Ahora machotes y evas tienen algo nuevo por qué festejar. Ha nacido una nueva forma de levantar el ánimo este verano, de pasarlo marrano con su media naranja y ojo, que no nos referimos a esa clásica pastillita azul que acelera hasta los corazones...

La Cuarta, en una investigación profunda, tuvo acceso a varios estudios científicos que aseguran que comer sandía calada lo deja haciendo ¡toing!

Según los capos de la ciencia la clave sería comerse la parte blanca. Es decir, la cáscara de este jugoso fruto, porque tendría elementos similares a los del famoso Viagra.

¿Y cómo es posible que este manso alimento pueda ayudar a los machotes? Sucede que la sandía contiene una gran cantidad de citrulina, una sustancia que tiene la capacidad de producir un relajamiento de los vasos sanguíneos, similar efecto al de la pastillita enyesadora.

Por esta razón, nos pegamos el pique a Paine para chacharear científicamente con el alcalde Diego Vergara Rodríguez, quien es el rey de la sandía en Chilito y que hace rato cachaba que esta fruta era un afrodisíaco.

"Algo sabíamos sobre el tema. Acá le decimos el viagra natural, porque dicen que la cáscara tiene el mismo componente. Por eso la gente de Paine es tan alegre", remató el edil de 34 abriles.

Aseguró que aún no necesita de esta mágica fruta, pero que no le haría asco más adelante: "A la edad que tengo todavía no lo necesito, sobre los cincuenta o sesenta puede ser. Aunque sí puedo decir que cuando como sandía estoy más contento".

Además, el sheriff nos sapeó que para la última Expo Paine Rural llegaron muchas personas de la tercera edad.

"Algo hará, a lo mejor es un secreto de culto, porque llegó una gran cantidad de adultos mayores a la exposición. A lo mejor por algo llegaron ahí y no se atreven a decirlo", afirmó.

Las más contentas con este nuevo descubrimiento son las féminas. En la Feria Aldunate, en pleno centro, las caseras hicieron cola apenas les contamos de la buena nueva.

"No sabía que tenía ese efecto. Igual hay muchas propiedades de los vegetales que nosotros ignoramos. Ahora voy a comprar una para darle a mi marido y le voy a dar la pura cascarita. Debería haberme llevado dos, pero mejor la otra semana le compro otra", aseguró Emilia Díaz, matrona.

Otra que quedó contenta con esta noticia fue Blanca Acevedo, a quien además le encanta la sandía. "Es mi fruta preferida, le tengo que dar a mi marido harto entonces", afirmó la iñora.

Para el autoproclamado "príncipe de la sandía", Víctor Arancibia, la gracia es vender harto, pero dejarse una. "Hay que comerse una ahora y guardar para el invierno". Por último, "hacemos un concentrado, jejé".