Aires de sábado: A dudar de la primera, segunda y todas las versiones

Si un Presidente debe citar al Palacio de Gobierno al director de la policía uniformada para pedirle que Carabineros diga la verdad, respete la ley y haga un trabajo eficiente, la pregunta es: ¿En qué país estamos? Eso es tocar fondo.

Son 60 mil hombres y mujeres trabajando en todo Chile, es cierto. Los que roban, los que organizan montajes, fabrican pruebas, las destruyen y matan a un inocente son los menos. Sí, también es cierto. Pero es legítimo dudar y preguntarse: ¿cuánta mugre más hay bajo esta alfombra?

Cómo no pensar en las muchas veces en que una familia sufrió un robo y llamó a Carabineros, que -más tarde- llegó a su casa y simplemente le recomendó: no haga la denuncia. No sirve de nada. Y ni siquiera tomaron huellas. Una policía así, es el paraíso de los delincuentes.

Entonces, sí: prefiero destacar el trabajo de la mayoría que hace su trabajo en las calles, los que no aceptan sobornos, los que meten los pies al barro para ayudar frente a una catástrofe. Todos esos que hoy se están llevando insultos gratuitos.

Inolvidable es la frase "me mintieron", del general Hermes Soto después de saber lo que realmente pasó en Ercilla. No hubo fuego cruzado, simplemente, mataron a un inocente. Después del general Franzani ¿Cuántos más van a caer? Definitivamente, allí adentro hay varios que le han hecho la vida imposible al general Soto. Desde el primer día, cuando publicaron su hoja de vida y su afición juvenil por un prostíbulo. Aquella vez, quedó claro que adentro hay gente que parece no perdonarle su historia: ser hijo de un suboficial y haber sido un carabinero con más calle que muchos otros generales. Pero una policía contaminada así, no sirve. Mancha a la mayoría.

Desde el "fuego amigo" a armar montajes, matar a un inocente, hacer desaparecer pruebas o saltarse la prisión preventiva para grabar videos en una comisaría, allí en las narices de otros carabineros... ¡Uf! Hay un mundo de diferencia. Es triste, pero allí adentro, varios se pasaron al bando de los delincuentes.

Para colmo, casi 200 atentados incendiarios después del crimen de Camilo Catrillanca y ni un solo detenido es la confirmación de una larga historia de ineficiencia policial. Con comando de elite y todo, el resultado ha sido igual a cero. Y peor: otro comunero muerto por la bala de un carabinero.

El general Bruno Villalobos fue removido porque un grupo de oficiales se pasó al bando de los ladrones y robó $28 mil millones. Y hoy, el propio gobierno pide que sea condenado por la muerte de un joven estudiante en dictadura. ¿Pueden fallar así tanto los filtros a la hora de nombrar a un General Director?. Para ser honestos, han fallado demasiadas cosas. En el Gobierno anterior todos se preguntaban ¿En qué momento se va Villalobos? Y ahora, después de tanto… ¿Qué?.

En este episodio hemos aprendido que el Presidente "se quedó corto": no sólo hay que dudar de la primera versión de Carabineros, también de la segunda, la tercera y de todas. Hemos tocado fondo.

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