy empleado, o fui un empleado: aquí quiero ser Presidente de Chile.
Me considero un outsider dentro de la política y mi manera de pensar es compleja. Nunca voy a dar una respuesta por una ideología; cuando das una respuesta por ideología es porque no eres complejo, como “yo apoyo la revolución del proletariado porque así lo dice (Karl) Marx”, ¡es ridículo! O “no tiene que haber restricciones porque tiene que haber libertad total”. No es así. Yo soy más complejo: dime cuál es el problema y te busco la solución.
¿Rafael Gumucio dijo que soy “la persona con menos escrúpulos de la política chilena” (en Todo va a estar bien)?... ¿Quién es Rafael Gumucio (escritor y columnista)? No es un ninguneo. Disculpen, no lo conozco, ¿ha ganado algún premio? ¿Algo?... Hay tanta cosa que dicen de mí... No conozco al señor Gumucio.
De mí se ha dicho de todo. Lo más ridículo que ha dicho es que era espía norteamericano de la CIA, que lo dijo (Eduardo) Artés. Estoy muy molesto con Artés por eso: debió haber dicho que era del MI6 o MI5, porque ahí está James Bond, y por último tenía un Aston Martin.
De repente hay muchos supuestos sobre mi persona, y que no son así. La gente tiene imágenes mías medias raras, porque yo soy un bicho raro po’. Es mucho más fácil decir: “Soy del Partido Comunista”, y se viene una imagen; o “soy republicano”, o “soy de la UDI”, y al tiro: “¿Dónde está tu chaleco rosado para ponértelo sobre los hombros?“, jaja. Pero como nosotros somos independientes, y creemos en las libertades, es más difícil que a uno le pongan la chapa.
Hablo de “fachos” y “comunachos”. ¿Dónde me ubico yo? En una entrevista pasada dije que era en “lo económico de derecha para regenerar recursos pero para redistribuirlos de izquierda” (Algo personal, 2017). Me sigo sintiendo identificado con esa frase, claro que sí, porque los de derecha son buenos para generar recursos, pero se los quedan ellos, ¿ah?, y no son solidarios PARA NADA, ni siquiera entre ellos; y los de izquierda son buenos para distribuir, pero muy malos para generar: y para distribuir hay que generar. Por eso decimos que nosotros no somos ni “fachos” ni “comunachos”, queremos lo mejor de ambos lados y eso se grafica en Parisi Presidente y el PDG en el Parlamento.
En el 2021 en el Partido de la Gente preguntamos y ellos (los militantes) dijeron “Guatamala” (Kast) y “Guatapeor” (Gabriel Boric) era mejor “Guatamala”. Pero yo no voté porque estaba en Estados Unidos, y no voy a venir a pegarme un pique para votar por un candidato que yo creo que no es bueno. No es bueno que Chile esté en los extremos.
La autocrítica que hago de la salida de todos los diputados del PDG durante este periodo es que creo que tendremos que estar más encima. Yo quería que ellos volaran y se formaran como líderes propios, y empezaron a pelear puras tonterías, como “me dejaste fuera del comedor, ¿por qué no me dejas entrar?”. Era una pelea de egos, que existe, es muy común: los diputados y senadores se creen reyesillos Parece cuando pasan el túnel, el último túnel, el Zapata, y se creen reyesillos. ¡Y no lo son po’! Estás prestados en un cargo por cuatro años. Creo que la lección principal es que ninguno de los seis saldrá reelecto. Por lo tanto creo que esta nueva camada sabe que el partido es más grande que ellos. El comentario era: “Los votos son míos”, ¡y nadie te conocía! No puedes ser tan patudo. Ahora creo que sufrirán el duelo cuando dejen de ser autoridad, y de recibir ese tremendo sueldazo.
Mi acercamiento a Pamela Jiles resulta inesperado porque no entienden lo que está pasando, que lo digo con respeto. Con la Pamela nos conocemos hace mucho tiempo y ha sido un proceso de encantamiento mutuo y de entender que somos diferentes, pero que juntos somos mucho más. Hemos encontrado en común, por ejemplo, entender la voz de la gente. Ella me dijo: “pucha, necesitamos un retiro (previsional)”, y yo le dije “pucha, me cuesta”; pero después entendí, por ejemplo, que hay 2 millones de mujeres que están morosas y la pasan mal, por lo tanto tenemos que ayudarlas. Y ella es extremadamente inteligente, y me aporta mucho como candidata y ojalá como presidenta de la Cámara, pero también como diputada, porque es inteligente, rápida, tiene buena sensibilidad con la sociedad y sabe hacia dónde van las cosas. Es un activo.
Se perdió una tremenda oportunidad de mejorar las AFPs, me hubiera gustado meterle más competencia, me gusta la competencia; habría permitido que las empresas de APV también pudieran ser AFP; y yo no tengo ningún problema con una AFP estatal. Ese estilo de cosas creo que se pudieron haber hecho y no haberle regalado 1.800 millones de dólares.
Quiero que Pablo Maltés sea mi ministro SegPres. El tipo es inteligente, se mueve bien, navega entre la izquierda y derecha sin problema y es muy querido. Es un acierto y yo creo que saldrá electo (Es candidato a diputado por el Distrito 12), voy a tener que buscar un ministro Secretario General de la Presidencia. O lo pido a él. No lo sé. Pero por ahora creo que saldrá electo, y creo que Pamela saldrá primera (mayoría) nacional con una gran popularidad, y ayudará a los votos tanto de Pablo como de “Zandrita” (Parisi, hermana mayor del candidato) para que sean los tres electos. A Pablo lo conocí por Pamela; hemos comido dos veces.
¿Cómo convivirán figuras como Javier Olivares y Pamela Jiles, uno adherente a Pinochet y la otra muy crítica? Eso es liderazgo. Obviamente habrá conflicto, es impensable otra cosa. Hay tipos que se conocen por quince años, se casan e igual tienes problemas, parejas, independientes de los sexos y esas cosas. Pero la gracia del liderazgo es que soy uno de los pocos que es capaz de confluir en un partido a Javier Olivares, que saldrá electo, con Pamela Jiles, que también saldrá... Hazte esa... Esa es una gracia que tenemos y que ningún otro partido puede tener. No puede haber alguien como Javier en el Partido Comunista, o como Pamela en Republicanos; por el contrario: nosotros lo podemos hacer y habla muy bien de nosotros, y muy mal del resto.
¿“Hardcorito” prometió bajar 20 kilos si yo salgo Presidente? ¿Quién? ¡Ah! ¡Cristian Jara Lizama! Me entrevistó, pero nunca he comido con él, nunca he estado en su casa ni ha estado en la mía. No lo estoy ninguneando ni nada... ¡pero qué bueno! Me encanta motivar a la gente: si él cree que tiene que bajar de peso, feliz. No hemos tenido ningún acercamiento político.
En estas elecciones sacaremos mínimo nueve diputados. Tendremos una votación mínima 1.800.000 votos, y máximo, hasta ahora 2.900.000, que serían los votos míos. Y con eso también se produce un spillover effect, que nos dará entre nueve y quince diputados. ¿Cómo hacemos esas estimaciones? Una parte es Inteligencia artificial, pero también modelitos de análisis factorial y redes neuronales. Tenemos una juguera bastante entretenida.
¿Cuántas veces me han roto el corazón? MUCHAS po’. No sé si me ha roto más el corazón de lo que a mí me lo han roto. Pero si alguna vez corté una flor y la di por descartada, ya está pagado —como dice el gran Luis Miguel—, cuando me equivoqué.
A mi señora, Mariela “Maru” García, la conocía en la oficina acá en Chile, que ella fue a ver a una amiga, la vi y quedé flechado... ¡Pude haber llegado un minuto antes o uno después y no estaríamos contando esa historia! Tenía que hablar con la amiga y ahí la conocí. Y vi esos malditos ojos azules.

La familia es el refugio del guerrero... ¿Quiénes son hoy mi refugio? Mi señora y el “Nino”, que es mi hijo chiquitito y tiene trece años, así que ya no está tan chico, de hecho estaba muy nervioso porque era el debate (de Canal 13). Él me dijo que “estuvo muy largo” y que yo salí “muy poco”, jaja.
La “Maru” siempre me acompañará a todos lados. Ella se quiere encargar de ayudar a la fundaciones evangélicas que están apoyando a la gente que está sumida en droga, alcoholismo y prostitución. Creo que ellos hacen un trabajo demasiado bueno, que el SENDA no sirve para nada, y creo que lo podemos reemplazar con ellos. Y ella será un pilar importante. Y lo otro que queremos retomar es la campaña de “Sonrisa de mujer”, de la señora Luisa Durán (esposa de Ricardo Lagos), una gran Primera Dama. Creo que “Maru” podría hacer un gran rol ahí. He dicho que no habrá ningún familiar en mi gobierno (Le plantea el periodista), porque el cargo de Primera Dama ya no está; no recibirá ni un pago. No me separaré por ser Presidente.
Mi familia vive en Alabama, y no los iba a sacar por tres meses. No puedo. Va a terminar el año y ellos ahí se vienen. Se vienen a Chile. La idea es quedarme en Chile definitivamente.
No voto en Estados Unidos. Para votar en Estados Unidos tienes que ser ciudadano y yo soy residente.
¿Cuántos meses llevo viviendo en Chile? Paso más acá que en cualquier otro lado. Desde la primera Constituyente, venía a lo menos dos semanas al mes. Y después, a partir de marzo, ya estoy permanentemente acá. Me vine pensando básicamente en las elecciones, porque la primera Constituyente fue un desastre, y era mucho riesgo para Chile; la segunda no tanto, era más política, una señal. Y después vinieron las elecciones de los gobernadores y los alcaldes; y ahora, acá. Entonces, ¿cuatro años en elecciones? ¿No será mucho?
He dicho que duermo cuatro horas diarias... Creo que es un poquito exagerado: cuatro y medio o cinco horas. Sigue siendo poco. Pero es lo que es. No sólo en periodo de campaña, es siempre. Es una lata. Ahora, soy bueno para ciertas siestas cortas. En el 2013 dormí durante cuatro meses después de las elecciones, jaja, ahí dormí harto. Es agotador, pero esa fue mucho más porque no tenía partido. Ahora ha sido mucho más llevadera: tengo gente muy buena en regiones, tengo un partido que —con problemas y todo— está mucho más cohesionado, tengo casi 200 candidatos que están en la calle apoyando directa e indirectamente. Es distinto.
Estoy totalmente dedicado a la campaña. Lo que trato de ver son los partidos de fútbol americano de University of Alabama... “Roll Tide!” (Grito del equipo).
No me he hecho ninguna intervención estética.
Bailo mal, pero me encanta bailar. ¿Cómo lo haré con la cueca presidencial? Yo no le faltó el respeto a la cueca. No voy a bailar cueca en público porque es faltarle el respeto. La cueca es un arte. No es un juego para mí, ¿de acuerdo?... Cumbia, chachachá y todo lo bailo igual; pero la cueca, para mí, se respeta.
¿Con qué candidato me llevo mejor? Con ninguno, no me hablo con ninguno. (¿Y la selfie con Jeannette Jara en el debate de Canal 13?, pregunta el reportero). Buena onda, todos son buena onda. Todos son muy caballerosos y muy diplomáticos. Hay algunos que me caen mejor que otros, pero con ninguno iría a almorzar o de asado.
A Jeanette Jara le refregué que es “millonaria” (¿por ser comunista?, pregunta reportero), porque es millonaria po’: tiene cuatro casas. Bill Gates es millonario. Hay que contextualizar: el que tiene tres o cuatro casas en Chile es millonario. O cambiamos los conceptos. Creo que nadie se puede ofender porque le digan millonario.
La encuesta Cadem me está dando 11% de los votos. Se queda corta. La última vez me daban 2% o 5%. Sí... y salí tercero. Entonces me da lo mismo: esas encuestas son pagadas y mal hechas. No tiene sentido, y más encima tenemos el voto voluntario. ¿El voto obligatorio me favorecerá? De todas maneras: el voto obligatorio no es ni “facho” ni “comunacho”.
Gobernaría con gente de derecha o izquierda, no tengo problema para nada en eso. ¿Lo veo como algo posible? (considerando que, por ejemplo, Laurence Golborne dijo que no se sumaría si se lo propusiera). Claro que va a ser difícil. La vida es difícil. Trata de vivir en Bajos de Mena. Trata de vivir en Alto Hospicio. Es difícil. Y ser candidato y ser Presidente de Chile es difícil. Lo que pasa es que a los otros políticos les gusta lo fácil, nombran al primo, al hermano o al amigo tonto. Yo no: me gustan las cosas difíciles.
¿Mi mayor sueño es ser Presidente? Tengo varios sueños, ¿quién dice que hay que tener uno?... Ser Presidente es un sueño que sería muy bonito y estamos a punto de lograrlo. Debemos seguir trabajando fuertemente y creo que es bueno para Chile. Creo que sería muy malo para Chile un “facho” o un “comunacho” en los próximos cuatro años... Pero hay otros sueños que uno tiene, como ver la graduación del “Nino” en la universidad que quiere, o ver la graduación de los mellizos, y viajar con “Maru”, que quiere ir a Grecia; no hemos ido a Grecia. Son sueños tontitos que a uno le gustan.
Lo primero que haré si soy Presidente es bajarme el sueldo a $5 millones. Creo son obscenos los sueldos de los ministros en Chile; y de los alcaldes, también. Se pagan unos sueldos increíbles los patudos... Yo vivo otra realidad; tuve muchos alumnos que trabajaban gratis conmigo, y felices; yo también trabajé gratis para distintos profesores. Entonces hay gente que está dispuesto a sacrificar parte de su parte económica por un servicio social. Es difícil encontrar a esa gente, pero insisto en que yo quiero ser Presidente para problemas difíciles: I want problems! I don’t want peace!
Cuestionario Pop
Si no hubiera sido economista, me habría gustado der pilotó de Fórmula 1.
En mi época universitaria en la U. de Chile era mateo, y no carreteaba mucho, iba a bailar nomás con la polola que tenía. Eso es todo. Tuve varias pololas, ¿al mismo tiempo? No lo recuerdo.
Un apodo es “Canco”, que así me dicen en mi familia.
¿Un sueño pendiente? Uff, tengo demasiados, ¿y el primero que se me viene a la mente? Quiero ser Presidente.
¿Una cábala? Para el día de la votación ir a saludar a mi papá al cementerio.
¿Un frase favorita? ¡Hay varias!... “be careful what you wish...”: “cuidado con lo que deseas lo puedes lograr”. Esa es muy buena. “Te amo más que ayer pero menos que mañana”. Y “estás condedado al éxito”.
Un trabajo mío que no se conoce es que tuve una tienda en el Apumanque.
Mi primer sueldo que tuve fue como ayudante de cátedra, y lo más probable es que fui a bailar con una novia. Y con el primer sueldo de profesor en Estados Unidos me compré este reloj 1998, este Omega de James Bond.
Me arrepiento de muchas cosas, cuatro errores grandes que he cometido en mi vida. Nunca los diré... ¿Haber rendido calzoncillos Hugo Boss en mi primera campaña? (Pregunta reportero). Fue una tontera. Lo que pasó fue que le pasé todas las boletas a la contabadora, que no lo vio, se le fue también a ella; y bueno, da lo mismo, eran 30 lucas... Para lo que se roban en Chile.
¿Un cantante o banda favorita? ¿Para bailar? Amar Azul, pero está muy caro para el cierre de campaña.
Un pasatiempo oculto es que soy muy bueno maestreando. Muy bueno. De hecho, puedo mandar el bar que construimos... Yo no tomo alcohol, nunca me he emborrachado.

No soy hincha de ningún equipo. Me gusta el fútbol, pero me echaron de un recinto deportivo, el dueño de un equipo grande, y dije: “Nunca más voy a por ese equipo”. ¿Por qué me echaron? Tonteras políticas. ¿Hace tiempo? Mm, see.
Un político chieno que admiro es Diego Portales (no en su totalidad) y Pedro Aguirre Cerda, ¿y alguno vivo? Hay demasiados políticos vivos.
Una película que me hace llorar, ya que tenemos tanto descendiente alemán en la campaña: Schindler’s list.
¿Un miedo? Ninguno.
No creo en el horóscopo. Dicen que soy Virgo, pero nunca he sabido qué significa eso.
Si pudiera tener un superpoder me gustaría retroceder el tiempo y avanzar el tiempo.
Un placer culpable es el chocolate y los helados.
Si pudiera invitar a tres famosos de la Historia a un asado elegiría a Marie Curie, de todas maneras; a (Leonardo) Da Vinci y (Nikola) Tesla.
Franco Parisi es un profe que quiere ser Presidente.
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