El asesinato que remeció Ñuble: Dictan presidio perpetuo para autor del brutal femicidio de Carolina Fuentes

Carolina Fuentes estuvo desaparecida por 95 días tras el crimen.
Carolina Fuentes estuvo desaparecida por 95 días tras el crimen.

La mujer estuvo casi 100 días desaparecida hasta que su cuerpo fue encontrado en un río.

El Tribunal Oral en Lo Penal de Chillán sentenció a presidio perpetuo calificado a Ricardo Neira Arriagada como autor del brutal femicidio de su pareja, Carolina Fuentes Bustos. La víctima estuvo 95 días desaparecida.

Según estableció la justicia, Neira mantenía una relación sentimental con Carolina Fuentes desde 2015 e incluso vivieron juntos durante un tiempo en aquel entonces. Si bien en años posteriores vivían en ciudades distintas, ella en Santiago y él en Portezuelo, mantenían contacto regular por internet y a veces se visitaban.

El lunes 15 de junio de 2020 cuando Carolina viajó desde la capital hasta Ninhue, en Ñuble, para un trámite familiar y decidió quedarse en casa de sus hermanos. Diez días después, el día jueves 25, fue a visitar a Neira a Portezuelo, quedándose allí unos días.

Durante la tarde del martes 30 de junio, ambos abordaron la camioneta Chevrolet azul que conducía el hombre, con el fin de llevar a Carolina a Chillán. Sin embargo, nunca llegaron.

En un lugar indeterminado del camino, Ricardo Neira atacó violentamente a Carolina, estrangulándola y causándole la muerte por asfixia. Nadie supo de lo ocurrido durante largos meses.

La familia de Carolina inició entonces una intensa búsqueda que finalizó 95 días después de su asesinato, el 15 de octubre de 2020, día en que su cuerpo sin vida fue hallado en la ribera del Río Ñuble.

Cárcel perpetua

El imputado fue condenado a presidio perpetuo calificado por el delito de femicidio con alevosía, es decir, deberá pasar al menos 40 años tras las rejas, antes de poder acceder a algún beneficio carcelario.

La Fiscal Regional de Ñuble, Nayalet Mansilla Donoso, destacó que en el fallo se consideró la perspectiva de género, pues en el juicio la Fiscalía expuso la situación de violencia permanente que ejercía el condenado sobre la víctima y sus acciones desplegadas tras la muerte.

El ente persecutor acusó que el sujeto escondió el cuerpo e incluso intentó entorpecer la investigación con pruebas falsas.

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