Un macabro parricidio remece al tranquilo barrio de Bibosi, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.

En el lugar, la policía halló el cuerpo calcinado de un hombre de 49 años y detuvo a la presunta responsable: su hija de apenas 18.

Según detalló Correo del Sur, la joven confesó el hecho y confirmó que el ataque ocurrió luego que su progenitor la descubriera manteniendo relaciones sexuales con su pololo. Lo acusó de “chicotearla” (molestarla).

De acuerdo a los antecedentes, la víctima reprendió a la joven y la golpeó con un cinturón. De hecho, la pareja de ésta también habría recibido golpes por parte del adulto.

Fue esta reacción la que generó la molestia de la imputada, quien planificó atacar a su padre con un arma blanca y, horas más tarde, le propinó tres puñaladas mortales.

“El hombre herido intentó escapar de su casa, pero estando en el patio, su hija agarró una piedra y lo golpeó en la cabeza. Aún estando con vida, procedió a estrangularlo y luego prenderle fuego”, detalló el citado.

Dura pena contra asesina

En una rápido proceso judicial, Gissel Beltrán fue condenada a 30 años de cárcel por el asesinato de su padre Eliodoro.

Luego de admitir el parricidio, la joven aceptó un juicio abreviado, por lo que cumplirá su sentencia por parricidio en el penal de Palmasola, en la misma ciudad de Santa Cruz.

De acuerdo con el fiscal especializado en Delitos Contra la Vida, Daniel Ortuño, el crimen tuvo lugar en la vivienda de la víctima. Según las investigaciones, la joven habría empleado un cuchillo.

“Después del crimen, la sospechosa habría llevado el cuerpo de su padre al patio, junto con su colchón, y lo habría incendiado. Luego, al ver que el cuerpo estaba completamente quemado, se habría cambiado de ropa y quemado la que llevaba puesta, además de esconder el cuchillo utilizado en el crimen. Posteriormente, la joven informó a su madre, exesposa de Eliodoro, sobre lo sucedido, quien a su vez llamó a la Policía para denunciar el crimen”, precisó Opinión.