Tal fue el hermetismo que mantuvieron las familias de Felipe Osiadacz y Fernando Candia, los jóvenes chilenos que podrían ser condenados a la horca en Malasia, que tras siete meses del presunto homicidio y detención, el caso recién llegó a oídos de algunos cercanos.
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Entre los ex colegas de Fernando, quien trabajó durante un tiempo en un restaurante capitalino, la noticia causa gran impacto.
"Éramos todos muy cercanos los que trabajábamos ahí. Lamentablemente desde que se fue a viajar perdimos el contacto (...) Fernando es una excelente persona, siempre el más preocupado de todos. Muy cariñoso y súper responsable en su pega. Estoy muy segura que él nunca mataría a alguien si no fuese por defensa propia", afirmó una amiga de Candia.
MIEDO
"Me enteré ayer por una ex colega, y todos se habían enterado con las noticias. Obviamente en el año nos preguntamos por él entre nosotros pero como andaba viajando por el mundo asumimos que lo estaba pasando bien. Los familiares tenían miedo de que si salía a la luz podría perjudicar más su sentencia", explicó.
"El Feña es la última persona en el mundo que se merece esto. Ojalá toda esta pesadilla se resuelva pronto", concluyó.
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