En estos mismos días, pero de 1988, las salas del mundo recibían a un demonio en cuerpo de muñeco, el malvado "Chucky". Desde su estreno, esta cinta ganó millones de adeptos, los que han mantenido su fidelidad durante tres décadas.

Aunque muchos se quedaron exclusivamente con la primera trilogía de "Child's Play" (1988-1991) y pocos avanzaron hasta "La Novia de Chucky" (1998) o el extraño filme sobre el hijo del muñeco ("La Semilla de Chucky, 2004), lo cierto es que la saga siguió su curso, y ya se está preparando su octava entrega, tras "La Maldición de Chucky" (2013) y la paranoica "El Culto de Chucky", estrenada el 2017.

La adoración

A diferencia de muchos de sus "colegas" asesinos que protagonizan cintas de terror, como Freddy Krueger, Jason o Michael Myers, "Chucky" destaca por su aspecto adorable, pues los "Buenos Chicos" eran los juguetes favoritos de los pequeños en la ficción.

El "Good Guy" llega a las manos de Andy Barclay, niño protagonista de la cinta, quien tiene que lidiar con este muñeco que cobra vida y le revela que está poseído por el alma del estrangulador Charles Lee Ray, quien ingresó al juguete gracias a un ritual vudú cuando agonizaba tras ser baleado.

Ese es el grueso argumental de la saga, que muestra a un Chucky siempre desesperado, tratando de encontrar a un cuerpo humano al cual transferir su alma, ya que no puede mantenerse mucho tiempo en el muñeco, o quedará atrapado eternamente.

El remake

Con Chucky apagando 30 velas, Metro Goldwyng Mayer, dueña de los derechos de la primera película de la saga, decidió sacar una nueva versión del filme, una especie de reinicio, para que el personaje sea conocido por las nuevas generaciones.

Entre las pocas cosas que están claras sobre este remake, se conoce a parte del elenco (Aubrey Plaza, Gabriel Bateman y Bryan Tyree Henry) y a su director, Lars Klevberg ("Polaroid").

La sorpresa para los románticos es instantánea: ¿qué pasa con Don Mancini, el creador de Chucky? Él mismo, de modo irónico, se encargó de aclarar en sus redes sociales que nada tiene que ver con este proyecto, y que está trabajando en la octava entrega de su franquicia y en una serie original para televisión.

Tampoco será parte del nuevo Chucky la voz característica del muñeco, que ha sido interpretada por Brad Dourif en prácticamente todas las películas.

Aparte de no contar con estos dos estandartes, son otros detalles los que inquietan a los fans: el remake de Chucky no estará inspirado en los 80, sino que en nuestros tiempos. Y el muñeco no funcionará con pilas, sino que será un moderno robot, programado por un genio loco que lo convierte en un asesino en serie. ¿Resultará esta versión más millennial? Ya se verá en las salas, claro que la buena noticia es que, a sus 30, este muñequito no para de matar.