El mundo del internet es la raja. Quién podría decir lo contrario. Pero nada es 100% bacán. Así como en el mundo real, en el ciberuniverso también existen los malacatosos que, al primer descuido, nos tirarán el manotazo de alguna manera.

En esta, la sección más ñoña del diario pop, nos preguntamos ¿quién podrá defendernos? Y la respuesta cae de cajón: el primero que tiene que atinar es uno mismo. Ahora, pa' no ser mala onda y conseguir alguna orientación, parlamos con los capos de Symantec, empresa que hace algunos de los más pulentos antivirus y maestros de la seguridad cibernética del mundo mundial.

Estos cabros nos sapearon que, según el Informe sobre amenazas para la seguridad de los sitios web de Symantec, "en 2015 las fugas de datos, la vigilancia gubernamental y las estafas habituales se aliaron en contra de nuestra privacidad, siendo el 78% de estos datos los más vulnerados". Así es como cooperan nuestras fotos personales o las claves de cuentas bancarias, por lo que hay que estar siempre "Ojo al charqui".

Una de las principales estafas del año pasado era una en que los cacoñoños prometían caleta de seguidores gratis en Instagram a los pavitos que revelaran su contraseña.

Y si bien los estudios de Symantec indican que el calcetín de tierra no está entre los más afectados por este tipo de artimañas, siempre es bueno estar atento al lupo. Por ejemplo, una de las nuevas formas de vacunar comenzó el año pasado, cuando los odiosos inventaron una forma de calzarte con tu clave de Gmail. Cache cómo funciona la movida para que no se convierta en víctima.

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Un atacante consigue la dirección de correo electrónico y el número de teléfono de la víctima (ambos suelen ser públicos)

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Un atacante consigue la dirección de correo electrónico y el número de teléfono de la víctima (ambos suelen ser públicos).

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A continuación, el atacante envía a la víctima el siguiente mensaje de texto (o uno similar): «Google ha detectado actividad inusual no autorizada en su cuenta. Para impedirla, responda con el código que hemos enviado a su dispositivo móvil».

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Así, la víctima espera a recibir el código para restablecer la contraseña que envía Google y se lo pasa al atacante.

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El atacante restablece la contraseña y cuando ha conseguido lo que buscaba (o ha configurado el reenvío), comunica la nueva contraseña temporal (haciéndose pasar por Google de nuevo) a la víctima, la cual nunca se dará cuenta de lo que ha ocurrido.