Diego Valdés San Martín, alias “Indio Loayza”, aseguró a un psiquiátra que veía al “Joker” de las cartas y al “Diablo” dentro de la celda y recibió la orden de asesinar a su compañero, Vincent González Aguirre. “Tenía que invocar al Diablo para que no me fuera pasar nada a mí”, declaró.
El 9 de diciembre de 2024, en el Complejo Penitenciario Bío Bío, Diego Valdés San Martín, también conocido como “Indio Loayza”, asesinó a su compañero de celda, Vincent González Aguirre, alias “Golo”, en un ataque psicótico que tuvo elementos de “ritual satánico”.
La víctima fue asfixiada, apuñalada y decapitada, y su cadáver fue hallado con una biblia abierta y símbolos escritos en las paredes, incluyendo el número “666″ y algunas estrellas de David..
Según un reportaje de Radio BíoBío, ambos compañeros de celda provenían de Arica y el responsable del asesinato cumplía condenas que sumaban 16 años por homicidio y porte ilegal de armas. Por su parte, la víctima cumplía un total de 15 años por los delitos de robo con intimidación y tráfico de drogas, cumpliendo condena también por asaltar la casa de un excarabinero. Y ambos terminaron compartiendo celda tras un reciente traslado fortuito dentro del mismo penal.
En ese escenario, Valdés San Martín declaró que veía al “Joker” y al “Diablo” en su celda, quienes le habrían ordenado cometer el crimen. Dijo que realizó el asesinato como parte de un “sacrificio de sangre” para invocar protección. Un peritaje psiquiátrico concluyó que padecía un episodio psicótico paranoide.
“Yo estaba en la pieza y de repente empezamos a bailar. Yo, el Joker, el Diablo y el Golo [González Aguirre]. Le vi cara de diablo y lo sacrificamos entre los tres. Le pegué una puñalada, lo ahorqué con una pita y de ahí le corté la cabeza con una lata, dejándola en la pieza. Eso no más recuerdo”, fue la primera declaración del reo investigado.
“Tenía que invocar al diablo”
De acuerdo al relato que posteriormente entregó Diego Valdés, inicialmente permanecía en el módulo 52 del complejo penitenciario, pero fue trasladado tras agredir a otros internos.
“Del 52 salí porque empecé a agredir a todos, porque estaban hablando de mí. Eso fue hace como 10 días… me pegaron puñaladas, pero de verdad estaban hablando de mí, querían matarme”, dijo apuntando a un sentimiento de persecución. “Ahora en el 42, hace como seis días, igual ahí todos hablan de mí. Se tocaban la cara, se agarraban los ojos, ponían las manos en las piernas… no sé qué me querían demostrar con todo eso. No sé… como que quieren decirme algo… si no me iban a… por eso al final me aíslo para evitar todo eso”, agregó.
Aunque asegura que era amigo de Gónzalez Aguirre, lo que es refutado por la familia de la víctima, el reo acusado asegura que antes del crimen tuvieron una conversación cordial. “Al final hablamos del Joker, el bufón ese de la carta… que uno podía hacer pacto con el Diablo y temas así”, dijo el responsable del crimen.
“Yo lo vi… lo vi al Joker en la muralla. Me dijo ‘mátalo’ y yo pensé… también le tiene que haber dicho eso mismo a él. Así que dije es él o soy yo. Ahí con un cordón lo asfixié hasta que se murió. Ruido no hizo nada, no dijo nada… y le puse una puñalada en el corazón. Le cercené el cuello, es que era para poder hacer el pacto con el Diablo. Era hacer un sacrificio de sangre como los mayas, eso de entregar los cuerpos en un sacrificio”, dijo en su declaración ante un psiquiatra de la Defensoría Penal Pública (DPP).
“Tenía que invocar al Diablo para que no me fuera pasar nada a mí, así que ahí escribí el “666″ en la muralla y como me había mandado a decir que lo matara yo hice eso. También hice la estrella de David, igual podía servir. ¿Qué qué hice con el cuerpo? Lo tiré en su cama, le corté la cabeza para botarla por la escalera igual que los mayas en la mañana y así me diera la bendición”, explicó sobre sus acciones.
Con todo lo anterior en cuenta, Valdés plantea que llevó a cabo la acción para que el resto de la población penal dejaran de perseguirlo con la mirada y lo dejaran solo, lo que en última instancia le permitiría quedar libre. “Yo estoy tranquilo en mi pieza ahora. Esa es la ganá'… (sic) tenerlo él de amigo, al Diablo, para que me saque todas estas personas que me miran”, finalizó.
La familia de la víctima presentó una querella para exigir justicia. Un abogado que tramitaba el traslado de González Aguirre busca acelerar la investigación.
Gendarmería había sancionado al agresor en múltiples ocasiones por conductas violentas, quien sigue recluido en un penal de alta seguridad en Santiago mientras se evalúa si enfrentará nuevos cargos.