Las fuertes marejadas que tienen la mansaca a lo largo de todo chilito y que están lejos de retirarse, pueden provocar daños irreparables en los tocos,  dado el alto contenido de sal en el agüita de mar.

¿El motivo? La sal se acumula en las partes bajas de la carrocería, y dado que tiene un fuerte poder corrosivo, si no se quita al toque puede dañar la suspensión, los frenos y el tubo de escape.

Para evitar daños en su bólido, Moche Hidalgo, safety manager de Automotriz León, entrega algunos consejos:

- Cuando lo lave, use una pistola a presión para limpiar con fuerza las partes bajas. De esta manera, la sal que podría haber quedado incrustada se deshace y se elimina del vehículo.

- Al limpiarlo, dedíquele atención al interior de los pasos de rueda, los neumáticos, y, en general, las piezas que quedan a la vista bajo el toco.

- Si los restos de sal siguen pegados, límpielos a mano con agua tibia, jabón y un paño que no raye el auto.

- Si la sal produce manchas en la carrocería, use un paño suave, agua y jabón. Si no desaparecen, aplique disolvente para carrocería. Si a pesar de eso la cosa sigue igual, deberá entrar a pulir la zona.

- Lave el auto tempranito por la matina o tarde en la noche, para que el cambio de temperatura no afecte a la pintura.

- Se recomienda realizar un pulido y simunizado. Los  tocos que están a la intemperie, es bueno hacerlo cada cinco ó seis meses y con los que están bajo techo, cada dos años.