El senador UDI Pablo Longueira está chato, medio turulato e indignado por la delincuencia que afecta incluso a las altas esferas de la clase política nacional, todo por culpa de una pandilla de rateros que tiene como correderas las puertas de su sede, en Providencia.

En menos de dos años ha perdido siete computadores y caleta de equipos de última tecnología. El tercer asalto lo vivió ayer, a vista y paciencia de todos sus votantes, en Los Leones con Costanera Andrés Bello.

A las 7 de la matina la pandilla hizo añicos una puerta de vidrio del segundo piso de la casa. Casi como si estuvieran dateados, ingresaron a su oficina, buscaron en los cajones y agarraron una tele plasma, dos compiúter y una CPU, todo avaluado en 7 milllones de pesos.

Los caraduras no dejaron ni las cámaras de vigilancia que el parlamentario opositor había instalado, irónicamente, para evitar otro choreo en despoblado. Lo extraño es que se largaron en menos de tres minutos y por la puerta de entrada.

El senador por Santiago Oriente quedó lelo con el atraco: "He puesto rejas, puertas y alarmas, pero no sé qué hacer para frenar un cuarto asalto ".