Líder de secta rusa salió en libertad cuando aún le restaban 7 años de prisión. Cuatro adolescentes, de entre 15 y 16 años, perdieron la vida por su “ritual de iniciación”.
Sólo 13 de los 20 años de pena alcanzó a completar Nikolai Ogolobyak (33), quien fue condenado en 2010 por el macabro crimen “satánico” de cuatro adolescentes de entre 15 y 16 años en Rusia.
Si bien su nombre ya era conocido en este país, ahora remece al mundo: recientemente, se dio a conocer que el presidente Vladimir Putin le dio el indulto por participar en la guerra contra Ucrania. Un “premio” a lo menos cuestionable, considerando los horrorosos y sangrientos homicidios que manchan para siempre su hoja de vida.
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¿Quién es Nikolai Ogolobyak?
“El Diablo les protegerá porque le hemos practicado muchos sacrificios”, le dijo Ogolobyak a la policía tras ser detenido en 2008. Al parecer, el mensaje iba dirigido a los fieles seguidores que integraban su secta.
Dos años más tarde, fue sentenciado por los homicidios de Anya Gorokhova, Olga Pukhova, Varya Kuzmina y Andrei Sorokin, quienes fueron sacrificados en dos rituales separados. Los detalles son escabrosos...
Junto a seis de sus fanáticos, Nikolai drogó y apuñaló a sus víctimas 666 veces, mientras todos recitaban un texto satánico. Por si fuera poco, procedieron a descuartizarlas en un bosque de la región rusa de Yaroslavl.
Luego de encender la hoguera de una cabaña ubicada en medio de la fría naturaleza, los antisociales cocinaron y se comieron los cuerpos, en especial las lenguas y corazones. Según expertos del tema, habría sido una especie de “iniciación”.
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Las víctimas
Anya y Olga, quienes conocieron a sus asesinos en el instituto, fueron engañadas para ir a casa de Ogolobyak el 28 de junio de 2008.
Allí, las chicas fueron intoxicadas y drogadas con alcohol. Ya en el bosque, los criminales se formaron y organizaron en forma de pentagrama, mientras que uno de ellos procedió a decapitar a las niñas.
Peor aún: en medio de la horrorosa escena, los acusados se sacaron fotografías con las cabezas cortadas.
Al día siguiente, volvieron a repetir el ritual con una joven pareja: Varya y Andrei.
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Una vez descubiertos los hechos, Ogolobyak fue el único que recibió condena por tener la mayoría de edad.
Y aunque debía permanecer tras las rejas hasta 2030, Putin le concedió las libertad.
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