El obispo Alberto Ortega Martín nació en España el 14 de noviembre de 1962 y fue ordenado sacerdote el 28 de abril de 1990, cuando tenía 27 años.

Era nuncio en Jordania e Irak hasta ayer, cuando el Papa Francisco, en una liturgia en memoria de "Nuestra Señora del Rosario", lo nombró como el nuevo representante del Vaticano en nuestro país.

Perteneciente a la arquidiócesis de Madrid, el nuevo nuncio apostólico de Chile estudió filosofía, teología y es Doctor en Derecho Canónico e ingresó en el servicio diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 1997.

El ibérico prestó su servicio en las nunciaturas apostólicas de Nicaragua, Sudáfrica y Líbano, así como en la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.

El 1 de agosto de 2015, el Papa Francisco lo nombró Arzobispo titular de Midila y Nuncio Apostólico en Jordania e Irak, en la que fue conocida como "Misión Bagdad".

Fue ordenado obispo el 10 de octubre de ese mismo año.

Su antecesor Ivo Scapolo, que se mantuvo por ocho años en la misma labor que Ortega, fue trasladado a Portugal luego de haber sido vinculado como supuesto encubridor de abusos sexuales al interior de la iglesia.

Al exnuncio apostólico, de nacionalidad italiana, se le acusa de descartar testimonios vinculados a los abusos de Fernando Karadima y el rol de Juan Barros.

Confianza

El nuevo nuncio goza de la "confianza" del Papa Francisco y tendrá la responsabilidad de ayudar al Santo Padre a nombrar a nuevos obispos en las diócesis vacantes. Y es que tras la renuncia presentada por la Conferencia Episcopal al Papa Francisco son cerca de una decena de sedes las que están en esa situación.