Est año los bolsillos estuvieron casi vacíos y el desempleo por las nubes. Por eso un juguete usado resulta la mejor opción a la hora de hacer feliz a los regalones en esta Navidad.

En el centro de Santiago, al ladito de la Universidad de Chile, está la Importadora Senatur, que tiene la más variada cantidad de juguetes reciclados.

Peluches, muñecas de trapo, barbies, pelotas, triciclos y un sinfín de miniaturas son las ofertas del local.

"El juguete preferido es Dora la Exploradora, y para los más chicos, Barney", dijo Jenny, una de las vendedoras.

María, abuela de tres cabros chicos, aprovecha las ofertas de tres juguetes en mil. "Así llego con regalitos para todos y ninguno de los niños se queda sin abrir un paquetito".

La semana pre navideña estará abierta hasta las 20 horas.

DE FELPA

Los monos de felpa son la especialidad de la importadora de juguetes usados ubicada en Providencia con Pedro de Valdivia.

Venden tres peluches en mil, oferta que las mamis  hacen chupete a la hora de escoger regalo para los enanos.

Pero ojo, que las barbies también son requeridas. Aunque están chasconas y con trajes pasados de moda, con una cepilladita quedan como nuevas.

Soledad tiene dos niñas y ambas le pidieron una muñeca rucia al Viejito Pascuero. Anda corta de billete, pero no por eso dejará de hacerlas feliz en Navidad.

OJO

Verónica Mardones, docente de la carrera Técnico en Educación Parvularia de la Enac, entregó a los papis varias claves para comprar juguetes.

Si el pitufín tiene menos de dos años, "hay que incentivarlos con texturas, colores llamativos y olores", dijo Mardones. Por ello los regalos ideales son juguetes transparentes, que hagan ruido y que se puedan arrastrar.

Entre los dos y cuatro años, cuando andan metiendo los dedos en los enchufes, la profesional recomienda regalarles muñecas y autitos, palitroques y masitas.

A los enanos de 4 a 8 años les encanta disfrazarse, por lo que el regalo cabe de cajón.

Y ya de ocho pepitas en adelante "hay que incentivarlos con actividades recreativas", remachó la parvularia.

Por Karen Punaro M.