En el Colo cachan que están a un pelo de amarrar la próxima edición de la Copa Libertadores y de la Copa Sudamericana, por lo que no pueden guatear y morir ahogados en la orilla. Por eso, le contrataron a Diego Cagna un socio para Macnelly Torres, asegurando el marrano en el diome.

Pero no crea que escribimos su nombre con la caña o que se nos confundieron las letras del teclado. Se trata de Lucas Wilchez, un astro al que el deté del Cacique conoce bien porque fue su pupilo en Tigre de Argentina, cuando el equipo de Baires la rompía en el torneo che, por ahí por el 2005.

Wilchez, de 27 años, llega al Cacique a préstamo por un año y con una opción de compra de 700 mil dólares. Surgió en las divisiones inferiores de Estudiantes de La Plata y también militó en San Martín de San Juan y Talleres. Su último club fue Asteras Trípoli, de Grecia. Un equipazo.

El volante, que mide 1.71, era pretendido por Huracán, pero el Globito se dejó estar y Colo Colo le ganó el quién vive, quedándose con la carta de Wilchez, que se unirá al poderío ofensivo albo, junto a Miralles, Paredes, Bogado y Graff. Bueno, ese último no tanto.

El che estuvo de paso ayer en Chilito para hacerse los exámenes médicos, los que pasó sin atados en la Clínica Meds. Ahí partió a tomar el avión  para integrarse a la pretemporada en Canadá. Los albos enfrentarán el próximo domingo al Edmonton FC, en Montreal. Luego jugará contra el Vitoria brasileño y un combinado local.