La policía fijó el robo como móvil del cruel homicidio de dos viejitos que fueron degollados y apuñalados en la comuna de Coihueco, en la Región del Biobío.

Érica Hernández Vilches, de 70 años, y Alejandro Contreras Badillo, de 62, eran profesores jubilados y también vivían de un almacén y centro de pagos que funcionaba en el sector campesino de Tres Esquinas de Cato, ubicado a 35 kilómetros de Chillán.

Los cuerpos acuchillados de los ancianos fueron encontrados el viernes en su hogar. Los cadáveres los hallaron empleados que llegaron a abrir el boliche.

Los policías que revisaron el sitio del suceso establecieron que los homicidas se habían llevado la caja registradora y una caja fuerte donde los profesores guardaban las recaudaciones y sus ahorros.

Funcionarios de la policía civil dijeron a La Cuarta que la mujer presentaba un profundo puntazo en el cuello y que su pareja tenía varias cuchillazos en el cuerpo.

Las víctimas están siendo veladas en el colegio El Porvenir de Cato, situado frente al negocio donde se cometieron los crímenes. En ese establecimiento educacional fue donde Alejandro y Érica se conocieron y enamoraron.

"Él llegó en 1972 y al año siguiente se convirtió en director y conoció a la que fue su esposa", dijo una amiga de la pareja, mientras se realizaba un esquinazo sin música en honor a los finados.

Los profes hoy serán sepultados por separado: Él en Chillán y ella en San Gregorio.

UNIDOS PARA SIEMPRE: Los profes jubilados Érica Hernández y  Alejandro Contreras son velados en el colegio donde se conocieron y enamoraron.